Esta legislatura, aparte de ser la legislatura «de la mujer» (por eso se ha «concedido» el derecho a abortar a las niñas de 16 años sin necesidad de permiso paterno) y de los discapacitados (aunque no se sabe de qué depende que los afectados reciban la ayuda a la que tienen derecho), está siendo la del ataque a la Iglesia, aunque ahora están más o menos tranquilos.
Se ríen los perroflautas presuntamente de izquierdas de los católicos. Las «acusaciones» son las de siempre: que si tanta riqueza tienen, que si el Papa esto, que si tal cardenal lo otro... Últimamente se ceban con lo de los sacerdotes pedófilos. Ésa es una realidad desgraciada, ciertamente, aunque la Iglesia, a Dios gracias, ya no tapa los asuntos y actúa con la firmeza necesaria; pero los perroflautas sociatas, acostumbrados a los modos goebbelsianos de propaganda, dan a entender que «todos son iguales».
Se ríen los perroflautas sociatas de que los católicos tengamos reparo moral en liberalizar el aborto y la eutanasia. En el primer caso ya nos hemos extendido en otras entradas y no volveremos sobre ello. En el caso de la eutanasia –en una próxima entrada hablaremos sobre el asunto–, no solamente porque creamos que sólo Dios puede dar y quitar la vida y no podemos jugar a ser dioses. Ya tenemos una idea de lo que ocurre cuando el Estado se arroga la «facultad» o «derecho a decidir» quién debe morir (los comunistas y los nazis saben eso muy bien), que es a lo que podría llegarse si la idea fructifica y echa raíces.
Sin embargo, no oigo a los perroflautas sociatas comentar nada acerca de los comedores sociales que Cáritas Diocesana tiene habilitados en las capitales españolas (no sé si en todas) para proporcionar sustento a aquellos que, por las circunstancias que sean, no se lo pueden procurar por sí mismos. Tampoco les oigo comentar nada acerca del «perfil» de los usuarios de dichos comedores. Porque estos usuarios, que antes eran los de siempre (entre ellos, los perroflautas verdaderos), hoy presentan un perfil más variopinto. Empiezan a ser familias de clase media-baja que, ahogadas por la hipoteca o el alquiler y el despido (procedente o no), ya no pueden dar de comer a sus hijos. Familias cuyos miembros están todos en paro, aspecto que ya se anunció hace tiempo como uno de los más graves de la crisis, la que antes negara ZP con tanto ahínco.
Y frente a este panorama, ¿qué hace el «Gobierno de España»? Pues... bueno, está la iniciativa deletérea ésa del «Plan E» (será E de «estamos jodidos»). ¿Iniciativas «sociales»? Si se refieren a las huelgas que ahora quieren montar los sindicatos contra... la Banca (contra el Gobierno no: no hay que morder la mano que da de comer), creo que va a ser que tampoco. El Gobierno precisamente ha acudido en ayuda de la Banca, que es lo que hace un Gobierno... de derechas. Aunque mucho me temo que la crisis conseguirá que mandemos esas categorías políticas al carajo, de puro anquilosadas.
Ah, eso sí. De comedores socialistas nada de nada. ¿Darle de comer a usted cuando se halla en situación de necesidad? Se conoce que el credo perroflauta-sociata no contempla lo de «dar de comer al hambriento» y por eso hacen como que no ven. El perroflauta sociata está muy comprometido con «la liberación de la mujer en Timor Oriental»; pero lo de aquí es otra cosa. El pobre de aquí es de carne y hueso, y eso siempre tiene más peligro. El «Gobierno de España», todo lo más, le regalará a usted una bombillita (y después le subirá la luz para compensar el supuesto ahorro que generará el uso de dicho artilugio: apañados estaríamos si el Gobierno no recuperara su inversión). Timeo danaos et dona ferentes, ya saben.
Y miren: ya que hemos mencionado a los sindicatos, tal vez a Cándido Méndez le convendría darse una vuelta por algún comedor de ésos. Con lo que dan de comer allí tal vez pudiese rebajar un poco ese orondo barrigón de aristócrata obrero que muestra en las manifas y en las ruedas de prensa (y que tan mal le sienta, claro...)
Aguador, a este paso la E es de "emigremos todos".
ResponderEliminarUn abrazo
Amigo Juan:
ResponderEliminarA lo mejor no se ponen las cosas para "emigrar" (y esperemos que no se pongan). Pero lo de que aún no hemos tocado fondo, parece ser cierto...
Saludos,
Aguador