27 de agosto de 2006

Plutón, "planeta enano"


Vaya cosa han dicho los astrónomos: que Plutón no es un planeta atendiendo a su tamaño y a una órbita completamente excéntrica. Desde luego, ellos tendrán su criterio y sus razones, muy atinadas desde el punto de vista astronómico. Quizá tienen miedo de que aceptando a Plutón como planeta, ahora que saben que su tamaño es además seis veces más pequeño que la Tierra, tengan que aceptar a cuanto otro "objeto" acierte a cruzar las órbitas de nuestro sistema solar. De hecho, eso ya ocurre con otro "planetoide", que ha recibido el nombre más o menos aceptado de Quirón y que se descubrió allá por 1977.
Desde el punto de vista astrológico, no obstante, el hecho de que Plutón haya sido "degradado" no influye para nada en la veracidad de su influencia sobre las personas y las cosas. Plutón tiene una relación astrológica y mitológica con el infierno. Es el Señor del Gran Lugar de Abajo; y allá donde está él, nos enfrentamos solos a nuestros peores demonios. También, como en el caso de Urano o Neptuno, presenta sincronicidades históricas. Recordemos brevemente: en el momento de descubrirse Urano (1781), comienza en Europa un proceso revolucionario (palabra clave para Urano), en el cual se iguala en derechos a todos los ciudadanos, así como se descubre el funcionamiento de la electricidad. En el momento de descubrirse Neptuno (1846), se descubre la iluminación por gas y faltan sólo dos años para la primera gran revolución socialista.
Pues bien, cuando se descubre Plutón (1930), existe una conexión muy grande con lo que podemos llamar "instintos básicos" en la sociedad: la aparición del nazismo en su aspecto más amenazador, la guerra que estaba por llegar y que sobre todo transformó para siempre las estructuras y relaciones familiares, el concepto de patria y el sentimiento de pertenencia a un determinado grupo, ya sea nacional, racial, espiritual o de otro tipo (en ese momento estaba en Cáncer y justo cuando empieza la guerra entra en Leo).
Y así podríamos seguir, desde las grandes comprobaciones de la historia a las pequeñas comprobaciones en cada uno de nosotros y en nuestra vida. Plutón nos arrebata mucho, pero nos da muchísimo más si cooperamos con su energía. Allá los astrónomos con su limitado criterio...

17 de agosto de 2006

"Predator"

Parece el título de una película de terror, ¿verdad? Al oír o leer ese título, uno se imaginaría una fiera corrupia, babeante y deseosa de sangre. Uno se imagina a la aterrorizada población tratando de ponerse fuera del alcance de sus grandes fauces. El predador domina a sus víctimas por el miedo, qué duda cabe. Así nos lo han pintado en el cine: el último fue Steven Spielberg, con resultados nefastos para los tiburones de verdad, por cierto.

La «depredación» de la que hoy me apetece hablar es de otro tipo. Su víctima es la población, desde luego, aunque no directamente. La víctima directa es el erario público. De otros Estados no puedo hablar; pero hace un tiempo La Voz de Michoacán, que es el diario que leo habitualmente en Morelia, saltaba con la noticia: el conjunto de los cargos públicos del Estado se lleva el 65% del presupuesto, mientras que para obras públicas y demás menesteres del Estado del Bienestar queda apenas un 35%. Ahí está el presidente municipal de Pátzcuaro, con sus 90,000 pesos mensuales.

Pero como dice el poeta, no termina ahí la cabronada: no sólo se llevan ese 65% del presupuesto estatal. Además, los ciudadanos tenemos que enterarnos del dato por la investigación de un diario, que naturalmente tiene «sus fuentes cualificadas» y puede acceder con mayor facilidad a esa información. Claro que esto no sería así si las autoridades cumpliesen la Ley. Una ley que obliga a todos los organismos públicos a publicar (valga la redundancia) los sueldos de los señorías que ocupan cargos públicos. Claro está que no lo hacen. No hemos avanzado mucho desde la conquista: todo eso suena mucho al se acata, pero no se cumple.

Y aún hay más: nosotros, ciudadanos, no tenemos acceso a esa información precisamente por una corruptela de la democracia. Igual que a un cristiano, en tiempos pasados se le identificaba «por ir a misa», parece que a una democracia se la identifica hoy en día «porque hay elecciones», porque los ciudadanos tenemos el derecho de ir a votar con una determinada periodicidad. Entre votación y votación, a los cargos electos se les entrega literalmente un cheque en blanco. Y ahí se acabó la «democracia».

Y así usted, ciudadano Juan Lanas, no tiene derecho a pedir cuentas de lo que se hace con ese cheque en blanco. No tiene usted derecho a pedir cuentas de lo que se hace con el dinero de usted, como usted lo haría con cualquier otro particular al cual entregara una suma de dinero. Eso es lo que se supone que debería ocurrir en una democracia bien fundamentada. Pero no sólo eso: si a usted, ciudadano Juan Lanas, se le ocurriera pedir cuentas y encontrara culpables entre sus supuestos representantes, no habría una sola autoridad judicial que respaldara su proceso ante los Tribunales.

Cada vez más, la política se va pareciendo al saqueo despiadado, ordenado y metódico de las arcas públicas. Nos representan unas personas cuyo único interés es salir de la política más ricos de lo que entraron. Y como dijo Quevedo, Príncipe de los Ingenios, «ésta es la justicia que mandan hacer». Otro día, si nos dejan, hablaremos del Gobierno.

"Defender la democracia"

Con estas palabras se descuelga el ya casi emérito presidente Fox protestando por las movilizaciones de AMLO. Ni qué decir tiene que las palabras de Fox suenan a queja de vejete cascarrabias; algo así como: "Deja de hacer ruido de una vez, que me van a cambiar de asilo y estás amargando el último chocolate".
Pero, como siempre, vamos por partes, que diría Jack el Destripador. ¿Qué es eso de "defender la democracia"? Con independencia de que el mal gobernante siempre se escuda en las grandes palabras para tratar de ocultar su mala gestión, la democracia no se defiende desde arriba. Se defiende en los pequeños y grandes hechos de cada día. Se defiende con el buen funcionamiento de las instituciones democráticas, en las que los representantes son verdaderamente representantes del pueblo y no de los intereses de ciertas y determinadas grandes empresas. No se defiende cuando se es complaciente con la corrupción porque favorece los intereses partidistas de una u otra facción política, en cualquier territorio de la República.
Cuando las premisas fallan y a pesar de vivir en una democracia, ésta crea mayores desigualdades sociales, se está sembrando para que andando el tiempo, el pueblo prefiera vivir bajo una dictadura que les dé de comer y les permita "vivir", aunque sea con limitaciones. Sólo los irresponsables no se dan cuenta de ello. Y sólo los sinvergüenzas creen que podrán sobrevivir en cualquier momento.

16 de agosto de 2006

A las barricadas

Hace tiempo que no escribía sobre "asuntos mexicanos" y creo que ya toca. El título es lo bastante expresivo de la situación que se vive especialmente en el D.F. López Obrador, convencido de que la razón suprema no está en los tribunales ni en las instituciones, todas ellas vendidas al PAN, por supuesto), se lía la manta a la cabeza y corta nada menos que el Paseo de la Reforma, una de las arterias principales de la ciudad. Como si en Madrid levantara su campamento en medio de La Castellana.
La verdad que los propios del lugar están hasta las narices de tanto manifestante. Tengan o no razón los manifestantes, lo que no les parece justo es que tengan que cerrar porque unos zarrapastrosos se han plantificado delante de sus comercios en apoyo de AMLO para pedir justicia. Que no. Que están teniendo muchas pérdidas, oiga. Y que como esto siga así se acabaron las vacaciones en Acapulco. Y ellos, que tan religiosamente votaron a Felipe Calderón y-no-joda, pues que les están jodiendo a base de bien.
Los medios de comunicación están bombardeando a la población con la idea de que "ya está bien". Sin embargo, parece que efectivamente hubo juego sucio por parte del PAN. En otras latitudes eso hubiera significado la anulación y consiguiente repetición de las elecciones. Aquí, de momento, "no pasa nada". Apenas nada, porque el ruido se siente en la calle. Pero la otra pregunta que uno, como extranjero, puede hacerse, es la siguiente: ¿qué presidente es preferible? ¿Aquel cuyo partido lo escoge como candidato porque es el menos pringao de todos?¿O aquél que aparece más limpio, pero que se ha peleado con todas las instituciones y de haber habido más burocracia se hubiera peleado igualmente con toda esa burocracia extra?
Sabremos la respuesta en unas semanas. Mientras tanto, AMLO sigue vociferando que tiene razón (pero en la calle). Que Dios guarde al mexicanito de a pie, porque Fox ya tiene pie y medio fuera del Gobierno. Y de los que vienen, al menos uno ya sabe los intereses a los que se debe. Y no son precisamente los del pueblo.

7 de agosto de 2006

Solidaridad

Me entero tarde, muy tarde del percance ocurrido en un acto de Ciutadans de Catalunya y sobre el que escribe Victoria Prego en su blog. Es lo que tiene estar fuera de casa: las noticias, buenas o malas, siempre llegan más tarde.
El hecho en sí llama la atención; pero no sólo por sí mismo, sino por su encaje en una estrategia de eliminación física de disidentes. Todo ello en la mejor tradición de la izquierda. Dejemos bien claro aquí que el hecho de que un partido concurra a unas elecciones no lo convierte automáticamente en "democrático". Si fuera así, cabría considerar que el NSDAP alemán fue un partido "democrático" porque concurrió y "ganó" las elecciones de 1933 (después de una intensa campaña de amedrentamiento de los adversarios políticos, cuando no de su eliminación).
Si miramos del lado comunista, nos percataremos por fuerza que el PCUS no se presentó jamás a unas elecciones. De hecho, obtuvo el poder gracias a un golpe de Estado. Por lo demás, allí donde el Partido Comunista tuvo facultades de gobierno, la democracia brilló (y brilla: véase en Cuba) por su ausencia, aunque la parafernalia oficial usaba con profusión los tópicos habituales: "pueblo", "patria", "obrero", "campesino" o "revolución".
Establecido, pues, que la izquierda tampoco puede alegar una tradición democrática, vamos al meollo del asunto.
Vuelven los fantasmas de los años 30. Una parte de la juventud, inculta pero adoctrinada para reconocer al enemigo, la emprende a golpes, gritos e insultos contra personas que haciendo uso de la libertad de expresión y reunión, tratan de llevar a cabo un acto. Culpable es la juventud por lo que hace, de acuerdo; pero más culpable es aún una educación histórica insuficiente y falsa, que deja espacio al adoctrinamiento y a la incitación lisa y llana a la violencia. Más culpables son los ideólogos a quienes no les importa atizar el fuego con proclamas incendiarias. Más culpable es un gobierno que pretende "reescribir la historia", aun a costa de la verdad (y ganar de paso guerras que se perdieron). Hitler reclutaba a sus seguidores entre las masas de parados y otras gentes de malvivir. Hoy parece que el fascismo de izquierdas hace lo mismo.
"Cuando reflexionemos sobre nuestro siglo XX, no nos parecerán lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas". Martín Luther King.
Eso es precisamente lo que debiéramos evitar. Solidaridad con Victoria Prego, Arcadi Espada, Ciutadans de Catalunya y que el peso de la ley caiga sobre los energúmenos que los agredieron (y sobre los energúmenos que adoctrinaron a los agresores, más energúmenos aún).
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