28 de abril de 2006

Ruido de sables (y III)

Termino este muy largo discurso mencionando especialmente un par de detalles. Hoy por hoy, el militar español se mueve dentro del más estricto respeto a la Constitución y las leyes. El hecho de que el Ejército sea "profesional" y no de leva ha aumentado el contento de muchos y disminuido los efectivos de ese Ejército.

Quizá exagere un poco con la pregunta, pero ahí va: ¿está nuestro Ejército preparado para las contingencias que puedan presentarse? Al margen de que lo patriótico sea una respuesta afirmativa, y teniendo en cuenta que el Ejército es lo que hacen de él los políticos (son los políticos los que dicen lo que los militares pueden o no pueden hacer, los que dan dinero para las necesidades de la Defensa nacional, etc.), es una duda razonable. Los famosos "hechos de la verja", en los que se mandó al Ejército, pero sin armas para repeler esa "invasión de inmigrantes" me hacen dudar de que el Ejército esté preparado. El hecho de que la Marina no pueda usar sus efectivos para repeler la invasión de las pateras, cayucos y demás embarcaciones llenas de inmigrantes me hace dudar de que el Ejército (o los políticos que lo dirigen) esté preparado. Aclaro que cuando digo repeler, no me refiero a "ametrallar dichas embarcaciones", sino simplemente obligarlas a que diesen media vuelta y no apareciesen por Canarias (hablaré de eso en otro post).

Y termino ya. Para última muestra, un botón. Admitimos que la televisión, poco o mucho, es ventana de lo que ocurre en la sociedad. Me fijo en el detalle siguiente: en Estados Unidos, a pesar de que hay oposición a la guerra de Iraq, se emiten series apoyadas por el Pentágono en las cuales el ejército puede ser materia opinable, pero respetable siempre. ¿Y en España? La versión televisiva de Historias de la puta mili. Sin comentarios.

23 de abril de 2006

Ruido de sables (II)

Indudablemente, la etapa de Serra el Malo (1982-1991) fue la etapa de trasladar a la realidad lo que difusamente sentía el pueblo español después de tanta propaganda antimilitarista: una mezcla de desprecio, risión y conmiseración hacia todo lo militar. Así, al militar se le ha ido rebajando la edad psicológica hasta niveles pre-adolescentes e incluso infantiles:
  • El militar no tiene opinión, pues para eso la tiene el ministro. Es más: el hecho de que un militar opine, aunque sea para citar la Constitución y sin más intencionalidad que la de clarificar su postura, puede ser objeto de sanción disciplinaria.

  • El militar padece otros recortes en sus derechos constitucionales: ¡qué sería de nosotros si, por ejemplo, los militares se pudiesen asociar! De hecho, en Francia o en Alemania pueden hacerlo y no se cae el mundo por eso. Aquí, en cambio, ni siquiera los que no están en activo pueden. Pero eso no es más que la aplicación de la regla divide et impera. Es más fácil cometer una injusticia (y que ésta perdure) con los militares cuando éstos no están unidos en un solo bloque.

  • Añadamos a este hecho que el ascenso al generalato es, en última instancia, una decisión política. Ello introduce un elemento de control por parte del poder político (injerencia, en realidad) en las Fuerzas Armadas, con la consiguiente distorsión. No sería la primera vez que ese mecanismo se utiliza para asegurar la lealtad de los mandos superiores del Ejército, teniendo en cuenta que la cadena de mando es muy estricta.

Y así, podríamos contar algunas más. A todo esto, la consideración general del Ejército como "nido de fachas" y no sé cuántas maldades más no decrece y, al parecer, nadie se preocupa de eliminar ese sambenito. Mucho menos los propios militares, que en estos momentos aceptan de forma "ordenada, eficiente y militar" todo lo que les cae de arriba y lo que les viene por los lados.

Del resto de ministros, decir que la mayoría pasó sin pena ni gloria. Sus nombres han quedado únicamente para la cita y la hemeroteca, con la excepción de Gutiérrez Mellado, que fue el primero (y único) militar de la lista. Algún otro, como Suárez Pertierra, ha quedado en un honroso segundo puesto detrás de Serra el Malo en el palmarés nefasto de los militares.

A mencionar también y especialmente, Serra El Peor (Eduardo). De administrar cañones pasó a administrar cuadros (fue director del Museo del Prado), lo que abona la teoría expuesta en el post anterior: que no es necesario haber adquirido ciencia y conocimiento de lo militar para ser ministro de Defensa. Sorprende ello mucho más cuando se sabe que su carrera en el Ministerio data de los años de Alberto Oliart (1981-1982); pero es que también estuvo de secretario con Serra El Malo. Durante su mandato se suprimió el servicio militar obligatorio, con gran contento de objetores, pacifistas de vía estrecha y juventud en general.

¿Y los dos últimos? De Trillo lo mejor que puede decirse es que procedía del Cuerpo Jurídico de la Armada. Tuvo mala suerte cuando "le sobrevino" lo del Yakovlev. Ya no me queda muy claro quién fue el responsable subjetivo de ese hecho, que costó 62 víctimas; pero la impresión que tengo ahora es que no se enteró del asunto hasta que lo tuvo encima (creo que es la interpretación más benevolente) y en cualquier caso, el responsable objetivo sí fue él. A pesar de todo, los socialistas se ensañaron con él más de lo debido.

En cuanto a Bono, pues... Habiendo sido rival de ZP en el congreso del que salió candidato y manteniendo siempre una "cierta independencia" respecto de la posición oficial del partido, parece que ZP lo castigó doblemente: primero, teniéndolo cerca, como se dice que tenía Franco a la gente que no le gustaba; y segundo, aprovechando su fervor patriótico-español tan poco de moda, le obligó a bailar con la más fea. Ha sido el ministro del "Volved a casa"... pero sin deshacer las maletas, para volver a irse, esta vez a Kabul (todo un ejercicio de hipocresía por parte del PSOE).

21 de abril de 2006

Ruido de sables (I)

Hace 28 años que estamos en democracia. Se habla de la recuperación de las instituciones, del protagonismo (?) de la mal llamada (a mi entender) sociedad civil y llama la atención el descrédito de una institución que, dentro de unos parámetros democráticos y constitucionales, merece uno de los máximos respetos por parte de la nación. Me refiero al Ejército. Ya sé que quien me lea desde Argentina o Chile puede rechinar los dientes y es muy natural. En esos países, bajo las respectivas dictaduras militares, se cometieron verdaderas barbaridades.
Pero ciertamente no partimos de esa situación en España. Aquí, como comenzaba diciendo, estamos más o menos consolidando una democracia (con todos los defectos que pueda tener) y sin embargo, es llamativo que la institución militar sea objeto de una difusa burla, befa y mofa, que devienen en una baja consideración pública. Sólo después de 28 años de progresiva degradación de la consideración pública del Ejército se entiende un artículo como el del señor Iu Forn. Este señor se descolgó con un fruto de su resfriado ingenio en un diario que no existiría si no fuera por las subvenciones que recibe (y que por tanto pagamos todos, no sólo los lectores de ese diario).
Sin duda, el comienzo de ese declive se puede situar con la entrada, en 1983, en el Ministerio de Defensa de Narcís Serra, cuyo conocimiento de los temas militares en aquel momento se reducía probablemente al tiempo de su servicio militar (si es que lo hizo). Pero ésa es una rémora que el Ejército ha padecido desde que estamos en democracia. Todos entienden como lógico y normal que al frente del Ministerio de Agricultura haya un ingeniero agrónomo, o un médico al frente del de Sanidad o un maestro en el de Educación. ¿Y en el de Defensa? Para ser ministro de Defensa, según parece, se puede ser cualquier cosa menos militar. No es necesario entender de temas militares: basta con hinchar pecho, lanzar vivas a la Nación (los pocos que lo han hecho) y dar de vez en cuando algún puñetazo en una mesa para que los subordinados se cuadren y cierren la boca, porque el único que tiene derecho a hablar es el Ministro, faltaría más.
Aún reciente, pues, el tejerazo (sobre el que hay que decir que sólo una verdadera minoría lo apoyaba dentro del Ejército), Serra se dedicó a deconstruir el Ejército como castigo a su "veleidad antidemocrática"; y en su furor deconstructor, se llevó por delante a tirios y a troyanos. Serra consiguió que el Ejército (y particularmente la capa superior del estamento militar) obedeciese hasta sus más mínimas órdenes, empequeñeciéndose así cada vez más.

19 de abril de 2006

El zorro y el gallinero

El zorro, naturalmente, es Rubalcaba. Y el gallinero es el Ministerio del Interior, donde al parecer había demasiado ruido mediático, ése que él conoce tan bien. Parece que al ministro Alonso le salían goteras por todas partes y, claro, esos asquerosos "periódicos de la derecha" andaban publicando todos los días detalles muy molestos que fuera mejor que no se supiesen. Por eso, nuestro bienamado ZP ha nombrado ministro a su liante número uno para que dé el cerrojazo a tanta gotera.

Qué duda cabe que para "no mentir", como él exigió en la noche del 12-M, hay dos opciones: o se cuenta la verdad, o el silencio. Y sin duda, Rubalcaba y ZP han optado por lo segundo. Ya apostillábamos en otro post que Alonso, pese a todo, es juez antes que socialista y eso le compromete más con la verdad y la justicia. Rubalcaba, por el contrario, no tiene esa rémora y si tiene lisa y llanamente que mentir, lo hace sin ningún rubor. La cuestión es que cuando alguien en su posición calla no dice verdad, pero tampoco miente. Rubalcaba es químico y sabe que la información de su ministerio, como el sodio, explota al contacto con el aire. Así que ha decidido cerrar herméticamente el matraz que es su ministerio. Y aquí paz y después gloria.

Presuponemos que ocurrirá algo parecido a lo del Carmel, en Barcelona, si bien con el INRI de que quien propició el llamado entonces apagón informativo había sido profesor de la Facultad de Ciencias de la Información en la UPF y pocos días antes de ser nombrado Secretario de Comunicación, pronunció una conferencia sobre periodismo y libertad de la información... O sea, cocinero antes que fraile. Pues eso: que los españoles (y los catalanes, los andaluces, los vascos...) seguimos esperando "un Gobierno que no nos mienta".

P.D.- Recuerdo que a los primeros días de la "investigación" judicial, alguien dijo que en algún momento de aquel trágico fin de semana, Rubalcaba se reunió con algunos compadres en un restaurante y brindaron por el triunfo del PSOE. Esa información no se ha vuelto a mencionar, ni siquiera en los periódicos.

17 de abril de 2006

El oasis

O más bien debiera decir l'oasi. Porque el oasis del que me apetece hablar hoy es el oasis català. Pero vamos por partes, que dijera Jack el Destripador. Según el diccionario de la RAE, "oasis" tiene dos acepciones:

a) Sitio con vegetación y a veces con manantiales, que se encuentra aislado en los desiertos arenosos de África y Asia (la RAE se olvida de que en Australia hay un desierto inmenso; pero en fin, son lingüistas y no geógrafos).

b) Tregua, descanso, refugio en las penalidades o contratiempos de la vida.

Ateniéndonos a la segunda de las definiciones, un lugar de descanso es un lugar que nos imaginamos tranquilo, con palmeras, donde nunca pasa nada. Sobre todo esto último. Pues bien, hace algún tiempo apareció un libro del periodista Josep Clemente, El oasis catalán, que viene a destapar el por qué de algunos asuntos que han sacudido la política catalana y aún la española.

¿Pero qué es en realidad el oasis? Después de la lectura del libro de Josep Clemente (que, como es de imaginar, cuesta encontrar en las librerías catalanas), me queda claro lo siguiente:

1) Que hay dos partidos políticos que mandan en el oasis catalán (CiU y PSC).

2) Que los otros partidos minoritarios han actuado no pocas veces de comparsas agradecidos.

3) Que los dos partidos mayoritarios se han financiado de forma irregular, lo cual ha quedado demostrado hasta judicialmente.

4) Que los dos partidos tienen un pacto para taparse las vergüenzas (nervio fundamental del oasis, pues nunca un partido acusará al otro de lo que él mismo hace si no quieren ir los dos de la manita al infierno).

5) Que buena parte de esa financiación irregular ha salido y sale del pago de comisiones por adjudicación de obra pública, así como de la regulación (o tal vez, de la no regulación) de juegos y apuestas.

6) Que el oasis, considerado en su conjunto, tiene amaestrada a la judicatura y amordazada a la prensa.

7) Que todo aquel que denuncia el oasis es completamente laminado y condenado a la inexistencia, bien se trate de un empresario harto, bien se trate de un periodista valiente.

Si todas estas premisas son ciertas al 100% (y tiendo a creer al señor Clemente por el solo hecho de ser un represaliado), habría que encarcelar a toda la clase política catalana y a sus familias (no pocos familiares de políticos catalanes han explotado el parentesco para sacar tajada). A los funcionarios dóciles y complacientes que son los que forman la estructura del oasis, olvidando su deber fundamental de servir con objetividad a los intereses públicos. Y a unos cuantos empresarios que, usando prácticas verdaderamente mafiosas, han barrido a la competencia en su sector. Como estamos en una democracia, se tendría que crear una sala especial de jurisdicción para "los casos del oasis" (y tendrían trabajo para largo). En una dictadura sería más fácil: todos al paredón.

15 de abril de 2006

Corrección política

Analizando lo que veo (como casi siempre hago), me he dado cuenta de un detalle. Un detalle ciertamente enojoso. En esta España (todavía) de la "libertad" y el "socialismo", resulta que uno puede reírse a más y a mejor de la Iglesia. Los curas, ya se sabe... La Inquisición... la dictadura franquista (Franco bajo palio, of course)... la curia vaticana... En fin, es el argumentario de todos los días, machacado una y otra vez. Y en España somos muy cainitas aún y nos gusta hacer leña del árbol caído o del reo en la picota. De otra forma no se explicaría el éxito que tienen ciertos programas en la televisión o ciertos columnistas cuyo discurso izquierdista-anticlerical ya aburre de tan gastado que está.

¿Y por qué viene a cuento la observación? Pues verán. Fíjense en la reacción de una buena parte de los musulmanes al publicar un diario danés unas viñetas humorísticas relativas al Islam. Observando las reacciones de cada protagonista, podemos deducir lo siguiente:

a) Los musulmanes se enfadan, pero no los que viven en Dinamarca. La comunidad musulmana de Dinamarca prefiere no tener problemas en su país de acogida y cierra filas con los daneses.

b) Los musulmanes que están cabreados es obvio que no viven en Dinamarca. Pero además, consideran esas viñetas una grave ofensa a Alá, a Mahoma y al Corán, con lo cual los mullahs y demás exaltados se preparan a emitir una fatwa contra Dinamarca.

c) Dinamarca, temerosa de que una fatwa desencadene una oleada de disturbios, incidentes o atentados, se apresura a censurar las viñetas.

d) ¿Y la actitud del gobierno de España? Naturalmente, "es un abuso de la libertad de expresión y una falta de respeto por las creencias religiosas". Por supuesto, si lo censuraron está bien censurado.

Bien se ve que los progres del PRISOE y aledaños saben bien a quién atacan. Saben que la Iglesia católica no lanzará ningún anatema contra los burladores. Y por supuesto, saben perfectamente bien que ningún comando de locos religiosos católicos imbuidos de ética sacrificial colocaría una bomba en las dependencias de esos medios. Por eso, leña al mono... que es de misa.

7 de abril de 2006

¡Viva la República (zapateril)!

Otra vez andamos a las vueltas con el tema de la Segunda República. Zapatero, que es muy listo, habla de su abuelo rojo, pero no de su otro abuelo "nacional", ni mucho menos de su suegro coronel (aunque éste le ayudara a ir saltándose la mili... pero ya se sabe que lo militar no está de moda). Pero bueno, ¿para qué hablar tanto de la Segunda República? ¿Para qué recordar unos fantasmas que la mayoría de los españoles enterró en 1980, cuando el mismo Rey dijo que quería serlo "de todos los españoles", incluso de los que no están de acuerdo con él?
Vamos a ir por partes. Por lo que sabemos los que hemos leído algo más que los libros de texto de la escuela, la II República no fue aquella "Arcadia feliz", la mítica y mitificada "República de los trabajadores" en la que el trabajador vivía contento porque el Estado se ocupaba de él a cambio de producir lo que el Estado marcaba.
En la II República fueron asesinadas muchas personas por el hecho de creer en un Dios distinto a Stalin o a Lenin. También se reprimió a aquellos que querían crear su propio mundo libertario (¿se acuerda la progresía de lo de Casas Viejas o corremos un tupido velo?).
En la II República se permitió que funcionarios (disfrazados de "asesores", eso sí) de una potencia extranjera (la URSS) torturaran y asesinaran a ciudadanos españoles por el mismo motivo. Todavía quedan supervivientes (por suerte) de la checa de Via Laietana, en Barcelona, aunque el horror que sufren al recordarlo muchas veces les atenaza la garganta y no quieren hablar de ello (tampoco estarían de moda).
De los intentos separatistas de Cataluña y el País Vasco ya ni hablamos porque eso hoy por hoy ocasiona el calificativo de "franquista" y aún peores. Aunque vaya por delante que cuando murió Franco yo tenía 9 años, así que no llegué a tiempo de hacerme "franquista" (al contrario que otros, que sí lo eran y en aquellas fechas llegaron a tiempo de reciclarse en "demócratas de toda la vida"). Por tanto es un calificativo que mal me puede afectar.
Contra esa II República que ahora nuestro inefable ZP quiere glorificar se levantó el PSOE en 1934, como ha demostrado suficientemente Pío Moa.
Teniendo en cuenta estos datos, ¿a qué santo tanta propaganda de la República? Por cierto, aunque la progresía ha machacado hasta la saciedad que "la Iglesia tiene que pedir perdón por los crímenes de la Inquisición" (la Iglesia pidió perdón por esos crímenes en 1992, si no me equivoco), todavía no he oído a ningún progre de izquierdas "pedir perdón" por los asesinatos masivos de sacerdotes y seminaristas. Está clarísimo que la progresía de izquierdas es especialista en la viga en el ojo ajeno. Pero de todos modos, ¡qué carajo! ¡Viva la República (zapateril)!

4 de abril de 2006

Nostálgico

"El señor Guerra está triste, / ¿qué tendrá el señor Guerra?". Bueno, lo que tiene es una diarrea monumental. Decir que lo que está ocurriendo en España es "parecido" a la disolución de la URSS tiene muchas narices. ¿Acaso quisiera el látigo de la derecha que España se pareciese en algo a la extinta URSS? Recordemos que la URSS quebró en pedazos en 1991, y que antes, en 1986, cuando nosotros entrábamos a la vez en la CEE y en la OTAN (¿se acuerdan de lo de de entrada, no?), un melancólico Gorbachov notariaba el acta de defunción del "paraíso de los trabajadores". Por no decir que desde noviembre de 1989 los izquierdistas (?) del mundo entero se quedaron sin patria.
Ya quisieran los soviéticos de 1986 haberse parecido a los españoles de ahora, de 2006. Gorbachov hizo bien: liquidó un régimen podrido hasta la médula. Lo malo que después, probablemente debido a ese nivel de corrupción galopante, no supo o no pudo o no le dejaron liderar el país hacia un cambio democrático lo suficientemente estable para dar de comer a sus conciudadanos. Y ahí están que muchos viven por debajo del umbral de pobreza y, al menos desde fuera, la imagen que se da es la de un país carcomido por las mafias.
Pero claro, el señor Guerra es como el señor Ford de Un mundo feliz: para él y para otros y otras (seamos políticamente correctos) como él, la historia es una paparrucha. Por eso mismo pasan esos detalles por alto y esperan que todo el mundo haga lo mismo, mientras idean una reescritura de la Historia favorable a sus intereses. Pues mire usted, el de las "frases brillantes", sobre todo ésas de "cuando nos vayamos, a España no la va a reconocer ni la madre que la parió" y "el que se mueva, no sale en la foto". Resulta que es usted quien está colaborando en la demolición del Estado que tantos muertos costó levantar. Y resulta que es usted quien está dando codazos en todas partes para hacerse la foto con los nacionalistas.
Supongo que en 1977 no derramó una lágrima cuando tuvo que eliminar del programa y del ideario del PSOE toda referencia al marxismo ("el fin justifica los medios"), al efecto de que su partido encajara en la ley de asociaciones vigente. Así que no parece haber motivo para que mencione la extinta URSS para nada. Sinceramente, creo que le traicionaron a una el corazón y el inconsciente. ¡Qué gran Comisario de las Nacionalidades hubiera sido usted!

3 de abril de 2006

Zapatero I, el Pacificador

Zapatero puede estar contento. Ha entrado en la Historia (sí, con mayúsculas) de España, esa entidad que tanto se empeña en destruir. Parece ser que ETA ha declarado una especie de "tregua más o menos indefinida". Los pajarillos cantan y las nubes se levantan, ¡qué buena noticia! Bueno, a estas alturas algunos de los que me lean pensarán "menudo aguafiestas". Pues fíjense que no. Me complace ver que hay un movimiento de la banda mafiosa en el sentido de no volver a asesinar, extorsionar o amedrentar a ciudadanos vascos cuyo único delito es el de "ser distintos".

Pero ciñéndonos a los hechos (remarco el palabro porque periodistas y políticos, en la euforia del titular no suelen leer más allá), no sabemos aún qué precio ha tenido que pagar el Gobierno por esto. Que nadie da duros a cuatro pesetas (lo siento por el anacronismo) y ETA, menos que nadie, hasta ahí podíamos llegar. Zapatero aún no ha dicho nada y los etarras tampoco. De entrada, no sabemos si en León se juega mucho al mus, pero a tenor de las circunstancias, todo parece que al Gobierno le están tratando de colocar un órdago a la chica. A la "chica callando", suponemos. ETA no dice, además, en qué condiciones deja de asesinar, extorsionar y/o amedrentar. Por no decir, ni siquiera dice que va a proceder al desarme total de sus "muchachos", ni mucho menos cuándo.

Hasta aquí lo que puede -o mejor, debe ofrecer-. En cuanto a lo que exige, pues... parece que no hay nada nuevo bajo el sol. Exigen el llamado "ámbito de decisión vasco" (que me diga alguien quién puede determinar quién sea vasco y quién no). Exigen Navarra, como primer paso a la creación (en unas décadas, suponemos, de la gran Euskal-Herria, trasunto sin duda de la Gross Deutschland (¿a qué me suena eso? Y es más: que les pregunten al 90% de los navarros si quieren o no ser vascos o, mejor dicho, si quieren caer bajo la férula del PNV y aliados). Y lo peor de todo es que no querrán ser menos que los nacionalistas catalanes: el Estatut va a ser el rasero por el que van a medir las exigencias y los deberes.

No obstante, todos los medios de comunicación y en especial los de obediencia gubernamental ya están echando las campanas al vuelo: ¡La guerra ha terminado! ¡Se acabó el terrorismo! ¡Loor y gloria a Zapatero I, El Pacificador! Pues muy bien. Pero que nadie se llame a engaño. Mucho me temo que pronto habrá un coro de "ya os lo decía yo". Pero no hay que ser agoreros y aguar la fiesta, claro que no. Pues lo dicho. Agur eta ondo!
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