29 de abril de 2008

¿Rosa Díez apesta?


¿De verdad cree alguien que Rosa Díez apesta? La pintada en cuestión no ha aparecido en Deusto, precisamente. Ha aparecido en la Facultad de Políticas de la Complutense y parece que fue perpetrada con ocasión de las protestas contra el llamado Plan Bolonia, de equiparación de de titulaciones con el resto de Europa.

Con independencia de que en una protesta cabe de todo (siempre hay quien se aprovecha de que hay movida para «lanzar sus mensajes»), la pintada demuestra hasta qué punto ha bajado el nivel cultural general de los españoles, tanto de los que ya funcionan en el mundo como —y esto es lo peligroso— de aquellos que se están formando. Alguna vez hemos criticado la Universidad como foco de oscurantismo y de educación de élites que transmiten una determinada ideología conectada con el poder dominante. Llegan los pollos a la Universidad después de haberse empapado en el proceloso mar LOGSE sin una mínima idea del respeto a las ideas ajenas.

Sé lo que dirán las jerarquías, desde la menestra hasta el rector y algunos otros: «Son casos aislados». Puede. Pero en una Universidad, en la que se supone que lo que ha de primar es la libre circulación de las ideas, esto es —o debería ser— una agresión intolerable. Y como ya hemos observado otros casos de agresiones a personas que significadamente no profesan la ideología dominante, hemos de concluir que estamos ante un franco deterioro de la institución universitaria. Deterioro que se hará más evidente si no se encuentra a los autores y no se les expulsa de la Universidad. No lo fueron los agresores de Dolors Nadal, así que no confío en que a éstos se les expulse.

En su artículo de ayer en Libertad Digital, Agapito Maestre denunciaba el deterioro de las instituciones. Pues no se olvide también de incluir a la Universidad, que ha pasado de ser la hija de Sofía a ser la criada de Zeus.

28 de abril de 2008

Ministerio de la Verdad (Miniver)

Después de unas semanas de respiro al partido que ha ganado las elecciones, y que se ha nombrado a los ministros y menestras de cada ramo, la palestra mediática ha sido inmediatamente ocupada por el PP y sus desventuras y meteduras de pata. Llevamos una buena porción de días con el tema, que a muchos sorprendió primero, enfadó después y a estas alturas comienza a haber una sensación muy definida de hartazgo.

A estas alturas de la película nos hemos dado cuenta de una cosa: que aunque ZP no tenga ni la más remota idea de qué cosa sea gobernar, es un ser malvado. Sabe deshacerse de sus enemigos, virtud nada desdeñable en política, pero insuficiente como único capital cuando se lleva la nave del Estado.

También hasta ahora creíamos que su especialidad era el ridículo (al menos en escenarios internacionales), pero qué va. Su especialidad es el embuste y la semántica (por más que a Toño, su amigo del alma, no le guste). Por eso, en vez de «sumisión a ETA» hemos oído proceso de paz; en vez de «atentado» hemos oído accidente; en vez de «trasvase» hemos oído conducción temporal de agua. Y por eso también sus colegas de nuestra área cultural le han dado de lado, por considerarle un aliado poco de fiar.

Ésa es la ventaja de conocer la semántica. Ha ocurrido en todas las dictaduras (especialmente en las del siglo pasado). A partir de aquí, hay que ver si realmente nos estamos deslizando hacia un régimen dictatorial. Claro: no una dictadura al uso, sino una especie de democracia orgánica, con una diversidad de instituciones (legislativas, ejecutivas y judiciales) que dan la impresión de ser independientes pero que en realidad funcionan al dictado del jefe.

Para ello, el primer paso importante es neutralizar a la oposición. Y es lo que está consiguiendo ZP, contra todo pronóstico. Ha conseguido que los capitostes del PP estén entretenidos acuchillándose unos a otros y discutiendo sobre las esencias de su partido. Lo que significa que sus votantes se sorprendan, se cabreen y, sobre todo, estén inermes y faltos de representación ante el programa político de ZP (que lo tiene y no es el que está publicado en su página web, precisamente).

La hegemonía cultural de la que hablaba Gramsci hace tiempo que está conseguida. No importa quién esté en el gobierno: la televisión (la que se ve sin pagar, por lo menos), buena parte de los diarios y de las emisoras de radio son zetaperas (me resisto a llamarlas «socialistas» porque a fin de cuentas, Rosa Díez y Gotzone Mora son socialistas también y están fuera del partido zetapero; por otro lado, la expresión «rojos», aunque ZP se ha definido a sí mismo como tal, es un tanto guerracivilista) y el mensaje que se enviará a millones de personas será zetapero también. La Universidad pública está prácticamente colonizada por los zetaperos (y en las comunidades correspondientes, por el nacionalismo cavernícola). El mundo de los espectáculos, con toda su caterva de titiriteros, es zetapero. Puede que existan actores o productores de derechas; pero les es negado sistemáticamente el acceso al gran público.

Finalmente, para comprobar que estamos en una democracia de muy baja intensidad (o una dictablanda), tomemos los famosos 11 principios de Goebbels y veamos cómo se han aplicado a rajatabla para desactivar al PP (que es el único partido de la oposición con posibilidades de gobernar; los demás son acreedores de ZP por un motivo u otro y Rosa Díez todavía no tiene entidad suficiente como para ser una molestia para ZP):

  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

  2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

  3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. «Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan».

  4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

  5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

  6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: «Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad».

  7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

  8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

  9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

  10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

  11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

Quien diga que esto no lo ha hecho el partido zetapero (y/o el nacionalismo en su radio de acción, pero que ayuda a ZP por sus propios motivos y para la consecución de sus fines) o miente, o no se entera. ¡Larga vida al Miniver! (San George Orwell, ten piedad de nosotros). A este paso, pronto llegaremos a ver el Ministerio del Amor...

27 de abril de 2008

El pre-congreso


Dedicada a Borja Montoro, caricato de "La Razón", con admiración y respeto.

26 de abril de 2008

Un paseo matinal


Para quien no lo sepa, la Rambla Nova de Tarragona es la main street de la ciudad. Cualquier manifestación importante empieza, continúa o termina en ella. El kilómetro largo que va desde la Plaza Imperial Tàrraco hasta el Balcó del Mediterrani, barandilla desde la cual se atisba el Mare Nostrum en toda su inmensidad y lejanía, sirve lo mismo para ubicar el mercadillo los martes y los jueves como para todo otro tipo de actos, autorizados o no.

Ha sido el caso de esta soleadísima mañana de sábado. Hallándome de paseo en la citada vía, han aparecido unos defensores del aborto libre y gratuito. Atronaban con la versión Communards de la canción Don't leave me this way, (No me abandones así), bastante en contradicción con lo que andaban predicando. Me he convencido de que no sabían inglés; de otro modo no habrían puesto esa canción. Y desde luego, desconocían que la canción había sido o es un icono musical de la cultura gay (como gays eran Jimmy Sommerville y Richard Coles), con lo cual en absoluto la canción tenía que ver con sus reivindicaciones.

Despropósitos musicales aparte, no eran una manifestación multitudinaria, ni mucho menos. Y me dio pie a la reflexión que va en estas líneas. ¿Por qué o para qué el aborto libre? Ya hemos hablado del aborto como delito aquí y aquí, así que no repetiremos argumentaciones que van en esas entradas. En mi opinión, quien pide el «aborto libre» es alguien que pretende ser irresponsable. Es decir: hemos aceptado que la carne es débil (¿?) y que el goce del sexo debe ser inmediato y no se puede prohibir o limitar (como cualquier goce en nuestra sociedad hedonista). Cuesta menos decirle a una adolescente «toma un par de condones y confío en tu buen juicio» que tomarse la molestia de educar en los valores de una sexualidad responsable y respetuosa con el propio cuerpo, habitualmente tachada de rancia por las autoridades progres de las Consejerías de Educación.

Así, pues, la mujer —o lo que es peor, la adolescente— se acuesta con quien le parece, porque el ambiente invita a ello y se recita como un mantra «lo que da placer no puede ser malo». Como ya hemos quitado la barrera del autodominio y la educación sexual, hay que fiarse de elementos externos. Si tras el fornicio la mujer no se queda embarazada, miel sobre hojuelas. Puede buscar otra ocasión de placer con el mismo u otro compañero. Si el condón falla o era de mala calidad, siempre nos queda la pastilla del día después. Y si la pastilla falla, bien porque no se tomó a tiempo, bien porque «falló» por cualesquiera otras causas, ¿qué nos queda?

La ley es muy clara: y si el producto de la concepción o fornicio no lo es por causa de violación (presumamos aquí el consentimiento), ni hay peligro para la madre ni ha de nacer con algún tipo de malformación, no permite el aborto. Ni tampoco, aun cuando concurra cualquiera de las tres circunstancias, si el aborto se practica tras el plazo de 12 semanas. En todos esos casos el aborto es delito (correctamente entiende la ley que se trata de un delito equiparable al asesinato).

Pues bien: quienes defienden el aborto libre y gratuito pretenden, simplemente, «evitar las desagradables consecuencias del fornicio», para que «lo que da placer siga siendo bueno». En una palabra, eludir la responsabilidad del nacimiento y educación del ser que llevan en el vientre. Rasgo que, en mi opinión, no denota sino inmadurez, puesto que la persona madura acepta y sobrelleva las responsabilidades de la vida y las consecuencias de sus actos, mientras que la persona inmadura rechaza unas y otras, amparándose en vanas excusas, que encubren el deseo de seguir siendo puella aeterna.

Pero no solamente eso. Pretenden además que la tal práctica médica abortiva, contra la cual yo me declaro, sea financiada con dinero público. O sea, con dinero mío y de usted, señora, que también se opone al aborto. Lo cual es el colmo de la irresponsabilidad: ni me hago cargo de mi bebé porque es un engorro, «no estoy preparada» o simplemente porque no me da la gana, ni hago el desembolso necesario para que me lo quiten de la barriga porque mamá Sanidad pública me lo va a quitar gratis.

Pues miren ustedes, señores y señoras abortistas: yo digo NO. Con mi dinero NO.

24 de abril de 2008

Visca Sant Jordi :P


De risa, ¿no? La foto está tomada en la playa "de la Comandancia" en Tarragona. Por si quedaran dudas, vamos a actualizar un texto que ya tiene algunos años y que con frecuencia citan quienes hablan de la "represión" lingüística ocurrida en aquellos llamados años (por cierto, copiado y pegado en varios blogs con errores gramaticales incluidos):

Restin a la recòndita intimitat els coqueteigs lingüístics, l'expansió més o menys romàntica o més o menys reticent d'altres llengües. Però en presència d'un català, davant els seus compatriotes i davant el món -i vostè, senyor de la fleca, es presenta davant el món i els seus compatriotes quan ven el seu pa-, tingui vostè la dignitat de la seva pròpia redempció i honori degudament al seu redemptor. La consigna és clara i no és defugible: si volem ser dignes d'aqueixa redempció i honorar qui ens ha redimit, tots els catalans hem de fer tres coses: pensar com en Carod, sentir com en Carod i parlar com en Carod, que, parlant, naturalment, en l'idioma nacional, ha imposat la seva Victòria..."

("Quédense para la recóndita intimidad los coqueteos lingüísticos, la expansión más o menos romántica o más o menos reticente de otras lenguas. Pero en la presencia de un catalán, ante sus compatriotas y ante el mundo —y usted señor de la guantería, se presenta ante el mundo y ante sus compatriotas cuando vende sus guantes— tenga usted la dignidad de su propia redención y haga usted el honor debido a su redentor. La consigna és clara y no tiene efugio: Si queremos ser dignos de esa redención y honrar a quién nos ha redimido, todos los catalanes debemos hacer tres cosas: pensar como Carod, sentir como Carod y hablar como Carod, que, hablando, naturalmente, en el idioma nacional, ha impuesto su Victoria...")

¿Verdad que suena actual? Pues eso. Ni "trescientos años de resistencia", ni mucho menos "trescientos años de ocupación". En todo caso, treinta años largos de coñazo identitario (y lo que te rondaré, morena, si siguen los que ahora están...)

P.D.- El texto original es de Luis de Galinsoga, director de "La Vanguardia Española", aparecido el 8 de agosto de 1939. En todo caso, si uno es de nacionalista de derechas puede sustituir a Carod por Pujol. El sentido del texto no cambia sustancialmente (incluso gana en expresividad).

23 de abril de 2008

Gekados

Con esta abreviatura se designaba el muy alto grado de confidencialidad de un asunto en la Alemania nazi. De hecho, la abreviatura lo es de las palabras Geheime Kommandosache, que significa «asunto secreto reservado al mando». Se trataba de asuntos que sólo concernían a éste y que para cualquier otra persona era mejor no conocer. Se complementaba esta calificación con la llamada Orden nº 1 del propio Hitler, de 23 de agosto de 1939, «dirigida a todas las autoridades civiles y militares del país». Dicha Orden estaba redactada en los siguientes términos:

«1. Nadie podrá tener conocimiento de los asuntos secretos que no sean de su propia incumbencia.

»2. Cualquier autoridad o funcionario habrá de saber tan sólo aquello que resulte estrictamente necesario para el buen cumplimiento de su misión.

»3. Nadie habrá de tener conocimiento de las obligaciones que le incumban antes de que sea necesario.

»4. Las órdenes indispensables que a cualquier nivel se deban transmitir a los servicios subordinados habrán de contener el mínimo de información necesaria para el cumplimiento de una tarea concreta y nunca serán enviadas antes de que sea preciso.»

Con estos antecedentes, necesarios para nuestra exposición, podemos enfrentarnos a la que ha sido la primera decisión de la ministra Chacón: perseguir a aquellos militares que vierten sus opiniones sobre cuestiones militares en foros o en blogs. Y ello más allá del golpe de efecto que ha supuesto la visita relámpago de la ministra a Afganistán (donde, recordemos, hay guerra, se tiran tiros, muere gente y no hay petróleo).

Añadamos ahora —y perdóneseme la profusión de referencias normativas— un segundo elemento. Se trata del artículo 178 de la Ley 85/1978 de 28 de diciembre, de Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas. Éste es su tenor literal:

«El militar tiene derecho a la libertad de expresión, pero necesitará autorización previa para su ejercicio cuando trate cuestiones que pudieran perjudicar a la debida protección de la seguridad nacional o utilice datos que sólo pueda conocer por razón de su destino o cargo en las Fuerzas Armadas

Dicho artículo se complementa con el artículo 191 de las citadas Ordenanzas:

«Cuando estuviere destacado en cursos, comisiones o unidades con mando orgánico no español, así como en maniobras combinadas en territorio nacional o extranjero, todo militar observará en su trato con los miembros de otros Ejércitos las mismas reglas de comportamiento que rigen en las Fuerzas Armadas nacionales

Imagino que éste es el artículo que invocarán los jurídicos militares a la hora de cercenar la libertad de expresión de los militares. Interesa especialmente la segunda de las circunstancias: uso de datos que sólo se puedan conocer por razón del cargo o destino en las Fuerzas Armadas. Se pretende, pues, que el militar no dé información alguna que permita deducir las condiciones en que está prestando servicio, ya sea en territorio nacional o allende sus fronteras. Pero, al mismo tiempo, cabe deducir que si esta normativa hubiera sido de aplicación, difícilmente nos hubiésemos enterado de que los BMR que se destinaron al Líbano iban derechitos a la muerte por falta de inhibidores de frecuencia. Con el feo agravante del desmentido a Toño cuando dijo que nadie llevaba inhibidores en sus vehículos. O los intentos de escamotear información en la muerte de la soldado Idoia Rodríguez Buján, a la que por narices hubo que conceder la cruz con distintivo rojo (implícita admisión de que la misión «de paz» era en realidad misión «de guerra» para congraciarse con Bush).

Pues bien. La ministra Chacón va a echar el cerrojo respecto de esas informaciones informales que, aun cuando no pongan en peligro la seguridad nacional, sí se conocen exclusivamente por razón de cargo o destino, además con criterio de extraterritorialidad. La misma función tuvo Rubalcaba en Interior, precedido igualmente por Toño. Las goteras eran tan notorias que ZP hubo de poner a alguien capaz de cerrar el grifo y ése, en esos momentos, no era otro que el insumergible Rubalcaba.

¿A qué nos lleva todo esto? A que en materia de Defensa, como ya decíamos en otras entradas de este blog, las cosas no han cambiado en absoluto desde hace treinta años. El militar sigue siendo ciudadano de segunda (lo de «ciudadanos de uniforme» ha quedado en el más profundo de los olvidos y suena a burla, befa y mofa en las circunstancias actuales), con independencia del color del gobierno. En este sentido no está de más recordar el inicuo art. 181 del texto legal citado:

«Los miembros de las Fuerzas Armadas, por cuyos intereses vela el Estado, no podrán participar en sindicatos y asociaciones con finalidad reivindicativa. Tampoco podrán condicionar, en ningún caso, el cumplimiento de sus cometidos a una mejor satisfacción de sus intereses personales o profesionales ni recurrir a ninguna de las formas directas o indirectas de huelga.»

Ahora bien: ¿qué ocurre si el Estado, como hemos visto, no vela por los intereses de los miembros de las Fuerzas Armadas? Legalmente sólo tienen el recurso de aguantarse; pero eso sí: «con espíritu de sacrificio, disciplina militar y acendrado amor a la Patria». O dicho de otro modo: se pretende que el militar deje de usar su cerebro y que sean otros los que en todo momento le digan lo que tiene que hacer, pensar, sentir o decir. La felicidad pasa —y esto vale para todos, militares y civiles— por dejar de usar el cerebro.

Así, pues, la ministra Chacón ha decidido matar mosquitos a cañonazos y utiliza a los efectivos de la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil para rastrear a los opinantes-traidores, en vez de dejar que se ocupen de una tarea más importante, cual es la de perseguir a los ciberdelincuentes, las redes de pederastia, a los terroristas que usan Internet para comunicarse entre ellos... Vamos, como si no tuvieran trabajo ya. Un escalón más en la degradación de los derechos de los militares, pero usando esta vez el espíritu de la Orden nº 1 y el criterio de la invisibilidad, tan caro a la izquierda («lo que no se sabe, no existe»).

Un ministro (o ministra, ya que estamos) de Defensa en condiciones haría lo posible por dignificar la función militar a los ojos del pueblo. Dignificación que no consiste en convertir el Ejército en una «ONG especializada de personas con derecho a portar armas para defender la paz mundial». Un servidor se conformaría con que nuestras Fuerzas Armadas fuesen capaces al 100% de cumplir con las misiones que le encomienda la Constitución (art. 8):

«1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional

Con eso bastaría. De verdad. Lástima que con esta ministra podemos esperar sentados. Pero no se lo digan a nadie: es gekados.

20 de abril de 2008

Para este viaje...


... no hacían falta tantas alforjas. Pues nada, nos vamos. Yo defendí el voto al PP, aunque fuese tapándose la nariz, porque creía que era el único que podía echar al P(SOE) y reconducir las cosas en este país. Ahora ya veo que no. Me ha defraudado Rajoy; me han defraudado los sorayos y los arrioleros, que creen que el partido es "suyo". Muy bien, quédenselo en buena hora. Si los conservadores y los liberales no caben en su partido, nos vamos. Si cree Rajoy que para ganar tiene que parecerse a ZP, nos vamos también. Siempre es preferible el original a una mala copia.

A partir de ahora me declaro huérfano de toda representación política y me quedaré esperando que vengan tiempos mejores para quienes ZP no nos paga el sueldo. Quizá eso sea lo mejor: que siempre nos quedará la esperanza.

19 de abril de 2008

El pacto


A partir de ahora, la justicia irá mejor. Todo queda en casa y todo se reparte como buenos hermanos (aunque las cosas queden igual que hace cuatro años).

Silencio, se rueda... hacia la España asimétrica

Por su interés, reproducimos este artículo de Pedro de Tena en Libertad Digital de hoy.

El silencio es la abstención de hablar. Menciona Cicerón en una de sus obras las fiestas de las abacias, fiestas en honor de Baco instituidas por Dionisio de Capua, en el Asia Menor, en las que estaba prohibido hablar. En Andalucía, algunos desean instalar lo que llamaremos las "abacias" del Sur, una feria sin precedentes por su extensión y población invitada cuya característica esencial es que en ella se puede hacer de todo menos hablar, sobre todo de política, de lo que pasa, de la realidad. Podemos estar de fiesta todo lo que queramos, pero tenemos prohibido hablar, sobre todo, si es hablar de lo importante.

La libertad de expresión, manifestación y esas zarandajas democráticas están muy bien cuando se está en la oposición y como armas de combate, pero cuando se llega al poder, lo mejor es predicar el silencio, incluso el administrativo. El silencio es la expresión verbal de aquel icónico-dinámico: "El que se mueve no sale en la foto". Cuando se dice mover, también se refiere a los labios, claro. Una palabra tuya bastará para arruinarte. "No te va a ir bien", te dicen los amigos del poder. Por eso, el silencio es lo mejor en tiempos de régimen. Lo supo Franco con pericia suprema. En su tiempo, hablar de política era casi pecado. Pero, claro, los que hablamos entonces y pagamos por ello, ¿haremos caso de estos mindundis por más que con el dedo avisen o amenacen?

Cuando en una sociedad supuestamente democrática, la gente te dice al oído "Es que no puedo hablar porque me puede perjudicar", "Es que si te contrato no me contratan a mí", "Oye, compréndeme, es que si digo lo que pienso no volveré a ganar un concurso" o incluso "Es que la beca de investigación depende de que me quede calladito" es que algo suena a podrido y no en Dinamarca. Es decir, por hablar claro, que la losa del silencio del régimen se extiende como el miedo entre quienes pudiendo hablar, no es conveniente que lo hagan. Decía Aristóteles en su Ética que el silencio deshace muchas amistades. Pero podemos añadir que el silencio, además, deshace muchas libertades.

Ah, ya. Los que hablamos, los que señalamos, los que denunciamos, los que subrayamos, los que informamos somos unos radicales que no entienden que el secreto de la vida política está en el centro. O sea, las cosas no son verdad o mentira, infames o nobles. Las cosas, ahora, son centradas o no centradas, centristas o no centristas, moderadas y no radicales o insoportables y fuera del tiesto. Cuando decimos que puede estarse preparando la operación "balanceo" para dar en el morro a andaluces, extremeños y demás pobres de España con los datos del PIB o del IRPF, ¿somos extremistas, locos o fanáticos? Cuando Maragall diseño la asimetría nacional traicionando al socialismo y abrazando el nacionalismo, muchos socialistas, entre ellos Chaves, rieron y callaron. No, señor Chaves, no. Usted se inviste, otra vez, presidente de la Junta de Andalucía la semana que viene. Diga algo. ¿Qué hará usted? ¿Ser cómplice de la dirección de su partido en la desigualación de España o irá de mano con Javier Arenas recuperando el valor constitucional de la cohesión nacional y la igualdad de oportunidades?

¿Dónde están los intelectuales andaluces, esos que dicen que usan el "intelecto" (que eso será lo que quiere decir ese palabro infecto heredado de la Revolución Francesa según el cual parece que los demás mortales no disponen de tal órgano, función o capacidad intelectual), ante la reforma del Estatuto de Cataluña, ante el golpe de mano en el Tribunal Constitucional, ante la divulgación de supuestas balanzas fiscales, ante el monopolio del poder de comunicación público de la Junta de Andalucía? A ver, Clavero, Catedrático. A ver, Rafael Escuredo, que estás en el Consejo Consultivo de Andalucía y en otro, paralelo, vinculado al señor Chaves. A ver, Manolo Pimentel, tú que tanto pecho echaste cuando Aznar. A ver, Alejandro Pacheco. A ver, todos. ¿O esto no es un cachondeo? A ver, economistas que sabéis hacer las cuentas de lo que perdería Andalucía si se impone el método de cálculo de la financiación autonómica propiciado por el nacionalismo catalán. A ver, juristas. A ver, profesores de historia. A ver, hombres y mujeres de esta tierra. ¿Qué cantan los poetas andaluces de ahora? ¿Dónde, dónde los hombres y las mujeres? (Lo decía el viejo Alberti, ¿Recordáis?) Ah, ya. La cosa va de Chiqui Chiqui. En época de Franco, al menos, se iba de porrompompero que musicalmente era mejor.

18 de abril de 2008

En estos tiempos de paz y concordia...

Ésta es una de las muletillas más famosas de los discursos del Rey, junto con aquella de «La Reina y yo» (que ahora no viene al caso). Suele dejarla caer en tiempo de Navidad, cuando a mucha gente se le reblandece el seso y te saluda en vez de clavarte los dientes en la yugular, por aquello de que en Navidad «somos todos buenos».

Pero qué duda cabe que éstos no son tiempos de paz y concordia, por mucho que lo diga el Rey. A pesar de ello, su discurso de apertura de la IX Legislatura abundaba en ésa y otras ideas. El Rey pedía «consenso a los grandes partidos», como si fuera posible que éstos pudieran ponerse de acuerdo en los grandes temas de Estado. Las palabras del Rey sonaron a «menos crispación y más consenso», en el sobreentendido de que quien «crispa» es el PP.

Extraña postura la del Rey, que toma partido por quien desearía darle la patada. Toma partido el Rey por quien desea retomar la II República, aquella que prácticamente echó a patadas a su abuelo. Y ZP, sonriente en la forma y malvado en el fondo —ha demostrado sobradamente que de tonto no tiene un pelo—, le deja hacer lo que quiera. A cambio, le pide discursos favorables al Gobierno, como el que comentamos. Y el Rey cumple, por la cuenta que le tiene.

Y la confirmación de que no son tiempos de paz ni de concordia nos ha venido por dos vías: la primera, la polvareda levantada por el trasvase-que-no-es-trasvase para Barcelona (que no Cataluña), mientras el mismo remedio se deniega a las sedientas huertas valenciana y murciana. ZP ha demostrado sobradamente también que no gobierna para todos los españoles, sino sólo para aquellos que le han votado. Y la segunda, más terrible si cabe, ha sido la aparición en escena de ETA, con un atentado en Bilbao contra la sede del P(SOE).

El Rey pedía «unidad de los demócratas contra el terrorismo». Unidad, sí. Pero «unidad» no significa apoyo incondicional al Gobierno. No significa acompañar al Gobierno en la aventura del «proceso de paz». No significa ausencia de crítica ante una política antiterrorista que ha supuesto hasta hace bien poco clamorosas bajadas de pantalones. Otra cosa no se le puede pedir a los demócratas. Claro que de una unidad así conformada el PNV se desmarcará con cualquier excusa, porque ya es notorio que el PNV necesita a ETA para llegar al «fin común», que es la independencia.

Nos hubiera gustado oír decir al Rey algo como esto: «Que sea ésta la Legislatura en la que, a través de medidas contundentes en lo legislativo, lo policial y lo judicial, se ponga fin a la barbarie terrorista, y se desenmascare a quienes han dado todo tipo de cobertura al terrorismo». Claro que para decir eso se tiene que ser libre... ¿y qué libertad se tiene cuando los discursos te los escribe un negro a sueldo del Gobierno?

En fin, pues. Queda abierta la IX Legislatura. El 9 es un número de finales. En el terreno musical es de todos conocido que nueve sinfonías escribió Beethoven. (Bruckner y Schubert no terminaron sus respectivas Novenas). Mahler dejó apuntes para una Décima. Sin duda, algo importante acabará para España en estos cuatro años que tenemos por delante. Esperemos que no sea la propia España.

17 de abril de 2008

¿Trasva... qué?


Y no hace ni dos meses que lo dijo... y ya tenemos trasv... digoooo... "captación puntual de recursos hídricos". Claro que si tan "puntual" es, no se monta una estructura que vale 180 millones (más otros 20 millones para tener contentos a los agricultores). Y siguiendo la máxima de Antonio Gramsci de que "la primera perversión es la del lenguaje", vemos retorcerse a la Voguemomia cual rabo de lagartija para encontrar un término equivalente a trasvase que no contenga la palabra maldita.

Ya lo han intentado antes. Valga una enumeración somera. Así, la rendición del Estado a las pretensiones etarras se llamó (se sigue llamando aún) "proceso de paz". La legítima defensa ante la provocación gubernamental y/o socialista se llama "crispación". La imagen de ZP, abandonado prácticamente de todos sus colegas, se llama "breve e informal encuentro" (con la soledad, suponemos, porque los otros no le hicieron ni puñetero caso).

Pero es que hay más. Resulta que cuando hay que dar agua a otras regiones, el trasv... digooooooo... "captación puntual" es malo malísimo de toda maldad y forma parte del "expolio permanente al que Madrit somete a Cataluña". Sin embargo, en dirección inversa, la "captación puntual" es un bien necesario que Cataluña merece por su aportación al triunfo zetapero. Pero coño, si hasta Marcelino Iglesias ha abierto la boca (él, que casi siempre la ha tenido cerrada cuando se ha tratado de ZP) y ha dicho que nombraría una comisión de expertos para estudiar si lo que se ha hecho en Cataluña es o no es "trasvase".

Añádase un segundo agravio. Pese a que se ha vendido como trasvase "a Cataluña", en realidad es una "captación puntual de recursos hídricos" reservada exclusivamente a Barcelona. A los agricultores leridanos o tarraconenses para quienes el agua es tan vital como para los demás, que les vayan dando. Esto es solidaridad y lo demás, puñetas y ganas de marear.

Termino con una pregunta "del millón". Hace ya un par de años (o tres), ZP dio a la Generalitat 649 millones de euros (ahí es nada) para obras públicas, obras que ni siquiera se han empezado. No me extrañaría enterarme de que se han gastado en promoción de la lengua catalana en Baleares o Valencia. O en embajadas catalanas en Helsinki. O que se los hayan repartido como las comisiones del AVE (el mantenimiento del sacrosanto oasi necesita de estos repartos). Pero no dude nadie que nos acabaremos enterando. Vaya que sí.

Rechazado por la clase política

Artículo de Jesús Salamanca Alonso en Minuto Digital, de 5 de abril de 2008

Pintan bastos para la política exterior española. Se suele decir que «quien siembra vientos, recoge tempestades». Ahí está la imagen solitaria y abandonada del presidente del Gobierno español, Rodríguez Zapatero; aunque su amigo José Antonio Alonso y su vicepresidenta en funciones pretendan justificar lo injustificable. El presidente en funciones, Rodríguez Zapatero, ni es querido ni es respetado, más bien es ignorado, sencillamente no es aceptado como miembro de grupo en la Cumbre de la OTAN.

Desde la cobarde retirada de las tropas españolas de Irak, Rodríguez solo cosecha desprecios, desplantes y negativas. Y si alguien quiere saber cómo se refleja en el ejército español aquella retirada, no tiene más que preguntar a quien lo sabe; pero podemos responder desde aquí: allí donde acuden las tropas españolas son recibidas con el gesto del aleteo de las gallinas y el sonido de éstas. Es una forma, como otra cualquiera, de llamar cobardes a quienes dejaron tirados a millones de iraquíes, cuando más se necesitaba la contribución del ejército español.

Nunca un presidente del Gobierno español había llevado a tanto ridículo y vergüenza al ínclito ejército español. De pena, señores. De vergüenza también. Y, sin embargo, las tropas de Afganistán nunca debieron acudir allí; pero allí están, expuestas a unos peligros que nuestras tropas en Irak tenían a más de ochocientos kilómetros.

Y digo que no debieron acudir a Afganistán por dos motivos: porque no son necesarias, además de no pintar allí nada, y porque nadie quiere cerca a las tropas españolas tras la espantada de Irak. Aquella rácana decisión de Rodríguez ha hecho que nadie se fíe de nuestras tropas y hasta en la OTAN las rehúyan los ejércitos de otros países, conscientes de que en cualquier momento les pueden «dejar con el culo al aire». Casi todos los medios de comunicación españoles han publicado la fotografía de Rodríguez solo, aburrido, abandonado, adormilado y rechazado. Lo siento como lo digo — por aquello de que es el presidente de mi país; aunque me pese –, pero recoge lo que sembró. Pero ahí no va a acabar la cosa. No olviden lo que acabo de decir, porque presenciaremos peores humillaciones.

La mofa hacia Rodríguez no se ha hecho esperar. Su reunión con George Bush se anunció inútilmente desde Moncloa, aunque siempre fue negada por la Casa Blanca. Había que llegar a esta foto que veis para que muchos 'caigan del burro'. Hasta la propia vicepresidenta en funciones no sabía que decir el jueves, ni adónde meterse. La vicepresidencia debería saber, como decía Billy Cosby que "no todos los ojos cerrados duermen, ni todos los ojos abiertos ven". Aplíquese a Rodríguez y explíquese a 'Maritere'.

Desde el respeto a la opinión del adversario, y convencido de que el atentado de ETA se llevó a cabo para ayudar al PSOE a ganar las elecciones, no quiero acabar esta breve reflexión sin una pregunta que me ronda la cabeza desde hace días: ¿sabrán once millones de españoles que han votado a un mostrenco? Seguramente no habrá respuesta. Y es que nuestros padres nos han enseñado a hablar, como dice el refranero, y el mundo a callar.

Comentario nuestro. El artículo del amigo Jesús Salamanca, aunque no contiene ideas «nuevas», sirve muy bien para remarcar lo que venimos diciendo desde hace tiempo en materia de Defensa. Los militares no tienen quién les defienda ni quien respete sus derechos más allá de la esfera militar; y gracias a las genialidades de Zapatero, somos el hazmerreír del mundo entero. En cuanto a la pregunta que lanza, la de los once millones, yo se la puedo contestar: sea o no sea un mostrenco, votaron para que no ganara «el otro» y, de algún modo, han dado carta blanca a éste. Y ya hemos visto lo rápido que se ha aplicado a hacer de España la primera potencia africana...

15 de abril de 2008

El desfile



"Capitán, dé la orden de firmes..."

Fumata blanca (y II)

Y ahora las nuevas. ZP se está distinguiendo especialmente por la creación de Ministerios inútiles. Como por ejemplo, éste de la Igualdad. Se supone que tenemos un artículo 14 en la Constitución que garantiza de forma general la igualdad. Más específicamente, tenemos los arts. 138 y 139, que nos dicen:

Artículo 138.

1. El Estado garantiza la realización efectiva del principio de solidaridad consagrado en el artículo 2 de la Constitución, velando por el establecimiento de un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español, y atendiendo en particular a las circunstancias del hecho insular.

2. Las diferencias entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales.


Artículo 139.

1. Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.

2. Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español.

¿Defenderá la ministra Aído estos principios? Mucho nos tememos que la ministra no pueda hacer nada con el tema de la imposición lingüística, que de hecho es un freno indirecto a la libertad de circulación y establecimiento de personas en todo el territorio nacional. No digamos en el ámbito judicial: parece que el TC (con mayoría progre en estos momentos) está decidiendo si es constitucional o no doblar la pena por un acto de violencia familiar cuando el autor es un hombre. ¿Qué hará el flamante nuevo Ministerio de la Igualdad? Probablemente, bloguear sobre la injusticia de la decisión del Alto Tribunal y nada más. Y si eso es así, bien podremos decir que la igualdad se ha-ído a hacer puñetas...

Cristina Garmendia es el pago al apoyo o concesión al PNV y la nueva titular del Ministerio de Ciencia e Innovación (para diferenciarlo del ministerio pepero, que lo era «de Tecnología»). Vamos a ver si realmente hay innovación, y vamos a ver también cómo defiende los intereses de los consumidores de nuevas tecnologías (hoy tal vez no tan «nuevas», sino más bien un elemento imprescindible en la vida cotidiana) frente a los intereses de las timofónicas, siempre prestas a beneficiarse a costa del consumidor con el silencio cómplice del ministerio.

Finalmente, nos queda el inútil Ministerio de la Vivienda, regentado esta vez por la nueva Beatriz Corredor. Ni hecho a propósito parece que la nueva Ministra del ramo sea una corredora de fincas urbanas, así que algo ha de entender más que sus predecesoras Trujillo y Chacón. Está por verse que ese Ministerio justifique su nombre en vez de ser —como nosotros creemos— una Secretaría de Estado dentro del de Fomento.

Con estos mimbres se forma la acción de Gobierno de los próximos cuatro años. Hay mucha tela que cortar. Pero si el PP no se pone las pilas en estos cuatro años, merecerá que ZP nombre a su presidente Ministro de la Oposición. Y mi voto, que en las últimas elecciones fue para el PP, podría decidir irse a la urna de Rosa Díez, que al parecer se toma con menos calma y más en serio lo de hacer oposición.

Fumata blanca

Habemus Gobierno. Al igual que el primer ejecutivo zapateril, presenta un perfil igualitario (tantas mujeres como hombres). En eso, nada que objetar. Los problemas surgen cuando estudiamos con más atención los nombres y la distribución de las áreas.

En primer lugar, ¿qué hace todavía en el Gobierno esa menestra nefasta conocida por el universo mundo como Maleni, la antes partía que doblá? Chulería e ineptitud vestidas con bata de cola... y ZP, quién sabe atendiendo a qué arcana lógica, la mantiene en el ministerio del Fermento. Debe ser que le ha perdonado la vida porque ni la gestión de los apagones barceloneses ni las obras del AVE han pasado factura al P(S)C en Cataluña (amén de que el P(S)C hizo una campaña mucho más efectiva que la del PP, apelando simplemente al voto del miedo). O también que Manoliyo Chaves no la quiso como regalo de vuelta y está «en expectativa de destino» mientras sigue amargando la vida a todo el que se cruza con ella.

Otro de quien nos maravillamos de su permanencia es Mariano Fernández Bermejo. Después del escándalo del pisito y de enfrentarse a una huelga que ha puesto en jaque el funcionamiento de la Justicia durante dos meses —y que veremos cuánto se tarda en volver a la situación anterior—, el Mariano malo es mantenido en su poltrona. ¿Qué grandes designios, qué insignes decretos esperará ZP del último de su clase? Otro misterio sin resolver.

El tercero en discordia es, naturalmente, Currito Desatinos. ZP le necesita porque en inglés sólo sabe decir «every time, bonsáis». Gracias a este ministro, el mundo nos percibe como la primera potencia africana. ¿Que ZP no se relaciona con la fracasada Angela Merkel, ni con le petit Nicolas y sólo intercambia tres palabras con el malísimo Bush? No importa; siempre nos quedará el lingala para relacionarnos con nuestros amigos de Senegal, Mali o Guinea. Y por supuesto, la AlianZZZísima de Civilizaciones, que no sirve para nada y nos cuesta una pasta muy gansa a los españoles.

Pero lo mejor son las reorganizaciones y las recién llegadas. La cuestión no es tanto cómo organizar las áreas de acción de Gobierno en la forma más lógica posible para que no exista fricción entre los diferentes departamentos ministeriales. Lo importante es cómo dar cabida a las cuotas de género y de federación. ¿Que el organigrama lógico-administrativo se va a la mierda y hay que elevar secretarías de Estado a la categoría de Ministerios? No importa: el caso es tenerlos a todos contentos, además de redistribuir de forma adecuadamente progre las áreas de la acción de Gobierno.

Sale Calderilla y entra Corbacho, flamante nuevo ministro de Trabajo e Inmigración, al que ni siquiera hay que tocarle una letra del apellido para sacarle apodo. De acuerdo con el Diccionario de la RAE, corbacho es el «vergajo con el que el cómitre castigaba a los forzados». Por su parte y derivadamente, cómitre era «la persona que en las galeras vigilaba y dirigía la boga y otras maniobras y a cuyo cargo estaba el castigo de remeros y forzados». Así que cabe suponer que el nuevo ministro será el azote de la inmigración ilegal, que es verdaderamente una lacra de nuestra sociedad.

Parece que una de las premiadas por sus arduos esfuerzos en su departamento ha sido Mercedes Cabrera. Además de la Educación, debe regir los destinos del área de Asuntos Sociales y Familia, desgajada la una del Ministerio de Trabajo standard y la otra de nueva creación (progre, por supuesto). No es difícil imaginar que ahora la señora Cabrera tendrá más recursos a su disposición para perseguir a aquellos que se atrevan a objetar a la EpC, pese a que ésta naufraga una y otra vez en los Tribunales de Justicia. Por sus actos la conocerán: «Cabrera, el terror de la pradera».

Otra igualmente «premiada» es Elena Espinosa. Manda carallo. Su mérito ha sido en que ha conseguido agrupar en una sola mano lo que antes era Medio Ambiente, Medio Marino y Agricultura. Al parecer, éste será el orden de importancia con el que se tratarán los asuntos: las pretensiones ecologistas primero, las de los agricultores después. Conseguirá a corto plazo la unidad del sector agrícola... en contra de ella. Si no, al tiempo. Tras la gestión desastrosa de Narbona —sobre todo por desmentir al jefe: después de que éste dijo que «se ocupaba del problema del agua» no se puede salir dos días después diciendo «ésta es la peor sequía que hemos padecido en cincuenta años»— y del fracaso de las desaladoras, hay que encontrar alguna manera de hacer los trasvases correspondientes sin que parezca que se retoman las ideas del PP en materia hidrológica.

Un tercer premiado es Miguel Sebastián, que desplaza a Joan Clos (el ministro més ben pentinat) al frente del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. ZP premia así que Sebastián se dejara partir la cara en las elecciones municipales de mayo pasado (el de Madrid fue un batacazo mayúsculo, desde luego). Lo malo es que Sebastián no es ingeniero, que sería lo propio, sino economista. Y por eso ya ha tenido los primeros roces con el Profesor Siesta, que ha venido en decir: «Aquí el jefe soy yo». Veremos también cómo se conduce el tema de las fusiones en el sector eléctrico.

Finalmente, la ya ministra Carme Chacón, que deja el inútil Ministerio de la Vivienda (de resonancia franquista) y se va nada menos que a Defensa. No podría haber un perfil más inadecuado que el suyo para dirigir ese Ministerio: es inexperta, no tiene conocimiento alguno de los asuntos militares (ya hemos criticado que, desde que estamos en democracia, todo el mundo vale para ser ministro de Defensa menos los militares) y, por si fuera poco, es ecopacifista, es decir, que no cree para nada en la utilidad del Ejército, como no sea en plan «Soldados Sin Fronteras». Además, como está embarazadísima, es muy probable que se tome la baja maternal por cuatro meses, así que durante ese tiempo el Ministerio estará dirigido por una Secretaria de Estado. Si el conjunto de todas estas circunstancias no es una humillación para nuestras Fuerzas Armadas, que baje Dios y lo vea...

12 de abril de 2008

Y otra de turbantes


Gracias a mi amiga Nora me hago eco de las declaraciones de un clérigo musulmán (Mohamed al Munajid), que alerta sobre la libertad de expresión. Según él, «la libertad de expresión es muy peligrosa porque puede llevar a la libertad de pensamiento». Pero veamos al completo el extracto de dichas declaraciones que ha realizado Jihad Watch (traducimos libremente):

«El problema es que se quiere abrir un debate sobre si el islam es verdadero o no, o si el cristianismo o judaísmo son falsos o no. En otras palabras, quieren extender el debate a cualquier tema. Ahora quieren abrir el debate para todos los temas. Eso es todo. Se empieza por la libertad de pensamiento, se sigue por la libertad de expresión y se acaba en la libertad de creencia. Así, pues, ¿dónde está la conspiración? Ellos dicen: "Vamos a dejar que la gente opine libremente del islam". Bien, ¿qué es lo que quieren? Ellos dicen: "Pienso, luego quiero expresar mis pensamientos. Quiero hablar y decir, por ejemplo, que el islam tiene lagunas, o que el cristianismo es la verdad absoluta y eterna". Entonces hablarán sobre la libertad de creencias y dirán que cada cual puede creer en lo que quiera... Si quieres ser un apóstata, adelante. ¿Te atrae el budismo? Genial. Deja el islam y hazte budista. En esto consiste la libertad de creencias. Quieren libertad para todo. Lo que ellos quieren es peligrosísimo

El jeque, después de haberse despachado a gusto sobre la tolerancia islámica, sigue:

«La libertad de pensamiento, dentro de ciertos límites, es algo positivo. El islam exige reflexión, interpretación y el uso de la cabeza. Pero la libertad de herejía, que permite a cualquiera criticar lo que quiera en el Islam al decir, por ejemplo, que no le gusta el castigo por apostasía, o por beber alcohol, o por lapidar adúlteras, es una barbaridad. Se pregunta: ¿Por qué a un ladrón se le tiene que cortar la mano? Algunos dicen que "eso es una exageración". Y una #@@##&&!!. Si suprimes el castigo, verás cómo aumentan los robos. Por otro lado, la gente siente segura su propiedad gracias a este castigo».

Como apostilla Nora, según las palabras del jeque la lapidación de la adúltera es un buen castigo, porque mantiene a buen seguro la propiedad del marido.

Pero otra cuestión que a mí se me plantea es que esto ya suena a conocido. ¿Dónde hemos visto eso antes? Ah, sí... en los países comunistas. Sólo que en esos países no es Alá el dios, sino el Partido. El Partido controla tu vida (como en Arabia lo hace el Corán). Quizá no te corten una mano por robar, pero... atrévete a protestar por algo que el Partido no haga bien. Atrévete, si tienes narices. Consecuencias: muerte, deportación, exilio... La única manera de mantener a todo el mundo en el Paraíso es lavarles el cerebro y cerrar todas las demás vías de información.

Una última cuestión. Hace ya algunos años la Iglesia Católica —a mi parecer, equivocadamente— mantuvo que no se debían usar condones en las relaciones íntimas. La polvareda que levantó esa afirmación fue fenomenal. Todo el mundo se echó encima del Papa y los chistes y las chirigotas varias florecieron por doquier. Se hablaba de «los carcas de la Iglesia» y se sacó a pasear toda la parafernalia anticlerical de siempre. Y no pasó nada más.

Cambiemos el supuesto y pongamos que esa afirmación la hubiese realizado un mullah o un ayatollah. Supongo que se pueden correr apuestas; pero creo yo que, al igual que muchos de ustedes, no habría chirigota alguna. En Holanda, seguro que no. Ni en Dinamarca. Y en España, no digamos. Y de haber habido alguna, al pecador se le hubiese acusado de racista, de xenófobo, de fascista, de poco respetuoso con la religión... y algo más: cualquier «buen musulmán» tendría el perdón de Alá, el grande, el misericordioso, por enviarlo sin billete de vuelta al otro barrio

Lo cual me sugiere otra pregunta: ¿qué oscuros negocios tendrán esos gobernantes con los islamistas para que éstos consigan cerrarles la boca? Porque al final, por mucho que se hable de política o religión, se acaba hablando de dinero.

Supongo también que habrá quien diga que las palabras de este hombre sólo le pertenecen a él. Pero da la casualidad de que allí donde pensar por cuenta propia puede suponer la muerte, lo que dice un señor de éstos puede valer por lo que piensan y no se atreven a decir miles o millones de personas.

10 de abril de 2008

Películas que tal vez nunca se hagan

Son cosas que uno no entiende. Por ejemplo: la rutilante carrera de actor de Charlton Chuck Heston (descanse en paz), hombre educado, cortés y sencillo en su esfera privada, al parecer... y presidente de la National Riffle Association, que defiende el derecho de los estadounidenses a defender a tiros su propiedad, como si los Estados Unidos fueran todavía el Wild West que John Wayne nos mostró en esas películas llenas de indios malos malísimos y del Séptimo de Michigan...

Otra cosa hay que no entiendo, en esto del cine. Se filman biografías (ahora los llaman biopics) de muchas celebridades. Se han rodado películas y series de Churchill, Roosevelt, de Eisenhower, de Patton... Supongo que cualquier día de éstos se hará una película de Clinton y del quitamanchas que debió tener a mano en los momentos importantes. Ah, los directores estadounidenses, siempre respetuosos con sus figurones...

Hasta los alemanes se acuerdan últimamente de Hitler y han hecho películas sobre el personaje que más les ha marcado en el siglo XX. La última, Der Untergang (El hundimiento), es una gran película. El actor Bruno Ganz realizó una interpretación excelente del personaje y realmente la caracterización es muy buena. Se han hecho películas y series sobre la Shoah y de los horrores de los campos de concentración nazis: de las que recuerdo, la mejor con diferencia fue Holocausto, en la que trabajaba una joven Meryl Streep, que es una de mis actrices favoritas (excelente también Sir Ian Holm como Himmler). No menos importantes fueron Heimat o Música para sobrevivir.

No menciono a Oliver Stone y sus hagiografías de Fidel Castro y de Evo Morales: seguramente en el Hollywood progre las habrán recibido con agrado, pero no menos seguro es que a más de un emigrante cubano le habrá repateado ver cómo se glorificaba al dictador tropical.

Esto... ¿no notan la falta de alguien? Yo sí. Noto la falta esencial de películas sobre un señor llamado Iosip Vissarionovitch Dhugashvili, conocido para la historia como Stalin, «el hombre de acero». O sobre alguno de los apparatchiks del régimen comunista coetáneos con los Hitler, Himmler, Heydrich y demás patrulla nazi. No se conoce mucho sobre ellos: la izquierda intelectual occidental se ha encargado de correr un tupido velo sobre la barbarie comunista al tiempo que aireaba la de los nazis; ¿pero quién puede decir que Lavrenti Beria, jefe de la NKVD, no era tan cruel como Himmler al frente de su Gestapo? Por otro lado, ¿acaso los comunistas no deportaban a los judíos? Claro que no los gaseaban, como los nazis (naturalmente, eso era un error): los mandaban a los comandos especiales para tener la gran oportunidad de morir como héroes por el padrecito, que «había sido mágnánimo y benévolo perdonándoles su asquerosa vida y concediéndoles dicha y generosa oportunidad».

Probablemente, lo más cerca que hayamos estado de conocer la barbarie comunista ha sido gracias a la película La vida de los otros, del alemán Florian Henckel von Donnersmarck, situada además en el orwelliano 1984 (mucho me temo que no es una localización temporal inocente). Como ocurre en estos casos, muy pocos se han dado por aludidos; y personas que colaboraron con el régimen, por poco que fuese, dicen ahora que «ellos nunca fueron verdaderamente comunistas» (como antes ocurrió con los nazis). No obstante, los archivos se guardan y ahí aparecen registrados nombres y personas, lo mismo en los de la KGB que en los de la temible Stasi. Los alemanes están haciendo muy bien en mirar cara a cara a su historia, para poder aceptarla como algo que pasó y no permitir que envenene su futuro.

¿Y España? Bien, aquí el figurón histórico preferido es... Franco, como corresponde a una intelligentsia cinematográfica de izquierdas pero educada en el franquismo. El dictador ha sido y es una de sus obsesiones, de forma que le han visto desde todos los ángulos posibles. No obstante, los capitostes que llevaron a España a una guerra civil o la administraron, como Largo Caballero, Negrín... o Carrillo, están totalmente missing del cine o de la televisión. Nunca se ha hecho demasiada luz sobre ellos.

¿Por qué? Tal vez hay miedo de que el gran público, cada día un poco más ágrafo, empiece de todos modos y contra pronóstico a atar cabos sueltos entre imágenes y entonces... ¿se acabaría el chollo cultureta progre? ¿Se acabaría la hegemonía política izquierdista sustentada en el monopolio cultural progre? ¿Dejarían los titiriteros de percibir la correspondiente subvención? (no lo permita el Rey Salomón) Quién sabe. Pero por si acaso, ahí está el experimento Miénteme, con resultados al principio buenos y bajando, después de que algunos se quejaran de que «no reflejaba la represión franquista» (que la hubo, tal vez, pero nada comparable a lo que por esos tiempos ocurría en los países comunistas y que hoy conocemos), hasta convertirse en el panfleto progre que hoy es.

Cualquier día de éstos nos encontramos otro panfleto televisivo a mayor gloria de Felipe González, algo así como Los ochenta fueron nuestros (y casi los noventa). De Aznar no creo que hagan ningún panegírico porque los del PP no saben vender las cosas buenas que hicieron (creo que todavía están intentando desentrañar los significados de las palabras publicidad y propaganda) y porque entre los progres el bigotes es la bête noire, a pesar de haberse llenado los bolsillos con él y también a costa de él.

Y cualquier siglo de éstos nos enteraremos de las barbaridades del comunismo chino. Se corren apuestas: yo voto por el siglo XXV...

9 de abril de 2008

Tres años


Nunca el color negro le quedó mejor a este blog que con este video. Una niña es asesinada a base de malos tratos por su padrastro, casi con el consentimiento de su ¿madre? Están en la cárcel los dos; pero ya nadie nos devolverá a esta niña de limpia mirada y de tan sólo tres años. A mí me hizo llorar. Si quien entra en este humilde blog tiene un poco de corazón, que difunda este vídeo entre sus amigos y conocidos. Esto no debería pasar nunca más.

KELSEY BRIGGS, DESCANSE EN PAZ.

(Gracias, Nora)

Breve (e informal) encuentro


Es curioso ver cómo se esfuerza nuestro querido gobierno sociata en justificar lo que ni siquiera llegó a producirse. Las prolijas explicaciones de la Fashionaria Voguemomia, que no tendrá que preocuparse de si podrá o no podrá renovar su fondo de armario porque parece ser que continúa, se corresponden de forma inversamente proporcional a las imágenes. Leidis an gentelmen, güelcon tu... ¡Matrix Reloaded! (lo pongo así, en inglés gitano, para que ZP me entienda mejor). El contraste es alucinante. Gracias a los chicos de Libertad Digital.

8 de abril de 2008

El memo del PP

La amiga Eureka me pasa esta vez un meme sencillo. Tan sencillo como declarar a cierta persona como memo oficial del PP. Pero finalmente se ha revelado una tarea más difícil de lo que parece. Ella ha votado por Francesc Vendrell. Yo, quizá mirando en clave más nacional, tengo tres candidatos:

  • Celia Villalobos, rampante esposa de Pedro Arriola (¡hostiaspedrín!), la cual, no contenta con haber ganado un escaño, se queja de «lo pequeño que es su despacho» en el Congreso. No hemos olvidado su gestión al frente del Ministerio de Sanidad. Ya que al marido no lo podemos citar porque no es cargo del PP ni, al parecer, tiene carnet de militante, la citamos a ella, que solita se basta.

  • Alberto Ruiz-Gallardón. Seguramente gana muchas municipales en Madrid y hace muchas obras públicas. Pero ideológicamente es un memo: quiere parecerse a ZP, mal aconsejado por Cebrián, y todos los días da la matraca con lo del viaje al centro, que al PP nunca le ha conducido a ninguna parte.

  • Ángel Acebes. Desde que vi su "impagable actuación" del 11-M, supe que, de ser yo presidente, no le daría ni la escoba para barrer el portal de Génova, 13.

Le paso el meme a Patri Lorente y a Y si no es oro todo lo que reluce, a ver qué es lo que opinan.

La banca gana

Está visto que hoy en día el único modo de adquirir una vivienda es colgándose al cuello durante treinta años una piedra llamada hipoteca. Eso ha sido uno de los grandes triunfos de la banca española. La hipoteca, técnicamente considerada, no es más que un préstamo con garantía inmobiliaria, que en este caso sería la propia finca urbana o vivienda que se pretende adquirir. Esto, en sí mismo, no tiene ningún problema. Es una forma legítima de hacer negocios. Usted, Juan Español, se sacrifica por sus hijos o sus nietos para que éstos puedan tener una vivienda libre de polvo y paja, en la que puedan vivir sin más apreturas que los gastos de comunidad, el IBI, la tasa de recogida de basuras, el alumbrado y otras gavelas que el Ayuntamiento de su ciudad, siempre falto de recursos, se pueda sacar de la manga.

Sin embargo, considerado más de cerca, tiene toda la pinta de ser un atraco legal. Teniendo en cuenta la normalidad del empleo precario, que hace veinte años no existía, ¿quién se atreve a hacer frente a una obligación de tan larga duración? Que para comprar un piso en estas condiciones han de ser dos, se cae por su propio peso, puesto que uno de los sueldos va a pagar la parte correspondiente de intereses o del principal.

Así es como la hipoteca se interpone entre las parejas y su felicidad. Recuerdo una publicidad de hace años de una entidad bancaria. Se ve a la pareja en la cama. Están abrazaditos como dos tórtolos. En un momento determinado él, todo meloso, le dice a ella: «¿Vamos a por el segundo, churri?». De golpe y porrazo, la «churri» se convierte en un amenazador empleado de banca que, burlón, dice algo así como: «¿Recuerdas cuánto dinero te falta por pagar... churri?». Y Juan Español tiene que envainársela —literalmente— y quedarse sin fiesta por lo menos para un mes.

Ayer, no obstante, nos enteramos de otra vuelta de tuerca. Después de entrar no solamente en Europa, sino en el mundo del euro, más o menos alegremente, hay una palabra o expresión que hace temblar a toda familia hipotecada que se respete: «variación del Euribor». La variación del Euribor es la que hace que suba el tipo de interés hipotecario y que, por tanto, la cuota mensual con que los bancos castigan al hipotecado suba o suba de acuerdo con unos inextricables y arcanos movimientos que sólo pueden predecir los muy entendidos.

Pero lo que ha ocurrido, al parecer, no lo habían previsto los bancos. Estamos en plena crisis inmobiliaria y, como consecuencia de ello, además de cerrar las agencias inmobiliarias como si de un dominó se tratase (que parece que se atropellan unas a otras cerrando), los pisos han bajado de valor. Lo que significa, también, que el valor de la hipoteca sobre el piso se reduce. Así, pues, Juan Español ya no deberá pagar los intereses de 40 millones, que es en lo que se valoró su vivienda, sino de 25 millones, que es su precio de mercado actual.

Pero Juan Español se llevará las manos a la cabeza cuando se entere de que nuestro Gobierno ha autorizado a los bancos a embargar a Juan Español otras posesiones en valor suficiente hasta completar los 40 millones que valía la hipoteca cuando se firmó. Así, si Juan Español tiene un coche, el banco se lo embargará, por mucho que lo use como herramienta de trabajo. Y pueden añadir ustedes todos los bienes que quieran... hasta completar el precio de la hipoteca.

Que el Gobierno (cualquiera que sea su color) está en manos de la banca, es afirmación que no necesita mayor encarecimiento. Lo llamativo es que sea un gobierno del P(SOE), presuntamente de izquierdas, el que esté siendo agarrado de las pelotas por el gran capital. La medida en cuestión, por otra parte, implica que los bancos no se van a apretar el cinturón. Quien lo va a tener que hacer es el usuario final, Juan Español. Otros se van a joder; la banca, jamás. Y si hay que conseguir que otro se coma el marrón que también debiera comerse la banca, se consigue.

No menos llamativo es que el decreto que desarrolla la Ley Hipotecaria en este punto haya salido el día 11 de marzo, dos días después de las elecciones. Como tantas informaciones, noticias y datos que se dejaron para el día después. O sea, con la seguridad de que ZP continuaba en Moncloa. Pero no nos debemos engañar: si salió el 11 de marzo, es que ya estaba preparado desde antes. No lo hicieron en dos días. Y mientras, ZP prometiendo lo de los 400 euros... los cheques-bebé... En fin. Riámonos, para no llorar. Y recordemos esto: la banca nunca pierde.

7 de abril de 2008

Navarra en venta

Leo en El Mundo, entre asombrado y asustado, que «el Gobierno ofreció a ETA un órgano común vasco-navarro con poderes ejecutivo y legislativo» después del atentado de la T-4. Se amplía, pues, el agujero de la mentira. Porque, recordemos: se nos dijo, repitió y machacó hasta la saciedad que el proceso estaba roto, etc., etc., durante un año. A los que no nos fiábamos de las palabras de ZP y de Rubalcaba se nos llamó fachas, peperos, agoreros, catastrofistas... y algunas otras cosas «menos lindas».

Luego, ZP no tuvo empacho alguno en reconocer ante PedroJota que «no había dicho la verdad de aquello», es decir: que mintió. A los que señalamos la gravedad del hecho, prácticamente se nos contestó con un «¿Y qué?», cuando no con el silencio absoluto, como si el hecho de que todo un Presidente del Gobierno mintiese al pueblo y a sus representantes en un asunto como el terrorismo no tuviera la más mínima importancia. Cuando quisimos saber de qué habrían hablado los representantes del Gobierno con ETA, se nos dio la callada por respuesta. La burla, también: «Mira a éstos que pretenden saber de qué hablamos con los etarras, ji-jí, ja-já». La risa floja, vamos. Es decir: no teníamos derecho a saber lo que una banda asesina y mafiosa, que tiene como objetivos a todos los españoles, negociaba (sí, con todas las letras) en esos momentos con el Gobierno.

Pues bien, ahora ya nos empezamos a enterar: el Gobierno ofreció a ETA ese llamado órgano común vasco-navarro para, digámosle así, «entrar fuerte en la negociación». Obviamente, allí todos son vascos y no hay ningún navarro en la negociación. Patxi Nadie, José Antonio Pastor, Jesús Egiguren, Arnaldo Otegi, Josu Ternera... A no ser que se haya colado Uxue Barkos en dicha negociación (la única política navarra que a mi parecer podría estar en una tal negociación), con lo cual se presupone incluido el sentir de una parte de los navarros.

La oferta, no obstante, presenta un problema de legalidad constitucional: significa pasarse por el forro del arco de triunfo la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución. Dicha disposición establece la necesidad de un referéndum entre los navarros (no los vascos) para ratificar la decisión del Órgano Foral en el sentido de querer unirse a los vascos. Por lo tanto y de acuerdo con esa oferta, a los navarros que les den.

Y sin embargo, a pesar de ofrecerle las dos terceras partes del pastel (competencias legislativas y ejecutivas en ambos territorios), ETA ha dicho no. Ellos piden lo de siempre, desde hace 40 años: independencia de España y anexión de Navarra, un trocito de Santander, el trocito llamado País Vasco-Francés (que a Monsieur Le Président no le hará ninguna gracia), el trocito hoy llamado La Rioja, y un trocico de Aragón. Que viene a ser lo mismo que pide el PNV adaptándose al paripé democrático, no lo olvidemos.

El P(SOE) se lo daría de mil amores si eso no supusiera que iba a ser visualizado —palabra clave— como una traición a la Constitución y específicamente a los navarros, a los que se vendería como vendieron Chamberlain y Daladier Checoslovaquia a Hitler en 1938. Vamos, que no importaría si no se viese tan claro o se pudiese vender como algo parecido a «un éxito resonante del federalismo asimétrico», por poner un ejemplo. Y todos contentos como Chamberlain y Daladier: «Se ha preservado la paz». La historia de los siete años siguientes demostró cuán equivocados estaban.

Y lo que es muy lamentable de este asunto es que haya sido ese «no» de ETA lo que haya salvado la honrilla del presidente que va a ser embestido pasado mañana. O sea, que no prosperó la negociación porque los etarras se ciñeron exclusivamente a sus inasumibles pretensiones. De haber dado su visto bueno los etarras se hubiera dado el primer paso para el Anschluss euskalerríaco: anexión de un territorio hermano, ayudada desde dentro y sin disparar un solo tiro.

Y ahora, ¿dónde están los que nos llamaban agoreros por decir que «con ZP España se rompe»?

Premios Dardo y Blogger Sapiens

Ante todo, discúlpenme por la tardanza en agradecer los premios. La realidad, siempre apasionante, invita a dejar las celebraciones para otros momentos. Al menos en España, tras las elecciones parece que no se ha movido nada y todos los ojos pendientes de Mariano Rajoy, a ver qué hacía o qué no hacía tras veinte días de meditar y mesarse las galaicas barbas... las continuidades de ZP, la huelga de los funcionarios de justicia, a la que dedicaremos un próximo post... Todo eso hace apasionante la realidad y provoca que los premios, justa o injustamente concedidos (lo «injusto» en mi caso sería por humildad: nunca creí que tuviesen premio estas letras que junto), queden siempre pendientes de agradecimiento.

Pero bien dice el refrán que «de bien nacidos es ser agradecidos», así que agradezco a las personas que habéis convenido en concederme esos premios, que no se conceden a los amiguetes (como me decía uno al salir el Thinking Blogger Award), sino a quien, por un motivo u otro, expresa una opinión respecto de un tema que coincide con nuestro pensar.

Así, pues, como mandan los cánones, vamos a dar una lista (seguramente incompleta, aunque sean todos los que estén) de aquellos a quienes van dirigidos mis premios:


Felicidades a los premiados, que en realidad son los amigos todos de la Resistencia Anti-ZP (personalizados en estos 10 blogs). Hemos de seguir luchando no sólo para echar a ZP de la Moncloa, sino para que en este país podamos disfrutar, nosotros y nuestros hijos, de la libertad y la democracia verdaderas que nos prometimos en 1978.

6 de abril de 2008

Un equipo para el PP

Recojo el guante que me echa Patri Lorente respecto de su meme «Un equipo para el PP». No sé si voy a acertar mucho, porque como a fin de cuentas Rajoy hace su equipo a dedazos, lo que los demás podamos decir le va a sonar entre lírico y celestial. Aun así y a pesar de padecer esta especie de democracia orgánica, voy a intentar algo parecido a una selección, por usar el término futbolístico.

Presidente: Eduardo Zaplana / Esperanza Aguirre.

Secretario General: Jaime Mayor Oreja

Vicepresidente económico: Manuel Pizarro

Vicepresidente político: Aleix Vidal-Quadras

Portavoz en el Congreso: Luisa Fernanda Rudi / Ana Pastor

Portavoz en el Senado: Gustavo de Arístegui

Supongo que habrá quien me crucifique por quitar a Mariano Rajoy de la Presidencia del PP. Y voy a justificar mi elección. Si Rajoy hubiese usado su tan alabada retranca galaica contra ZP en vez de guardarla sólo para su partido, tal vez ahora sería él el encargado de formar gobierno. Por eso prefiero a Zaplana o a Aguirre de presidente. Me gustan las personas directas, incisivas y sin complejos, y ellos lo son. Además, aunque sea a nivel autonómico, tienen una experiencia de liderazgo (fueron o son presidentes de su Comunidad por al menos dos veces consecutivas). Es algo que Rajoy no ha podido experimentar antes, porque a pesar de haber llegado a tener muchísimo poder ha sido siempre segundón (por delante de él siempre estaba Aznar).

Coincido con Patri en dar a Mayor Oreja un mayor protagonismo. Una de las cabezas mejor amuebladas del PP que, incomprensiblemente (o no), está en la retaguardia. Alguien que se ha batido el cobre contra el nacionalismo radical de ETA y cavernícola del PNV, que los entiende muy bien y que, en mi concepto, ha sido uno de los mejores ministros de Interior que hemos tenido en España, merece que le den una mayor responsabilidad.

En cuanto a Vidal-Quadras, es una pena que no vuelva a la política española y/o catalana, sean cuales sean las razones. Fue el único que se atrevió a toserle a Pujol, lo cual dice mucho de él, en aquellos años en que el mestre Yoda era más omnipresente, omnipotente y omnisciente que el Gran Hermano de Orwell. Necesitamos a alguien sin complejos que defienda la idea de España; y en mi concepto, el señor Vidal-Quadras es una de ellas.

Y los demás... pues a trabajar. Aunque sea en las bambalinas. Sólo el tiempo es capaz de decir si la elección de Rajoy fue la correcta o no. Por eso, doy un cierto margen de cortesía al equipo de Rajoy y especialmente a Soraya Sáenz de Santamaría, la nieta del general. Todavía no se ha estrenado de verdad y ya le han dedicado ríos de tinta sobre lo que se supone que hará o dirá, o no hará o no dirá. Veremos si estamos ante una oposición de verdad o tenemos lo de siempre. Y si es lo segundo, sólo nos quedará suspirar y decir: «Para este viaje no hacían falta tantas alforjas». Y la próxima vez, en vez de esforzarme por el voto útil, me quedaré en casa, esperando a que alguien me represente de una p... vez.

5 de abril de 2008

Aigo

Resulta un tanto gracioso que el ex-PSUC (comunista) Francesc Baltasar se encomiende nada menos que a la Moreneta a los efectos de la solución del problema del agua. Se conoce que le han fallado Marx, Lenin, Stalin y Zapatero, todos juntos. Es gratificante ver cómo algunos, que en su juventud fueron jóvenes greñudos y airados, han ido perdiendo por el camino las greñas y el cabreo, habiéndose convertido en calvos devotos de la fe del poble català. Es lo que tiene ser el rey negro.

Es que, claro: cuando te fallan el tren y el barco para transportar el precioso líquido, mal vamos. Cuando te falla la desaladora, que aquí no la quieren porque en Almería no funciona, mal vamos. Cuando se descubre una fuga muy cerca de la empresa concesionaria del servicio de aguas (Agbar) por una cantidad que podría haber abastecido a Barcelona durante un siglo, mal vamos. La empresa está estudiando plantear acciones legales contra El Mundo por aquello de "proteger el buen nombre de la empresa", así que el lío se prevé para largo. Y si encima en Madrit, por aquello de sostenella y no enmendalla, te deniegan categóricamente un trasvase de lo más justo y puesto en razón, peor andamos. Natural: los trasvases son cosa de la derecha y por tanto la palabra es tabú (creo que ahora lo llama cesión puntual de recursos hídricos, que es más largo pero no contiene la odiada palabra).

Como la bronca entre las Administraciones central y autonómica es monumental, hasta el punto de que Baltasar esperará a un cambio ministerial para poder tratar el asunto con la debida calma, sólo cabe deducir que la cosa está que arde. Incluso los vecinos (también los que han votado P(S)C) y regantes del Segre, el río que quiere trasvasar el conseller, están que arden.

Pues verán ustedes. Como no me creo eso de la Moreneta y el conseller, me permito recomendarle al señor Baltasar, en un esfuerzo laico y pancatalanista y demás, que cuando alce la vista al cielo cante Aigo, de la cataprogre Maria del Mar Bonet. También valdría la de Planeta agua, la versión española del original de Guilherme Arantes cantada por Ana Belén, otra progre. Sólo que esa hermosa canción tiene un pequeñísimo defecto: está versionada en español castellano.

Y no sería nada edificante que después de la millonada que se ha gastado la Generalitat en eliminar el castellano de Cataluña (perdón, en promoción del catalán allende sus fronteras, desde la India hasta Finlandia), saliese un conseller cantando en la aborrecida lengua. Así que nosotros, bons catalans, echaremos una mano al conseller y sacaremos de nuestro cántaro el Aigo de la Bonet, que seguro cantará con más deleite (máis de leite e menos de café...). Podría ser que Dios le hiciera más caso que Zapatero, lo cual, por lo que sabemos, no es nada difícil.


Aigo, vos demanam, aigo
i vós, senyor, mos dau vent
i mos girau ses espatlles
i fais com qui no mos sent.

A s'hort sa terra és eixuta,
s'ha mort tot el que hem sembrat,
es tarongers s'han 'secat,
es blat és mort i no és nat.

Abans, senyor, éreu flors,
ara, senyor, sols sou cards.
Abans, senyor, éreu amor,
ara s'amor s'ha assecat.

Abans, senyor, éreu horts,
ara, senyor, pols i vent.
Abans, senyor, éreu gent,
i ara, on és, on és sa gent?

Agua os pedimos, agua,
Y vos, señor, nos dais viento,
Y nos dais la espalda
Y hacéis como quien no nos oye.

Seca está la tierra en el huerto,
Murió todo lo que hemos sembrado,
Los naranjos se han secado
El trigo no ha nacido, está muerto.

Antes, señor, erais flores;
Ahora, señor, sólo cardos.
Antes, señor, erais amor.
Ahora el amor se ha marchitado.

Antes, señor, erais huertos;
Ahora, señor, polvo y viento;
Antes, señor, erais gentes,
Y ahora, señor, ¿dónde está, dónde está la gente?


Con afecto para mi amigo Daniel.
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