28 de agosto de 2009

«Moderación salarial» y «flexibilidad laboral» (I)

Nos fijamos hoy en dos expresiones que, al igual que la expresión «serenidad y firmeza», forman parte del vocabulario habitual (colección de mantras) del poder fáctico (en este caso de la CEOE en cuanto presunta agente social). La primera puede traducirse en algo así como «que los sueldos de los trabajadores no crezcan demasiado». ¿Demasiado en relación a qué? En principio, en relación al IPC, para que no se note demasiado la pérdida de poder adquisitivo de la clase trabajadora. Aunque lo mismo podría ser en relación a la tasa de beneficios de las grandes empresas, vayan ustedes a saber.

Por de pronto, lo que siempre me ha sorprendido es que la tan cacareada «moderación salarial» se pide (o exige, según los casos) a los trabajadores (a los «obreros», que se decía antes). Y que –ahí está lo más irónico del caso– la piden o exigen orondos señores sentados en despachos de madera de nogal, cedro americano o abeto noruego, cuya agenda está llena de partidas de golf o de pádel (al gusto) y cuyas cuentas están bien repletas por ser consejeros delegados de la empresa XXX o por poseer parte del llamado paquete de control del banco YYY. O la piden sesudos –e igualmente orondos– analistas económicos al servicio de los primeros.

Y yo me pregunto: ¿por qué no se pide/exige «moderación salarial» en los sueldos de la política y la capa superior de la Administración (de cualquiera, no solamente del Estado)? ¿Por qué no se puede empapelar al funcionario o autoridad que niega información a quienes, con todo el derecho, preguntan en qué se gasta el dinero del sufrido contribuyente? Tenemos ejemplos en Cataluña y en Andalucía y seguramente ustedes conocerán de casos en su propia región o ciudad de residencia. ¿Por qué un señor, por muy Molt Honorable que sea, tiene que cobrar 164.000 euros al año (más que el Presidente de la Nación)? Eso, que está mal en tiempos de bonanza económica, está peor en tiempos de crisis. Viene a significar: «Estamos en crisis, pero mientras pueda seguir cobrando mi sueldazo, al pueblo que le f… un pez». Incluso les sugeriré que repasen la lista del llamado top ten, a ver si encuentran a alguno de esos señores que haya sido mileurista o al menos que se las haya tenido ver con un sueldo que ha habido que estirar haciendo malabares, como tantas familias hoy en día.

¿Conclusión? «Moderación salarial» sí (o no), pero para todos.

4 comentarios:

  1. Hola!!!

    Un buen amigo de mi blog, pone en marcha uno nuevo de apoyo a Israel.

    Te dejo la url.

    http://nicaraguaestaconisrael.blogspot.com

    Saludos!

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  2. Amigo Mike:

    Tomo nota del link y lo visitaré en cuanto pueda.

    Saludos,
    Aguador.

    P.D.- Por cierto, me ha encantado la carta que te ha enviado esa persona a cuenta de su conversión...

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  3. calla, que a mi mañana justamente empieza mi moderacion salarial (me meten a mileurista, para que me empatice con la sociedad actual) y me han cambiado el horario a justo y consumo del jefazo (para que se pueda ir a cenar los findes, dicho claro).

    es lo que hay. o a la calle.

    lo malo que esos otros no van a la calle. Asi de jodida es la escala jerarquica.

    saludos.

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  4. Querida Metis:

    Esto es el socialismo: ¡todos iguales, compañera! (igual de jodidos, quiero decir). Y la comprobación de que el decálogo de Orwell sigue vigente: "Todos los cerdos son iguales, pero algunos son más iguales que otros"...

    xDDDDDDDD

    Saludos,
    Aguador

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