30 de noviembre de 2006

María


Probablemente María no necesite de estos elogios. Ella sabe muy bien lo que está pasando y ahora tiene que mirar a la cara al asesino de su amigo Gregorio Ordóñez. Y lo hizo ayer y le sostuvo la mirada. Esa mirada que no puede sostener el cobarde Gobierno socialista, rendido y genuflexo de antemano ante los postulados etarras y tratando de vendernos a los demás la moto del "diálogo". Como si fuéramos imbéciles.

María miró fijamente a los ojos de ese asesino y contó los hechos tal como los vivió. Contó que su amigo fue asesinado a sangre fría por uno de esos "gudaris del tiro en la nuca". Y lo contó sin concesiones a la lágrima fácil, pese a que habrá derramado muchas lágrimas al recordar a Gregorio. María sabe que vivir en Euskadi y "pensar diferente" es estar abonado a una sentencia de muerte sin juez ni juicio. Y a pesar de eso, se queda. Se queda por todos aquellos que siguen creyendo que "pensar diferente" no es un delito. Se queda por todos aquellos a quienes otros han dejado de defender por miedo o por un interés político de mierda. Eso es amor a la tierra y a la patria vasca, y no lo que otros, olvidando incluso a sus propios muertos, predican.

Quería poner una imagen de María en este post y, tengo que confesarlo, busqué en Yahoo. Encontré esta imagen, en la que María sonríe. Hubiera querido poner la imagen de una María sonriente por el fin del terrorismo, de la extorsión, de la mafia, del miedo, del árbol y de las nueces. Desgraciadamente, en Yahoo no se encuentra esa imagen todavía. Pero con gente como ella todavía cabe la esperanza de encontrarla. Algún día la encontraremos.

Sigue adelante, María. Segueix endavant. Si supiera decirlo en euskera, así te lo diría; pero como no sé, te lo digo en mi lengua materna catalana porque es la que me suena más dulce. Ojalá algún día puedas enseñarme esa Euskadi libre, por fin, de ese puño de hierro del terrorismo, de la extorsión, de la mafia, del miedo, del árbol y de las nueces.

"Luchadores de la libertad" (II)

Seguimos con esa pamema de los "luchadores de la libertad". Prende la llama de la guerra civil, tras las múltiples provocaciones de los partidos de izquierda (parece que en 70 años no han aprendido) y España se divide en dos zonas. En la zona "nacional" ya sabemos que estaba llena de "fascistas malos" y por lo tanto, no había "luchadores de la libertad". En la zona "republicana", al parecer... tampoco.

Los comunistas, que tomaron el mando en 1937, fueron de todo menos "luchadores por la libertad". Mucho menos entonces, controlados como estaban por Stalin a través del Komintern. Que se lo pregunten a Andreu Nin y otros militantes del POUM, asesinados por ser trotskistas (es decir, contrarios a la línea estalinista oficial en el Partido Comunista). Por lo que hace a los anarquistas y libertarios... vinieron a cumplir el sueño de todo español, en en fondo: "hacer lo que me dé la gana, cuando me dé la gana, donde me dé la gana y con quien me dé la gana". Razón por la cual tomaron los comunistas el mando de la República: si los anarquistas hubieran seguido, la guerra hubiera durado bastante menos.

¿Los brigadistas internacionales? Jóvenes, sin duda. Con gusto por la aventura, también. Prestos a jugarse la vida por una "causa noble", claro que sí. Pero, desde luego, sin saber en qué ni con quién se estaban jugando los cuartos. Ahora ya sabemos por qué clase "libertad" lucharon. Eso lo comprendió a la perfección George Orwell. Por eso fue condenado al ostracismo por la intelectualidad inglesa de los 50, próxima a las tesis marxistas. A mí no me da frío ni calor que los homenajeen. Lo respeto, pero no lo comparto.

En la guerra lucharon dos ideologías. Y una de ellas perdió. Y murieron muchos españoles. Tal vez eso sea lo único cierto de esa "lucha por la libertad".

29 de noviembre de 2006

"Luchadores de la libertad" (I)

Éste es un término bastante en boga en la izquierda desgobernante, teniendo en cuenta el uso tan asquerosamente patrimonial que hace esa izquierda de la "libertad". Término, pues, susceptible de ser desmenuzado para observar su composición. Veamos.

Habrá que distinguir claramente dos categorías: por un lado, qué se entiende por "libertad"; por otro, veamos quiénes fueron los presuntos "luchadores". Hablamos en estos tiempos de la presunta "libertad" que existía durante la II República. Pero, como los informados ya saben, el período republicano no es un período que pueda tratarse "en bloque", sino que hubo tres períodos bien diferenciados: la República "de los intelectuales" (1931-33), el "bienio negro" (1933-febrero 1936) y la "República libertaria" (febrero 1936-julio 1936). Habría que saber a qué período nos referimos cuando hablamos de "libertad".

Si algo tienen en común los tres períodos es la persecución religiosa. En mayor o menor grado, durante los tres períodos (probablemente menos en el segundo de ellos) se quemaron conventos y se asesinaron religiosos. Con lo cual, es obvio que no hablamos ya de efectiva "libertad de cultos", consagrada en los artículos 26 y 27 de la Constitución de 1931, con una mención especial aunque no explícita a los jesuitas y unas limitaciones tremebundas en cuanto a lo demás.

Pero si en el año 1931 había que llevar sotana o hábito para ser víctima, en 1936 ese requisito ya no era necesario: bastaba que alguien "te viera salir de misa" para ser acreedor a un tiro en la nuca (eso si no pasabas antes por la checa). En el más benévolo de los casos, el poder público, o quien entonces mandara, permitió que ocurrieran esos hechos, al margen de que existieran "exaltados" o "incontrolados". Ese "actuar por omisión" y no otra cosa fue lo que llevó al paredón a personas como Companys (sólo faltaba que además él hubiese matado a alguien) y no el hecho de ser "separatista", como sin duda fue.

Entonces, concluimos que durante la vigencia de la legalidad republicana los "luchadores de la libertad" no estaban decididamente del lado de la izquierda, sino más bien del otro lado.

Moros

Vaya por delante que no tengo nada en contra de los musulmanes, tan respetables para mí como judíos, evangélicos o budistas mientras no cometan delito alguno. Pero sí quisiera comentar la actitud de algunos gobiernos árabes y actitudes de nuestro desgobierno en lo que se refiere a la "cuestión árabe".

Lo primero que me llama la atención es que hace tiempo nos hemos enterado de que en algunas escuelas de Marruecos se enseña que "España es el paraíso perdido, que hemos de recuperar". Esto no es en sí mismo "peligroso"; pero cuando esa afirmación también está en el ideario de Al-Qaeda, la cosa toma otro matiz muy distinto. ¿Acaso debe algo el gobierno a países como, un suponer, Marruecos?

En segundo lugar, me llama la atención la especial protección de que goza todo lo musulmán por parte del gobierno, directamente proporcional a la cantidad de ataques que reciben la Iglesia y la religión católica. Hemos sabido (hace tiempo y ya no ha vuelto a salir, por cierto) que "por orden superior" en algunos ayuntamientos socialistas se han reservado terrenos para que los musulmanes construyan sus mezquitas (aunque se trató de mantener en secreto). En las escuelas se lamina poco a poco la enseñanza de la religión católica y, por el contrario, se permite la de la religión islámica.

Pero vamos a ver. Para empezar, ¿existe reciprocidad religiosa? Es decir, ¿puede cualquiera enseñar la religión católica, vamos a suponer, en Marruecos? ¿Reserva acaso el gobierno marroquí parcelas para que los católicos construyan una iglesia, ermita o monasterio si hace al caso? Me parece que la respuesta es negativa. Hay toda una propaganda destinada a convencer a los "infieles" de que la religión musulmana es "tolerante". Pero está demostrado que allí donde los musulmanes gobiernan no hay sitio para nadie más. Uno a cero en contra, pues.

En segundo lugar, ¿existe reciprocidad política? Como todo gobierno musulmán que se respete, estamos ante un gobierno teocrático y confesional. No hay separación entre religión y Estado, de tal suerte que el Corán es ley civil en esos Estados. Lo que significa que un delito no es solamente un hecho contra el Estado, sino un pecado contra la ley de Alá. Y que las penas que se aplican a cada hecho ilícito son las que prescribe el Corán, que como libro "de inspiración divina" que es, no se ha modificado gran cosa desde que se escribió. Por eso es "normal" que los castigos allí mencionados sean, entre otros, los latigazos, las lapidaciones o las mutilaciones corporales. Dos a cero en contra.

Y otros puntos más que cabría mencionar. Pero todo esto se pone de relieve con la visita del Papa a Turquía, el más "europeo" de los países musulmanes. Cuando hacen falta ¡16.000 policías! para proteger al Papa, prevenir posibles atentados y evitar desórdenes públicos, se echa de ver cómo está el patio. ¿Éste es el país al que Francia quiere a todo trance meter en Europa, ayudado por nuestro inefable ZP?

Y los imames siguen predicando la Jihad (guerra santa a los infieles) como el primer pilar de su religión, aunque lo prediquen sotto voce en España y en otros países europeos porque eso es como incitar a la guerra.

Para acabar, resulta que yo como extranjero en su país "tengo que respetar sus costumbres" porque si no, me va a caer un buen puro. Y en mi propia casa tengo que respetarlas también porque si no, voy a ser tachado de "facha, cavernícola, intolerante, sectario" y de no sé cuántas cosas más. Es decir, tengo que respetar que "no se integren". El papanatismo progre vigente me obligaría a respetar leyes, usos y costumbres que no sólo no son las mías sino que van en contra de los más elementales derechos humanos (que se lo pregunten a las mujeres o a periodistas como Ali Lmrabet) y a despreciar las mías propias por "retrógradas" y, por supuesto, por "fachas".

Con estos presupuestos, uno entiende la postura anti-islámica militante de Oriana Fallacci.

28 de noviembre de 2006

La guerra de los vídeos

Ya hablábamos en otro post de la bloguitis que parecen padecer algunos jerarcas socialistas. Saben que la televisión, como reza la actual campaña de la cervecera Foster's, es "infecta" y que por eso muchas personas la rechazan y han ido emigrando paulatinamente a la Red. Así que, ni cortos ni perezosos, los jerarcas socialistas se han puesto las pilas y ahora también nos dan la brasa desde la Web. Con la ventaja inimaginable antes de que cuando alguno de ellos diga alguna chorrada ésta quedará registrada en alguna parte.

La tecnología y, sobre todo, el conocimiento de lo que se puede hacer con ella, han avanzado muchísimo. Y los socialistas, de una imaginación siempre fértil (lástima que le suela faltar conexión con la realidad), han decidido abrir el frente multimedia. Ya en las elecciones generales de 1996 dieron muestras de estar en la vanguardia de la propaganda política (no de la verdad, como siempre): el "vídeo del doberman" era de Juzgado de Guardia (nada menos que presentar a la oposición aspirante con posibilidades reales de ganar como una jauría de perros rabiosos), pero no fue denunciado por Aznar, más preocupado por "pasar página".

Así las cosas, diez años más tarde estamos enzarzados en la guerra de los vídeos. El PP sacó hace ya un tiempo un vídeo sobre el 11-M, lo que hizo que Pepiño Blanco lo "criticara ásperamente". Claro que sólo vino a decir que "no era verdad" lo que se decía, sin aportar algún dato concreto que se pudiera considerar una réplica. La dialéctica marxista es así y comienza por despreciar sin más los argumentos del contrario, sin aportar nada que se pueda considerar verdaderamente argumento.

Y ahora el PSOE saca otro vídeo sobre lo que supuestamente hizo el Gobierno del PP durante la tregua-trampa de 1998. Al parecer, es un vídeo con las inexactitudes justas para que nos creamos que el Gobierno del PP hizo lo que dice el PSOE que hizo. Es decir, un vídeo manipulado. Y Miguel Ángel Rodríguez, aludido personalmente en ese vídeo, responde por el mismo medio. Y está bien así. Al PSOE nunca le han gustado los contraopinantes, ni siquiera en sus propias filas (tan demócratas, ellos: que se lo pregunten a Rosa Díez o a los dos Redondos, padre e hijo) y prefieren a la oposición calladita y de rodillas a ser posible. Por eso me parece correcto que quien se vea aludido y tenga algo que decir no se calle si tiene oportunidad de defenderse.

A mí lo que me preocupa es que, descubierto este filón, vamos a tener brasa para mucho tiempo. Bastaría con ajustarse a la verdad en vez de tratar de arrimar el ascua a la propia sardina. La verdad simple. Sin aditivos, ni colorantes, ni conservantes. Pero me temo que, parafraseando a El Último de la Fila, "cuando la propaganda entre por la puerta, la verdad salte por la ventana".

27 de noviembre de 2006

"¿Cómo estaba la plaza?"

¿Cuánta gente había en la "plaza" el sábado, en la manifestación de la AVT? Oyendo al Gobierno, uno se acuerda del Dúo Sacapuntas, pero al revés. No hay más que analizar someramente sus cálculos estratosféricos (y sospechar que les suspendieron en Matemáticas en su juventud, desde luego) y sus disquisiciones sobre "cuántas personas caben en un metro cuadrado". Así, pues, uno se imagina al Gobierno en este diálogo...

- ¿Cuánta perzona había en la plaza?
- ¡Docienta mil perzona!
- ¡Meno, meno!
- ¡Cien mil perzona!
- ¡Meno, meno!
...
- ¡Die mil perzona!
- ¡Qué va a habé die mil perzona ni die mil perzona! ¡Había do mil perzona y ni una má!

Conviene recordar que fue una manifestación convocada por la AVT, no "manipulada" por el PP. Conviene recordar también que Aznar, la bête noire de la izquierda, también fue objeto de un atentado terrorista en 1995 y, por lo tanto, tenía tanto derecho a estar en la manifestación tanto como las demás víctimas. Entre las ausencias, aparte de la obvia ausencia del Gobierno, se echó en falta a Pilar Manjón: me imagino que no fue porque "las víctimas de la AVT son de derechas" y ella, claro, no lo es. Como si a los asesinos les importara la filiación política de sus víctimas, ya fueran del 11-M o de cualquier otro hecho.

En fin. Mal que le pese al Gobierno y a los progres de turno, la plaza estaba... a-ba-rro-tá.

26 de noviembre de 2006

El grandísimo pecado de Albert Rivera


Me queda clara una cosa de todo este lío: que Albert Rivera molesta sobremanera al establishment socialista catalán. No es poca cosa que a los tres meses de aparecer, CdC saque tres diputados en unas elecciones. Diputados que no sólo habrá perdido el PP, sino y sobre todo, el PSC. Por eso, a través del "Diario no oficial de la Generalitat", alguien se molestó en redactar una "cosa" que ocupaba como cuatro páginas impresas. Vamos, un buen informe de los de antes, que te llenaban cuatro páginas por una tontería.

¿Y cuál resulta ser esa "tontería"? Bueno, pues que el señor Albert Rivera había tenido sus coqueteos con la derecha cavernaria, o sea, el PP. Y nosotros nos preguntamos: ¿Y qué? El PP puede gustar o no gustar, pero es una opción política legítima. Sin demasiado futuro tal como van las cosas, pero legítima. Mucho menos legítimo era el PSAN, al que perteneció en tiempos Carod-Rovira (nadie se acuerda de eso, claro). El caso era "sacarle las vergüenzas" al señor Rivera y tratar de encerrarlo en el gulag en que hace años está encerrado el PP.

A mí, en el fondo, me importa un bledo dónde estuvo antes. Me importa un bledo si fue militante o solamente interventor en unas elecciones. Me importa más que, como parlamentario, represente de verdad a quienes dice representar, ya que de los otros nadie lo hace. Y si va a hacer lo que dice, puede que el catalán, pero d'Iznáha no tenga una presidencia muy tranquila. Suponiendo que no se meta goles en propia puerta, como Maragall. Por de pronto, ya ha interpuesto una demanda contra el "diario no oficial de la Generalitat". Esperemos que así se eviten las tentaciones de imitar al Pravda, martillo de herejes de la ortodoxia comunista de "los buenos tiempos"...

16 de noviembre de 2006

Los mamporreros del poder

Volvemos, después de un tiempo, a retomar el tono político y hasta cierto punto, guerrero en mi blog. Creo que hasta yo mismo lo echaba en falta. Pero como siempre, vamos por partes, que diría Jack el Destripador.

Hoy quería ocuparme de de la lamentable situación del PP en Cataluña. El PP en Cataluña es, hoy en día, un partido testimonial, que cada vez tiene menos credibilidad. ¿Cómo es posible que hayan llegado a tal extremo las cosas? Existen varias causas relacionadas entre sí, a mi parecer, que vamos a enumerar aquí.

La primera, desde luego, es la debacle interna. Bien dicen que uno atrae lo que es. Así que Demolition Man Piqué, presunto presidente del PPC, que es un líder mediocre tirando a pésimo, atrae a personas mediocres tirando a pésimas a su directiva. Sólo así se explica que estén en la poltrona del partido personas como Francesc Vendrell, de presuntos méritos y anterior obediencia nacionalista. Y como su caso, otros, que pese a militar ahora en el PP ni olvidan ni se arrepienten de su militancia convergente, "sonrojándose ante las españoladas" de la directiva nacional del PP. Las directivas provinciales están compuestas de personas que en su casa las conocen y poco más. Y en Barcelona, en concreto, me figuro que sólo las intrigas palaciegas internas para repartirse lo poco que hay han dejado el partido como está. No parece sino que Piqué y sus compadres están demoliendo el partido en Cataluña.

La segunda es la estrategia de acoso del PP y expulsión de la vida pública. Al enemigo, ni agua, dicen. Y así, no importa que estemos ante un gobierno monocolor nacionalista de derechas o tripartito nacionalista de izquierdas: al PP hay que borrarlo de las noticias, como no sea para criticarlo. En Cataluña el PP, sencillamente, no existe. O existe, pero por referencias de los demás partidos que sí tienen cámara y micrófono. Y esos partidos (o algunos de ellos) se permiten vulnerar la más elemental democracia cuando instigan a sus secciones juveniles a lapidar públicamente al PP, a insultarlo, incluso a golpear a sus dirigentes. Claro, no lo van a hacer directamente, porque queda muy feo; pero para eso están los jóvenes, ya acostumbrados al trabajo sucio. Los "chicos de la gasolina", que hubiera dicho Arzallus.

Tal vez por eso el conciliador Piqué siente la necesidad de aliarse con alguien poder salir en la foto, aunque sea por delegación. ¿Y a cambio? Pues nada: unas migajillas y sobre todo, el silencio cómplice ante las fechorías que nunca se van a denunciar ni política ni judicialmente. Esto es lo que me hace concluir que el PP en Cataluña ha sido, salvo en el corto período en que lo dirigió Aleix Vidal-Quadras, el mamporrero de CiU. Sabido es que el mamporrero es el que ayuda a que el toro cubra a la vaca. Y eso es exactamente lo que hizo el PP cuando CiU gobernaba en la Generalitat.

Y en último lugar, pero no porque sea menos importante, el extraño abandono de Cataluña por parte de la directiva nacional. Parece existir una consigna no escrita de que "Cataluña no se toca", vigente desde 1996, según creo (aunque podría ser desde antes). El único que se atrevió a saltarse la consigna fue Vidal-Quadras y... bueno, Salomé Pujol no tardó en pedir su cabeza a Herodes Aznar una vez firmó los pactos del Majestic, de modo que lo mandaron a Bruselas para que no resaltara tanto su estatura sobre la enanidad de Pujol. Claro es que no me refiero a estatura física, sino política: Vidal-Quadras tenía la virtud de no arrugarse ante el nacionalismo en general y ante Pujol en particular (algo que echamos de menos en los genuflexos Piqué y Fernández Díaz).

Pero sorprende desagradablemente que, a pesar de todos estos indicios, la directiva nacional no haya tomado ninguna medida para remediar la situación. No se me alcanza qué le pudo contar Piqué a Rajoy; pero el caso es que la directiva nacional no ha movido ficha en todo este tiempo. No parece importarles demasiado que un buen puñado de votantes se quede sin nadie que represente sus intereses. Tal vez ese lugar lo tome Ciutadans de Catalunya, partido al que habrán votado (me figuro) bastantes ex-votantes del PP, hartos de la languidez y de la tibieza de sus candidatos.

Y mientras las cosas sigan así, el tripartito puede estar tranquilo, que el PP no les hará ningún daño. Los demás, a callarnos y a esperar que salga alguien que defienda de verdad nuestros intereses, que desde luego no pasan ni por la independencia, ni por un Estatuto que no nos deje ni respirar, ni por la necesidad de poseer una ejecutoria de catalanidad tan parecida al "certificado de arianismo" nazi. Certificado que certificaba, valga la redundancia, la "arianidad" de su poseedor desde 1750, nada menos.

Pues eso: que Dios nos coja confesados.
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