30 de septiembre de 2007

Venezombia

Venezombia es un territorio más surgido de la calenturienta mente del MicoMandante. Aún no lo ha dicho, claro está. Pero estamos seguros de que no le disgustaría echar un buen mordisco a la hermosa tierra colombiana, aunque sólo fuera para «exportar su revolución». No es de extrañar que Chávez haga tan buenas migas con Tirofijo Marulanda, quien le ayuda a desestabilizar el país vecino. Tampoco sería de extrañar que, en su alucinado delirio, Chávez se viese como la reencarnación del Castro de 1959, bajando a todo trapo de Sierra Maestra. Tirofijo no iba a ser menos y tomaría el papel del Che Guevara (sí, ése que los indocumentados y los fanáticos llevan en sus camisetas sin saber o sin importarles lo bestia que fue). Y Castro El Verdadero podría irse tranquilo al otro barrio, sabiendo que tiene un «continuador».


Castro sabe bien que cuando él se vaya, Cuba volverá a la «apestosa» democracia. Sabe bien que la gente está harta de pasar hambre por amor a la Revolución y no le hará ascos al vil metal capitalista de la gusanera de Miami. Y que si no se anda con cuidado, a su superviviente hermano Raúl las cosas se le pueden poner muy feas. Por eso se esmera tanto en cuidar a Chávez, que faltando él, será un «digno» sucesor.


Pero volvamos a Caracas. Tenemos a Chávez paseando arriba y abajo en el Palacio de Miraflores, como un mono enjaulado. Está ideando una acción conjunta con Tirofijo. Tiene la mente puesta en Bogotá y el ceño fruncido. Por supuesto, no es tonto. Sabe perfectamente que no puede invadir así, por las buenas, al vecino. No tiene tanto poder militar como Hitler ni los medios que tenía éste para una agresión con éxito inicial. Por eso tiene que contar con Tirofijo, escondido —emboscado, más bien— allá en la selva amazónica. En Colombia las FARC son un problema de tamaño XXXL; ni siquiera Betty la fea, que paralizaba el país durante sus emisiones, pudo con él. Pero es lo que tiene ser guerrillero: después de un cierto número de años, la guerrilla deja de ser un ideal para convertirse en un trabajo (lo hemos visto en España con la ETA).


Chávez, ya lo hemos dicho, no tiene un pelo de tonto. Y necesita algo para distraer la atención del país, que como diría mi amigo Daniel muy gráficamente, «se va a la mierda» (como el nuestro, pero más rápidamente). El Mico Mandante se pasa las garantías constitucionales por el forro de… el arco de triunfo. Lo dijo muy claramente un cómico venezolano que vi en la tele (a veces la tele no es tan mala, después de todo). Fue algo más o menos parecido a esto: «La policía española, antes de hacer nada, pregunta "¿Qué ha pasado?", te pide la documentación y te lleva ante un juez. La policía venezolana, no. La policía venezolana llega, te pega cuatro hostias de reglamento sin más y luego pregunta: "¿Qué ha pasado?". Y no te lleva ante un juez». Con un agravante: el PIB de Venezuela (formado por petróleo y misses) cotiza a la baja. Las misses se le van y el petróleo ya no le sirve para hinchar pecho ante sus colegas presidentes en la OEA, que además, le van botando de todos los demás organismos de la zona. Así que tiene que inventarse algo, si no quiere llegar a la guerra civil.


De entrada, las carantoñas a las FARC no le gustan nada a Álvaro Uribe, el presidente de Colombia. El señor Uribe no sabe si Chávez hace eso para tocarle las narices o como estrategia de desestabilización del país (dicho en otras palabras: para descabalgarlo de la presidencia). Está nervioso. Probablemente Bush le ha prometido ayuda; pero como por ahora no hay «hostilidades dignas de mención» y el amigo americano está muy ocupado tratando de salir lo menos tocado posible de los arenales de Iraq, a Uribe no le queda sino esperar y rezar a Diosito para que la ayuda prometida llegue, aunque sea pronto.


Suena el teléfono en el Palacio de Miraflores un día cualquiera. Chávez, al oírlo, se pone en pie y se cuadra.


CHÁVEZ (con la voz de llevar firmemente el timón del país): ¡Aló presidente!


TIROFIJO: Buenos días, señor Chávez. ¿Cómo le amaneció?


CHÁVEZ: Ah, es usted. (Se vuelve a sentar, más relajado). Llevo unas noches que no duermo bien. Tengo pesadillas.


TIROFIJO (sonriéndose de oreja a oreja): Mala cosa es eso, m'ijo. ¿Será que no tiene la conciencia tranquila? Si me necesita ya sabe. Le despejo la agenda de pesadillas al tiro.


CHÁVEZ (un tanto sofocado): No juegue con esas cosas, carajo, que son serias. (Carraspea para aclararse la voz). Pues verá, he soñado esta noche pasada que venía a verme el presidente Zapatero para darme apoyo, acompañado de dos señoras, la Elenita Valenciano, que es buena amiga mía y una chica rubia, Lerele o Leire Pajín creo que se llama.


TIROFIJO (mostrando interés): ¿Cuál es el problema, presidente? ¿Quiere que se las secuestre?


CHÁVEZ: No, no (alarmado ante los expeditivos métodos de su interlocutor). Sólo era un sueño, carajo. No sé por qué, pero no me dejan dormir. Me entró un temblequeo sólo de pensar que ese hombre quiere apoyarme. (Aterrorizado). ¿Y si viene también esa vicepresidenta? Si será fea que en su país la llaman La Momia. Eso sí que me para los pelos.


TIROFIJO (después de un corto silencio): Mire, presidente. Creo que usted la pasa en su palacio, encerradote allá, con sus ministros. Demasiado tiempo y demasiados pensamientos. (Confianzudo) ¿Por qué no viene a la selva a visitarme y platicamos, ah? Además, compartiré con usted el capítulo de Betty. Le hice llegar a Uribe que si no reponían esa novela las acciones de mis hombres se iban a incrementar al triple. Uribe es muy complaciente y ha ordenado que la repongan.


CHÁVEZ (admirado): ¿De veras ha conseguido eso? Pues fíjese que yo, siendo Presidente, nunca conseguí que esos huevones de RCTV repusiesen para mí Mi gorda bella. ¡Y se llevaron los videotapes! Claro que ahora ya tienen lo que se merecen. (Lanza una risita malvada). Espero que la serie que usted me dice sea buena. Ya le mandaré recado de que voy.


TIROFIJO: De acuerdo, presidente. Le diré una cosa más. Procure que no se entere de la visita una tal Martha Colmenares. En la selva no tenemos Internet, pero las noticias llegan igual de rápido. Y he sabido que esa metiche de periodista tiene contactos por todo el mundo, ¿lo oyó? ¡En todo el mundo!


CHÁVEZ (despreocupado): Bah, no tiene que preocuparse. Esa dizque periodista tenía un blog que me molestaba mucho sobre presos, derechos humanos y otras carajadas. Se lo cerré con un parpadeo de ojos. Y no sabe cuántas ganas le tengo al de ahorita. Me vigilan mucho y no puedo hacerle como la otra vez. Ni modo; pero como se despiste, se lo cierro.


TIROFIJO: Bien. Acuérdese de lo que me prometió, presidente…


CHÁVEZ (intentando recordar qué huevada le prometió): Claro, claro.


TIROFIJO: Se la recuerdo pa' que no se le olvide, m'ijo. Me prometió hacerme Delegado de la Revolución Bolivariana de Venezombia, región ex-colombiana.


CHÁVEZ (aliviado y preocupado a la vez porque su interlocutor sí recuerda la promesa): Claro, claro. (Poniéndose en pie y cuadrándose) ¡Arriba la Revolución Bolivariana!


TIROFIJO (con sorna): Arriba, arriba, pero cuanta más platita, mejor. Le espero pronto. Bye, presidente.


CHÁVEZ (que ya se ha ensimismado con lo de Venezombia y la Revolución Bolivariana): Okey, adiós, adiós.


Dejemos a Chávez preparando su viaje a la selva colombiana. La llamada de Tirofijo Marulanda no le ha solucionado gran cosa. Eso sí, sigue soñando con Venezombia. Tiene un retrato del Libertador en su despacho. Pero hoy, hasta el Libertador parece decirle: «Estás arrastrando mi legado por el fango». Y Chávez piensa: «Al menos a éste le puedo dar la espalda, porque él no puede dármela a mí». El MicoMandante suspira resignadamente y le da la espalda.


Esperemos que al MicoMandante no se le ocurra en serio lo de invadir Colombia. Nos quedaríamos sin café. ¿Y cómo se puede empezar el día sin un cafecito caliente, que te devuelva al mundo de los vivos? Sencillamente, no se puede. No se puede siquiera hacer la revolución bolivariana.


Los progres no crispan

Como estoy experimentando algunas dificultades para acceder a «Libertad Digital», he decidido darme un garbeo por otros blogs, que también suele ser un ejercicio interesante. De todo lo que he visitado, éste me ha parecido un buen post, que a la vez puede servir como argumentario cuando el progrerío rebuzne las consignas habituales. Tomado del amigo Smith, de Batiburrillo.



Los progres no crispan. Qué va... Tan sólo responden a las provocaciones de la «derecha extrema» y de la «extrema derecha». Que toda una Vicepresidente de la República coronada de España va y dice que «A ellos, todo mi desprecio», en alusión a los diez millones de españoles que votaron al PP, pues a fastidiarse, que eso no es crispar. En cualquier caso, crispa el PP, que se deja insultar por De la Vega.


Los progres no crispan. Que se les meta bien en la cabeza. Que un progre como Anasagasti, que por muy clerical-fascista que sea no deja de ser un progre cuando le viene en gana, va y dice que «Nada más parecido en su comportamiento a un exaltado del PP que uno de HB», eso tampoco es crispar. Da igual equiparar a víctimas y a verdugos porque, en cualquier caso, los que crispan en el País Vasco son los del PP, que están empeñados en hacer cumplir las leyes, empezando por la Carta Magna.


Los progres no crispan. No nos dejemos llevar por la propaganda fascista. Que un viejo progre, un progre de tiempos de las checas y la NKVD, va y dice que ETA es más responsable que el PP, eso no es crispar. Crispa el PP, que no tiende la mano a los asesinos de ETA, que no escucha a esta organización histórica, con medio siglo de lucha por las libertades vascas a sus espaldas.


Los progres no crispan. Afirmar tal cosa sería entrar en el juego del extremista Losantos y sus adláteres informativos. Cuando el comunista Ricardo Royo Villanueva exige que «hay que ilegalizar al PP, entrullar y torturar a sus dirigentes, enviar sanciones administrativas de todo tipo sus militantes y mandar brigadas de la Policía de la Verdad y la Decencia con órdenes expresas a abroncar a sus votantes», eso no es crispar. Crispa el PP, que no ha entregado a Mariano Rajoy atado de pies y manos a la Checa de Izquierda Unida de Madrid, como muestra de buena voluntad.


¿Se dan cuenta cómo no crispan los progres? Paparruchadas de la derechona autoritaria de siempre…

29 de septiembre de 2007

La blogosfera es diestra

Tomo prestada esta entrada del blog Rumbo a Levante. No es actual (abril 2007), pero creo que muchos suscribiríamos sus palabras de principio a fin.


Así lo asegura Fernando Mínguez en HispaLibertas. También advierte que esta situación no le gusta nada al PSOE, y parece ser que van a tomar cartas en el asunto:


En el PSOE andan preocupados porque, según parece, la opinión «de derechas» se ha enseñoreado de este nuevo canal, y andan dándole vueltas a cómo nivelar la balanza y poner el asunto más en onda con la «mayoría social». Como ustedes comprenderán, a mí me entra temblequera de sólo pensar que en el Comité Federal hayan podido dedicar un segundo de su tiempo a pensar en nosotros y hayan decidido que somos un problema. A partir de ahí, cualquier cosa es posible: desde que nos prohíban escribir hasta que nos obliguen a pagar un canon por palabra, pasando por la obligación de que cada blog esté apadrinado por dos personas de distinto sexo (blog paritario).


Y a partir de ahí reflexiona sobre los motivos de la proliferación de los blogs de derechas:


Los malintencionados dicen que la blogosfera no es progre porque es un espacio de pensamiento y, por ende, aquí lo progre pinta poco. Yo creo que hay alguna explicación, quizá menos atractiva para algunos, pero más cabal. La derecha se ha apropiado del canal alternativo, sencillamente, porque la izquierda no ha sentido la necesidad. Al fin y al cabo, ya domina la cultura y la opinión oficiales. ¿Quién necesita ser progre en el mundo virtual cuando, al fin y al cabo, es lo más fetén que se puede ser en el mundo real? Por lo común, un ciudadano no toma el recado de escribir –sentado en su casa, frente a la tele- para expresar su contento o decir que nada le inquieta. Para alabar al poder ya están los cobistas profesionales. El ciudadano que se pone a ello tiene todos los papeles para convertirse en un opositor. Y lo progre, lo de izquierdas, lo correcto, es "lo que hay". Lo progre es la ortodoxia.


Sí. Ser de izquierdas es normal, no has de explicarlo; simplemente, lo eres. Todo lo contrario sucede con quienes somos de derechas. Tienes que dar un montón de explicaciones por todo y, a la que te descuidas, eres un facha. Y se acabó la discusión. La izquierda tiene bula, está hiperlegitimizada y nada de lo que haga se le va a reprochar. De hacérselo, se desviarán las culpas a «elementos incontrolables». Ejemplo: ETA. La banda terrorista y criminal es de extrema izquierda, y a nadie parece importarte ese hecho. Ejemplo: ERC, socio del PSOE para gobernar España. Nadie ha puesto el grito en el cielo porque así fuera. Ningún intelectual se ha rasgado las vestiduras; no he leído a Juan Manuel de Prada pidiendo el fusilamiento de Carod, ni siquiera cuando el numerito de la corona de espinas. Ejemplo: manifestaciones recientes. Dos banderas con el águila de San Juan convierten al resto de los manifestantes en peligrosos tardofranquistas. Multitud de banderas tricolores, comunistas, fotos del Che, etc., son una forma colorista de expresión; y, en cualquier caso, no representan el pensar de la mayoría.


Lo que más me sorprende y enoja es la aceptación ovina de estas asimetrías por el grueso de la sociedad. Bueno, enojo cada vez menos, puesto que lo he ido aceptando con el paso de los años. Pero recuerdo con estupor la que se armó cuando Jörg Haider obtuvo un gran número de votos en Austria: parecía que se avecinaba un nuevo Reich. En cambio, nadie habla con alarma de cosas como ésta.


Pero, ¿por qué proliferan blogs de calidad de derechas frente a la inanidad de los de izquierdas? Supongo que el sesgo apabullante de los medios de comunicación hacia la izquierda también es un factor a tener en cuenta. Encender hoy la televisión para ver las noticias es enfrentarte a la disyuntiva de si Bush merece morir ahorcado o en la silla eléctrica; es asimilar que Aznar debería estar en Guantánamo (que es peor que una cárcel iraní) y que la guerra de Iraq es un fracaso desde el primer día, además del origen de todos nuestros males. No hay debate con argumentos sino etiquetas, ataques, descrédito. Y los medios de comunicación escritos no están mucho mejor. En general, los corresponsales extranjeros suelen cojear del pie izquierdo, sea cual sea la línea editorial del periódico. Así, el fracaso en Iraq está asegurado; los culpables de la situación en Oriente Medio son los judíos y, definitivamente, Bush merece morir, aunque sólo sea por tonto. Ante este panorama es comprensible que florezcan blogs de derechas. Se compensa, de ese modo, la falta de voz de un gran número de personas.


Lo expresa muy bien Dick Turpin:


Desde el 11S poco a poco fui tomando conciencia de algunas cosas. Pero para mí, el gran catalizador fueron las movilizaciones contra el gobierno del PP por el Prestige, por Irak, por todo. Ver según a quién y oír según qué, me cabreó. Mucho. Por ejemplo ver en TVE a uno de ésos que tan rimbombantemente se autodenominan «artistas y representantes del mundo de la cultura» con una camiseta de Ho Chi-Minh hablando de Paz o escuchar a los de los acosos a las sedes del PP dando lecciones de democracia me pareció demasiado. Arriba los indocumentados, pensé. Ver que los tópicos se repiten, como mera propaganda repetida según las enseñanzas de Goebbels, es un insulto y no me suele gustar que me insulten.


A mí tampoco.

Castilla, la gran olvidada

Quizá también Castilla-La Mancha, pero en esta entrada mi intención es referirme a Castilla-León (mejor aún: Castilla La Vieja, denominación de rancio abolengo). Olvidada de siempre, a pesar de ser el fundamento de España (mucho, en verdad, le debe la esencia de lo español a Castilla). Debo agradecer aquí al amigo Alberto Esteban que un post suyo sea la inspiración para esta entrada. Parte de mis raíces están en esa región (concretamente, se reparten entre Valladolid y Segovia), así que me considero suficientemente legitimado como para dar opinión.


Que Castilla es la gran olvidada de España, estamos todos de acuerdo. Es la Comunidad donde menos dinero se da y menos se invierte. Ahora bien, en mi modesta opinión, Castilla es la gran olvidada por lo menos desde 1898, desde que perdimos Cuba y Filipinas. En ese año —o en esos años— eclosionan las nacionalismos periféricos, que vistos ahora con la distancia del siglo, suenan más a «¿España no nos da de comer? Pues nos vamos de España». Y nace la famosa generación del 98, a la que «le duele España» (Castilla, en realidad), que ha dejado de ser reina y señora para convertirse en poco menos que campesina con abarcas…


... abarcas traigan calzadas,

que non zapatos con lazo…


le dice Rodrigo Díaz de Vivar al futuro rey Alfonso VI. El rey, aunque espantado, jura; pero al mismo tiempo, expulsa al Cid de sus dominios por haberlo humillado tan notoriamente. Esta soberbia castellana es capaz del mayor heroísmo cuando se ve puesta a prueba. Véase, si no, el gesto de Guzmán el Bueno, que a muchos gusta referir todavía con el comentario admirativo: «Hay que ver cómo somos, ¿eh?». Pero es también (en parte, al menos) la culpable del atraso de la región: quien más, quien menos, en la historia, ha cambiado las oportunidades de progreso de la región por el reconocimiento de su condición de castellano viejo (no mezclado con sangre judía o morisca). La insistencia en el linaje («Nos no venimos de reyes, que reyes vienen de nos») es la que ha dejado atrás a Castilla muchas veces. Se criticó esta insistencia en el Lazarillo (recordemos el hidalgo toledano) y la criticó también José Cadalso en sus Cartas marruecas. Nada que hacer. Tan castellano viejo era el hidalgo de 1780 como su antepasado de 1080, que se batió el hierro contra los moros.


¿Y en la Edad Contemporánea? Desde que perdió los últimos restos de su esplendor imperial, Castilla se volvió sobre sí misma y quiso permanecer fuera del tiempo. La estructura caciquil heredada de la Restauración funcionaba perfectamente e impedía que el progreso llegase a las tierras castellanas. Poca industria, poca comunicación, poca cultura. Era esencial que todo se mantuviese «como siempre». Pero así como en otras tierras esta situación provocó el éxodo hacia las ciudades industrializadas (concretamente, a Barcelona, a Madrid o a Bilbao), en Castilla apenas se produjo éxodo alguno. Ni siquiera el régimen franquista, que tanto alardeaba de símbolos españoles, se acordó de Castilla. Las mejores industrias se fueron a Cataluña o a Vascongadas, dejando a Castilla apenas el trigo, las viñas de Rueda y el yermo restante.


La democracia, que supuestamente iba a traer la felicidad a los españoles, tampoco ha sido muy misericordiosa con Castilla. Tal como menciona el amigo Alberto Esteban, le quita su salida al mar (Cantabria) y legitima la escisión en dos Castillas, colocándose Madrid como una especie de isla independiente por su condición de Villa y Corte. Pero lo peor no ha sido eso. Lo peor es que Castilla-León ha padecido una sucesión de gobernantes grisáceos, poco o nada visibles para el resto de España. Por decir algo, yo apenas si sé qué aspecto tiene Juan Vicente Herrera y si dice cosas puestas en razón o bobadas solemnes. Todo lo contrario de los nacionalistas protestones o del extremeño Ibarra, caracterizado por abrir su gran bocaza. Quizá también haya que achacar la culpa a buena parte de la sociedad castellana, no demasiado interesada en que cambien las cosas y de que el proletario se acerque socialmente al oficinista y éste al funcionario de alta graduación. No es más —ni menos, desde luego— que la rémora histórica del orgullo y del linaje. ¿Dónde se vio que un castellano viejo se ocupara de las artesanías o del comercio? Eso es cosa de moros y de judíos y está maldito de la religión como ocupación baja que es.


Suponemos que hoy en día poco debe quedar de eso. Hoy los veterocastellanos pueden sentirse tan orgullosos de su historia como los navarros o los asturianos. Y francamente, da pena ver como yo vi una pintada en una pared de Segovia que rezaba así: «Castilla, sin León, mucho mejor» (igual que me da pena ver pegatinas con la leyenda: «Esto es el país leonés»). El virus nacionalista penetrando —o siendo inoculado— en la polvorienta tierra castellana, a la que sólo le falta pelearse consigo misma para acabar en la nada. No queda sino acordarnos precisamente de ese verso del Cantar de Mio Cid, recitándolo por lo bajo, no sea que nos traten de «fachas peperos» y no sé cuántas maldades más…


¡Oh, qué bon vassallo si oviesse bon señor!


Ésta ha sido la desgracia de Castilla La Vieja: que casi nunca ha tenido buenos señores. Como España.


P.D.- Me permito copiar aquí el comentario del usuario Chinito, que no tiene desperdicio.

Castilla es la gran olvidada de España y la más perjudicada por el nefasto sistema autonómico que destroza nuestra Nación desde hace treinta años.
Puedes ver como se fragmentó en cinco trozos sin apenas ningún fundamento histórico ni cultural. No tiene ningún sentido, por ejemplo, desgajar a Cantabria, que siempre fue el puerto y la sede de la Armada de Castilla, ni lo que nos hicieron a los madrileños dejándonos solos, cuando la mayoría nos sentimos castellanos ¿Qué vamos a ser si no? (Y menos mal que aquí se ha gobernado bien, menos cuando estaban los sociatas).
Algunos piensan que los nacionalistas periféricos debieron de meter baza en este asunto. No interesaba una Comunidad grande y con fuerza que les hiciera sombra. Únase a esto la ambición de algunos políticos castellanos y manchegos que prefirieron crearse un chiringuito propio y ya tenemos el despropósito hecho.
Por otra parte, tienes razón cuando dices que desde la Junta no se hace lo suficiente. Deberían ser más enérgicos y menos complacientes. De otro modo, Castilla, la esencia de España, languidecerá lentamente y eso no conviene nada más que a los enemigos de nuestra Patria.
Saludos afectuosos.-

27 de septiembre de 2007

El mercadillo

El miércoles pasado fui al mercado. Mercurii dies, el día del dios Mercurio entre los romanos (equivalente al Hermes griego). El dios del comercio, de los viajes (protector de los viajeros)… y de los ladrones. Llovía, pero ¡qué caray!, era día de mercado y yo tenía ganas de pasearme. Naturalmente, iba con mi recién estrenado uniforme negro del MAZP. Estoy contento con ellos: buen rancho, buena paga y buenos camaradas. ¿Qué más se puede pedir?

A pesar de la lluvia, había gente paseándose por los puestos. Era algo verdaderamente curioso. Me acerqué un poco más, a ver qué decían. El primer puesto está servido por una bella joven. «¡Pisos gratis! ¡Piiiiiiiisos gratisssssssss! ¡Bueno-bonito-baratooooooooo, paisaaaaaaaaaa!», se desgañita la joven. Me acerco a la señorita:
—Buenos días.
—Salaam aleikhum.
—¿Cómo te llamas?
Kharma al-Shakum, siñor.
—Y a ver, ¿cómo es eso de los pisos?
Siñor, es sinsillo. Tú alquila piso treinta metro. Yo pago a ti dosintos-dis iuro. Pero tú joven. Si tú mayor treinta año, patada en culo —explica, como una profesional—.
—Oye, pero que eso no es gratis… —protesté, a medias—.
La muchacha pierde la paciencia por momentos. Ve que se le cae el cliente.
—Sí gratis. Dosintos-dis iuro pago a ti. Yo ayudo a tú paga alquiler.
—No, no es gratis. ¡Esto es una engañifa! —empecé a calentarme—.
—¡Patada en culo sí gratis! —respondió la muchacha, furiosa y roja como un tomate—. Allah el Akbar! Allah el Akbar!
La joven estaba histérica y empezó a chillar y patalear. Inmediatamente apareció un señor ma-yor, carilargo y barbado. Se acercó a la joven, le dijo unas palabras en árabe y pareció que ésta se consolaba un poco. Luego se encaró conmigo y me dijo:
—Tú, infiel. No molesta hija mía. Si no gusta género, tú larga. Pero tú no hacer llorar a hija mía o yo llamo Juani y ella clava esto —y al decir «esto» sacó un kriss muy afilado y lo blandió delante de mis narices—. Tú acordar nombre Rub Al-Kabah.
—Bueno, no se preocupe, hombre, que ya me voy —repuse, un poco espantado, porque los moros, según y cómo, no se van por las ramas, no—.

La escena era bastante surrealista, pero bueno, seguí andando. Más adelante, atraído por los gritos, me acerqué a otro puesto. Esta vez era una señora más mayor, que gritaba mucho: «¡Carreterah! ¡Carreterah que llegan hahta lah mihmísimah perah!». Decía llamarse Magdal Al-Baris. Interesado, inicié un diálogo con ella:
—Buenos días.
—A la pá de Dió —contestó ella, muy garbosa—. ¿Qué se l’ofrese?
—Pues verá… He visto que anunciaba carreteras y…
—Pozí, carreterah y caminoh y arupuertoh y atasione de trén, mi arma. ¿Qué é lo que tú vá a queré?
—Bueno, verá… Yo lo que quería saber es si cuesta muy caro eso de una estación de tren.
—Po verá, quiyo —empezó a explicarme ella—. Yo t’hago la atasión ande tú quierah, meno en Al-Madrí.
—Ah, ¿y por qué no en Madrí? —repuse, extrañado, mientras me preguntaba qué era eso de «Al-Madrí»—. ¿No decía que me la ponía donde yo quisiese?
—Zí, quiyo, pero no allí. —Al ver mi cara como un signo de interrogación continuó—. Allí hay una perzona mu malaje que dise que tó lo que hay en Al-Madrí lo ha hesho ella, ¡azí la vea yo corgá d’una catenaria! Y que dise que no le he dao ná pa suh cosah. —Sacó un pañuelo para secarse la frente—. ¡Ojú y qué sofoco me da la hodía!
—Bueno, pero a ver —intenté razonar yo—. ¿No es lógico que si ella paga la estación de su bolsillo diga que es suya?
La señora se empezaba a sulfurar.
—Cusha al esaborío éhte… Que no, que no y que no. La atasione de tren son cosa mía y nadien me quita a mí, ¿antendío? Que yo no le pago la vacasione a nadien, ¿ein?
—Pues así le deben de ir los aeropuertos y las carreteras, que se le deben de colapsar cada dos por tres…
La señora me echó una mirada asesina y gritó más fuerte:
—¡Eh, tú, pirtrafiya! ¿Tú ha venío a mirá o a tocarme lah nariseh? ¡Mardita sea tu ehtampa, so pahmao! ¡Anda y que te ondulen la permanente que no tieneh! ¡Como te vuerva a a vé por aquí te tiro una pedrá y te dehgracio!

A esta señora ya no le dije nada, temiendo que volviese a aparecer el responsable de seguridad. Fui por los demás puestos del mercadillo. Era muy curioso ver cómo se exponían los diferentes productos, cómo la gente iba y venía de un puesto a otro, preguntando acá y acullá. Siguiendo mi camino llegué hasta el límite donde se extendía el mercadillo. Parece ser que mi sentido de la orientación me jugó una mala pasada y entré por el lado que no tenía que haber entrado. El caso es que sentado en lo que tenía que ser la entrada, un poco retirado, estaba un señor, rodeado de bolsas de dinero, barbado y con gafas, muy preocupado mientras mascullaba por lo bajo: «Esto no puede ser… No puede ser…». Y otro señor, que estaba a su lado, le decía: «Tranquilo, no te preocupes. Yo te apoyo en lo que haga falta» y le daba palmaditas en la espalda. Y el señor sentado lanzaba un suspiro todavía más preocupado.

Total, que traspasé la entrada y vi que había un gran cartel, visible desde muy lejos. El cartel, con letras grandes, decía así:

«SE VENDE ESPAÑA. GRANDES OPORTUNIDADES, GRANDES DESCUENTOS. ABIERTO HASTA MARZO PRÓXIMO».

Españesia

¿Cómo? ¿Que no saben ustedes qué país es Españesia? Pues sí que estamos arreglados. Españesia es un país conformado por varios miles de islas, en las cuales algunos hablan español y otros no, pero que en cada isla el idioma oficial es el propio de cada una (hay mucha gente que todavía usa el español, pero se está abogando por su uso marginal).


Españesia está habitada por varias tribus, cada una a cual más brava e irreductible. Todas ellas en lucha contra la tribu mayoritaria, que de momento no les hace demasiado caso y soporta pacientemente las bravuconadas de las demás. Periódicamente cada tribu celebra una fiesta ante su tótem: se le ponen flores, se le cantan himnos y algunos, incluso, ataviados con pinturas de guerra, se permiten amenazar a los tontos del culo que hablan la lengua mayoritaria, invitándoles a irse bajo pena de sacrificio ritual y caníbal.


En Españesia la vida transcurría plácidamente, excepción hecha de estas manifestaciones totémicas. Ah, bueno, y de algunos miembros de una tribu asentada al norte, que sí practican el sacrificio ritual. Los jefes de la tribu mayoritaria han intentado parlamentar con ellos, siempre con resultado negativo. Hubo uno que no parlamentó y que verdaderamente estuvo a punto de acabar con esos caníbales. Pero eso fue hace bastante tiempo. Vino otro después que les ha dado casi todo lo que han pedido. Ahora, en ese territorio sólo admiten un tótem y los que no adoran al tótem son acusados directamente de injurias al tótem e invitados a marcharse o comidos en sacrificio ritual.


Hoy las cosas no pintan muy bien para Españesia. La tribu del nordeste ha tenido contactos con las tribus del norte y del noroeste y ha creado su tótem. Últimamente se dedican a quemar tótems de la tribu mayoritaria, con la que —dicen— no quieren estar unidos. Y obligan a los que están en su territorio a adorar al tótem y cantarle himnos en la lengua ritual, bajo pena de reducción de cabeza. Pero no sólo eso: quieren que sus vecinos del sur y del este canten también himnos en la lengua ritual, a lo cual éstos se oponen y les dicen que se metan su lengua ritual por donde les quepa. También amenazan a los de la tribu del nordeste con que el néctar que éstos venden se lo van a tener que beber ellos solitos.


Los de la tribu del noroeste, de momento, se conforman con obligar a cantar el himno ritual a los aborígenes bajo pena de ser considerados enfermos; pero cualquier día se ponen a la altura de los del nordeste en cuanto a la reducción de cabeza. La tribu del noroeste va en sentido contrario a las demás: quiere unirse a otra gran tribu; pero éstos les han dicho que no quieren saber nada. De hecho, un aborigen de esta otra gran tribu dijo que todas las tribus tenían que unirse en una sola y casi se lo comen y pinchan su cabeza en lo más alto de su tótem.


Y ahora, el gran jefe actual de la gran tribu ha regresado de Estados Unidos, donde fueron a discutir sobre el cambio climático. Fue recibido por George Bush. Bueno, en realidad sólo le ha dicho «Hola, ¿cómo está? Me alegro de verle de nuevo». El jefe de la tribu mayoritaria se ha quedado de una pieza y le ha dicho «Gracias». No es que él domine mucho las lenguas, pero parece que el saludo de Bush, de no haber mediado la diplomacia, hubiera sido éste: «Hola, mamoncete. ¿Otra vez por aquí? Anda y que te follen». Una cámara de televisión le filmó después del saludo. Se muestra cocido y avergonzado; pero logra mantener la sonrisa y bien parece como que esté pensando: «Bueno, ya me han visto con él. Cuando llegue a casa le diré a Curro que lo venda como que hemos tenido una gran conversación».


Ah, pero por eso Bush le colocó en el mismo grupo que a la Micronesia y a la Polinesia. Gente de muchas islas. Gente de diferentes tribus. Y muy multicultural y multicolor. Y, por supuesto, sin peso alguno en el concierto de las naciones.


¡Ah, Españesia, qué gran país!

26 de septiembre de 2007

Adiós al Bachillerato

Por su interés, reproducimos aquí un artículo de José García Domínguez aparecido en Libertad Digital con fecha de hoy.

A lo mejor deberíamos felicitar a la Cabrera por su valentía. A fin de cuentas, se ha atrevido a tomar la única medida eficaz con tal de acabar de una vez con las tasas ecuatoguineanas de abandono en el Bachillerato: suprimir por ley el propio Bachillerato. No obstante, podría haberlo reconocido abiertamente, sin ambages. ¿Para qué esa burda coartada de los cuatro suspensos? ¿Para engañar a los padres? Quizás. Aunque sólo a ellos. Porque todos los que hemos sido profesores alguna vez conocemos de antiguo la broma.

Hace muchos años que los presuntos bachilleres españoles saltan de curso con cuatro –o más– asignaturas suspendidas, sin traba alguna. Quien sienta curiosidad por descubrir cómo funciona un mercado persa, debería colarse en cualquier junta de evaluación final, de ésas que se concelebran en los institutos públicos todos los finales de julio. Y es que en la aritmética deontológica del probo docente LOGSE, dos ya solía significar cinco; por lo que el enternecedor cuatro de la Cabrera equivaldrá, ningún profano lo dude, a ocho, nueve o todo y más.

Ahora mismo, mientras me contemplo emborronando otra vez la pizarra, también vuelve a mi memoria la pobre R. ¿Qué habrá sido de ella? Catedrática de Geografía, definitivamente era un personaje de otra época; uno de aquellos profesores que imponían respeto sin necesidad siquiera pronunciar una palabra, sólo con la autoridad que desprendían sus formas. La pobre R. todavía se tomaba en serio su trabajo. Era de prever, pues, que entre un título oficial rubricado por el Rey de España y aquella docena de cafres acabaría interponiéndose su anacrónico sentido del deber.

Los suspendió. Y es que R. se negaba en redondo a mercadear en la junta. Atónitos, protestaron ante la Dirección. Alegaron, airados, que no sólo había rehusado evaluarlos a través de exámenes de los de poner crucecitas, sino que incluso se les prohibió consultar los apuntes durante la prueba. El director, inquieto por si el asunto llegaba a oídos del APA y a través de ella a la Inspección, optó por reunirnos a los demás profesores del grupo. Seríamos nosotros, mediante sufragio universal, libre, directo y secreto, es decir de un modo inatacable desde el punto de vista democrático, los llamados a pronosticar si los cafres sabrían de Geografía Universal o no. Triunfó el "sí" por aplastante mayoría absoluta, y a los cafres, igual que al resto, se les regaló su flamante título de Bachiller.

Me acerqué a estrecharle la mano cuando, sola, recogía sus cosas en el departamento. Después, se dirigió a la puerta de la calle. Nunca más la he vuelto a ver.
Comentario de uno de los cafres.- Be-e-e-e-e-e-e-h! - Viscacatalunya - Be-e-e-e-e-e-e-h -Mortalsespanyols - Be-e-e-e-e-e-e-e-e-h - PPtraïdoracatalunya - Be-e-e-e-e-e-e-e-e-e-h!

Comentario nuestro.- Transformación en catborrego completada con éxito.

24 de septiembre de 2007

¡Retirada!

«¡Retirada! ¡Nos vamos a casa!». Esto tronaba el general y la tropa, como un solo hombre, inició la retirada. ¿A quién se enfrentaba el Ejército? Simplemente, a unos políticos. Si nuestro Ejército hubiese tenido enfrente a otro ejército, seguramente hubiésemos sido testigos de una magnífica exhibición de testosterona. Pero no. Y es que los politiquillos a los que se enfrentaba el Ejército español no eran poca cosa, no. Vascos, ¡no faltaba más! Vascos que dan gracias a Jaungoikoa por ser vascos y no maketos. Vascos que cuando los asesinos etarras se cobran una pieza miran al cielo con cara de pescado hervido, rezan un avemaría y dicen, con fingida lástima: «Otra víctima más. Recemos para que no nos toque a nosotros».


Del otro lado tenemos al ministro de la cosa, añorando los tiempos en que era un simple juez o, todo lo más, miembro distinguido de JpD. Alonso ha visto cómo se le encabritaban los vascos por unas maniobras de nada. Pero es lo que tiene bailar con la más fea. Alonso estaba más en su elemento en Interior (lo propio, habida cuenta de su pertenencia a la carrera judicial, hubiese sido Justicia). Ocurría, no obstante, que ese ministerio tenía demasiadas goteras. Por muy socialista que sea, Alonso no podía olvidarse de su toga. Y en un momento en que se estaba dirimiendo (en rigor, todavía se dirime: estamos esperando la sentencia) el feo asunto del 11-M, las goteras eran extremadamente peligrosas. Y su amigoZapo le castigó a dirigir la Defensa de nuestro país, como antes lo hiciera con Bono, su rival político.


En algún otro artículo hemos visto que ser ministro de Defensa tiene sus ventajas. No hay que entender de la cosa militar, lo cual queda claro con sujetos como García Vargas o incluso Narcís Serra, que por no hacer no había hecho ni la mili. Además, al subordinado de ese ministerio le va mejor si no tiene opinión y se limita a obedecer, sin plantearse si lo que dice su jefe cuando opina por todo el Ejército es sensato o una solemne estupidez. Véase, si no, lo que le pasó al teniente general Mena simplemente por recordar el artículo 8 de la Constitución: en horas veinticuatro, arrestado y a casita por «indisciplina».


Sin embargo, el repliegue del ejército tiene también un componente simbólico. Es otra señal de la retirada del Estado ante la presión y el chantaje nacionalistas. Con todo lo que se podría reprochar a Bono, hay que reconocerle al menos que no cedió ante los nacionalistas, por mucho que se burlaran de él sacando «pecho lata». Pero esta vez el Ejército se repliega. El Ejército puede luchar contra otro ejército en igualdad de condiciones; pero contra los políticos, sencillamente va vendido y lleva totalmente las de perder. Y eso que, según el art. 181 de las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas, «el Estado vela por los intereses del militar». Y para más inri, añadimos el art. 99 de esas mismas ordenanzas, que hoy, según están las cosas en lo militar, podría sonar a chacota:


(Funciones del militar en el ejercicio del mando). «Tratará de conocer a sus subordinados; cuidará solícitamente sus condiciones de vida, inquietudes y necesidades y velará por sus intereses, para que todos estén persuadidos de que se les trata con respeto y se les guarda la consideración que merecen».


Pero claro. Cuando el progreso de tu carrera profesional depende de la decisión de un civil que, además, no te tiene demasiada simpatía, dejas en la cuneta a quien sea necesario. Se le llama «disciplina», que es lo bastante inconcreto para incluir ese tipo de comportamientos. No así «espíritu de sacrificio», como no sea el sacrificio útil de las personas e intereses que nos estorban para llegar donde queremos llegar.


Finalmente, el repliegue no es solamente físico. Los valores también están en retirada. Y destruyendo los valores que defiende el Ejército (amor a la Patria, espíritu de sacrificio, austeridad y valor), se destruye al Ejército. Y el Ejército se destruye también cuando su máximo responsable está al vaivén de las circunstancias políticas y no exige que se respeten los valores que el Ejército ha jurado defender hasta con la propia vida si ello es necesario.

Leçon de français


Veamos aquí a nuestro inefable Zapo perorando en francés. O un intento (fallido) de francés. Hay que reconocerle a le petit Nicolas grandes facultades como monsieur le Président: la primera y principal, la de dominar su primer impulso de arrojarse al suelo y retorcerse de risa ante la exhibición idiomática de su homónimo español. En fin, pasen, vean y disfruten, que sólo podremos tener espectáculos así hasta marzo...

21 de septiembre de 2007

Alasbarricadas.org

No, no es lo que parece. Aunque podría serlo. Acabo de leer una noticia en «Libertad Digital» que nos cuenta que a una web llamada Alasbarricadas.org le han metido un puro de 6.000 leuros, pero no por difamar ni atentar contra el honor del Rey del Pollo Frito, sino por permitir que otros lo hagan. Y además, sin importar que esos otros sean usuarios anónimos, que tal vez entraron una vez en la página para dejar su opinión sobre el ínclito personaje. De nada ha servido la cláusula habitual en estos casos de que «la web no se hace responsable de las opiniones vertidas por quienes comenten los contenidos presentados en la misma».


He aquí el resultado de la irresistible transformación de Ramoncín en un miembro de la nomenklatura progre. Quedan ya muy lejos los tiempos en que cantaba aquello de «oled mi mierda», pero algunos todavía nos acordamos. Ramoncín, con más de 50 tacos cumplidos, es vicepresidente de la $$$$GAE. Poco importa que su carrera de cantante languideciese en las postrimerías del siglo pasado. Poco importa que como literato no le llegase a la suela de los zapatos a Cela o al recientemente fallecido Umbral (se atrevió incluso a perpetrar un libro llamado El tocho cheli: como si sólo alguien de Vallecas pudiese «recuperar» la jerga de los marginados de Madrid). Poco importa que como presentador de TV no diera la talla, y menos aún como comentarista de las Crónicas marranas de Xavier (que no Javier: seamos políticamente correctos), el hermano torracollons de Rosa Maria Sardà.


Es decir. El Rey del Pollo Frito (no, antes no trabajaba para KFC) se ha transformado en miembro conspicuo y rutilante del poder cultural progre español. Y como miembro plenamente ejerciente. Por eso ahora se permite decir «al hijo de mi padre nadie le toca un pelo» y el «usted no sabe con quién está hablando», tan españoles y tan de toda la vida. Y obviamente, no puede consentir que en la web de unos «mequetrefes anarquistas» le pongan cual chupa de dómine, porque eso es «atentar contra el honor, la intimidad y la buena imagen» de don José Ramón Julio Martínez Márquez, al que sólo falta añadirle grandeza de España con derecho a no descubrirse en presencia del Rey.


Por eso, el señor poderoso ha pegado un puñetazo en la mesa y ha vociferado «¡De mí no se ríe nadie!». Y tan amplio es ese «nadie» que, a criterio de ese señor, incluye la libertad de expresión. Uno se pregunta si Ramoncín denunciaría, un suponer, a Arturo Pérez-Reverte si éste, en uno de sus excelentes artículos, le llamase «soplapollas» (término que el insigne escritor suele usar con habitualidad para fustigar las progrerías). Quizá con él no se atrevería. Pero claro, los chicos de Alasbarricadas.org han hecho uso de su libertad de expresión y como son «poca cosa» para el señor Ramoncín, se los ha merendado en dos patadas. Los radicales independentistas en Cataluña también «han hecho uso de su libertad de expresión» y han quemado imágenes del Rey y han amenazado de muerte a Alberto Fernández Díaz y otros dirigentes del PP en Cataluña. Sin embargo, y como se trata de «ejercicio legítimo de un derecho constitucional» (algo que estaría encantado de decir Alfons López Tena), quedará impune. Por lo tanto, todo depende de quién ejerza y cómo ese derecho, ¿no? La justicia romana tenía los ojos vendados; la nuestra también, pero últimamente mira demasiado por debajo del vendaje.


No nos queda sino materializar el dicho de Voltaire y defender lo que otros dicen en pleno ejercicio de la libertad de expresión, por más que no nos guste. No comparto para nada el ideario anarquista, pero Alasbarricadas.org merece toda mi solidaridad frente a aquellos que nos quieren tapar la boca y que creen que están por encima de toda crítica. No hay sino recordar al pastor Martin Niemöller


Vinieron a por los judíos

y yo no protesté porque no era judío…


Y como dicen ellos: ¡Salud, compañeros!

20 de septiembre de 2007

Premio al Blog Solidario

Mi amigo Daniel, de Este país se va a la mierda, ha tenido a bien concederme mi primer Premio al Blog Solidario. Como ya he dicho en más de una ocasión, solidario soy con aquellos que se han visto privados de la voz y la palabra gracias a la censura sutil de los países «civilizados» o no tan sutil de países como Venezuela. Solidario, sobre todo, con aquellas personas que hablan mi mismo idioma en otras longitudes: los amigos de Argentina, Colombia, Venezuela, México, Ecuador… Con todos aquellos para quienes la libertad no es algo que se encuentre en los mercadillos.

Así, pues, conforme a las reglas de este premio, va mi felicitación para los siguientes:

Blog de Jesús Salamanca

Lobeznox

Respuesta a progres

Elentir.info

Aquiles en Madrid

Es la libertad de expresión, idiotas

Noticias de Eurabia



Las reglas para este galardón (que no gallardón), son éstas:



1.- Escribir un post mostrando el PREMIO y citar el nombre del blog que te lo regala y enlazarlo al post que te nombra. (De esta manera se podrá seguir la cadena).



2.- Elegir un mínimo de 7 blogs que creas que se han destacado alguna vez por ayudar, apoyar y compartir. Poner sus nombres y los enlaces a ellos. (Avisarles).



3.- Opcional. Exhibir el PREMIO con orgullo en tu blog haciendo enlace al post que escribes sobre él y lo otorgas a otros.

19 de septiembre de 2007

Esto NO se puede consentir


Ya se sabe que los españoles (incluyendo a Marc Palacios Manuel) hablamos muy alto, muy fuerte y muy duro. Es algo que en nuestra cultura se admite. Porque, ¿cuántas veces hemos oído a una madre decirle a su hijo "¡Te voy a matar!" cuando se enfada con él y no pasa nada? Ahora bien, las imágenes hablan por sí solas. No se puede consentir, no se puede dejar impune a un "señor" que amenaza de muerte a otro simplemente porque sus ideas políticas difieren. Ahí se ve el crédito que entre los independentistas tiene la democracia. Para ellos, la democracia sólo existe para socavarla desde dentro.


Y lo siento por mi amigo Daniel, que me decía no hace muchas fechas que no tenía que avergonzarme yo de sentirme catalán. Ante estos hechos, todavía me avergüenzo más de serlo. Los políticos han dejado el seny en casa, maniatado y amordazado. Veinte años de dictadura nacionalista han servido para que la gente "no se meta en política" y asista indiferente a este espectáculo denigrante cuyo protagonista es un inmigrante de primera o segunda generación que tiene que hacerse perdonar su "origen impuro".


Dudo mucho que lo expulsen de su partido, pero por esta vez, concederé a ERC el beneficio de la duda. Si lo expulsan, quizá todavía crean en la democracia, aunque sea un poco, que pueden hacernos pensar que son independentistas pero no salvajes. Y si no lo expulsan quedará demostrado bien a las claras el respeto que tienen por las ideas de los demás. Como ocurría en la RDA. O en Polonia (la de verdad). O en Rusia.

Vaffanculo!

O dicho en castellano rotundo: «¡A tomar por (el) culo!». Ya se sabe que el italiano es un idioma más meloso y parece que estén cantando un aria de Puccini en vez de insultarte. Al castellano le ocurre al revés: aunque te estén diciendo «hola», parece que te estén increpando (y a mucha honra, oiga. Que los españoles somos la re… pera).


El caso es que allí ha surgido un movimiento ciudadano-popular que trae causa del hartazgo generalizado del sistema italiano de partidos. En la bella Italia están hasta las narices de que el político de turno aparezca también como consigliere de quién sabe qué agrupaciones. Están hartos de que haya políticos sentenciados por la Justicia que se sienten todavía en sus escaños sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza. Hartos de que en determinadas regiones, gobierne el partido que gobierne, sea la mafia local (calabreses, corleoneses, sicilianos, etc.) la que imponga su ley. Hartos del sistema con todas sus letras.


En fin, que un cómico italiano llamado Beppe Grillo (Pepito Grillo sería, para nosotros) está haciéndole cosquillas a los políticos a través de su movimiento, estructurado a través de un blog (www.beppegrillo.it). No sabemos en qué terminará la cosa, pero il signor Grillo ya ha bendecido a quien se presente como partido político con su ideario y sin conexión alguna con los partidos «oficiales». Naturalmente, il signor Grillo es un intruso. Y por eso todos los partidos sin excepción se han lanzado a criticarlo duramente. Grillo es un pezzonovante de la política, es esto, lo otro y lo de más allá. Lo curioso es que donde il movimento V hace estragos es en el centro-izquierda (hasta un 17% de italianos que se declaran de centro-izquierda le votarían si se presentara a elecciones y un 33% simpatizan con el movimiento).


¿Y qué decir de España? El hartazgo de los ciudadanos respecto del «sistema» es considerable, en diversos grados según la región de la que estemos hablando. Un sistema abocado a ser bipartidista (PP y PSOE son los dos grandes partidos en la cumbre) y una serie de partidos pequeños que, cuando la «voluntad del pueblo» y el sistema d'Hont así lo deciden, pueden estar gobernando la nación por partido interpuesto. Recordemos las dos últimas legislaturas de Felipe González: gano él, pero como necesitó el apoyo de CiU, en algunos puntos muy básicos la política que se llevó a cabo fue la impuesta por Pujol (gracias, Jordi, por implantar las ETT, que se llevan un buen cacho de un sueldo di merda de tantos jóvenes).


Claro que aquí somos especiales. Nos impresionamos en seguida y nuestra supuesta furia dura un segundo. Los gobernantes que han durado, para bien o para mal, saben esto muy bien: que a los españoles hay que «dejar que se desahoguen, que ya se les pasará». Por eso, incluso en los períodos más negros de la dictadura franquista, La Codorniz podía volar más o menos libremente, haciendo gala de un humor fino, que para sí quisieran algunos grajos cuyos graznidos han dado últimamente la vuelta al mundo.


Ha habido iniciativas ciudadanas (o no ciudadanas, pero no vinculadas a partido alguno), claro que sí. Sin ir más lejos, el Foro Ermua, Basta Ya o Los Peones Negros. En cuanto a lo de Ciutadans… yo lo saludé con esperanza, porque parecía algo diferente. No obstante, la realidad y las rencillas entre unos y otros han ido desinflando el proyecto. Porque para formar un partido no basta sólo con cabrearse: tiene que haber algo más que cohesione ese mismo partido y, por encima de todo, que ayude a colocar el ego de cada uno al servicio de un proyecto común, que es el del partido. Y el fin del partido no es otro que servir a la sociedad, sin esperar mayor recompensa que una sociedad mejor que antes de la existencia de ese partido (mentira: el fin de un partido es servirse a sí mismo y a quienes lo manejan). Lástima que esto sí sea pedir demasiado, tal como están las cosas.


De todas formas, mientras dure el cabreo, griten todos conmigo: Vaffanculo! ¡A tomar por culo! Seguramente, la próxima vez que a los españoles la impresión nos dure más de un segundo volveremos a la trinchera. Y lo peor será que ni Zapo ni nadie de los capitostes de su partido estará para verlo. Ni les va a importar.

18 de septiembre de 2007

Galescola rima con ikastola

¿Quién iba a decir que los gallegos, con su variante de «nacionalismo tranquilo» (falar galego formaba parte de la normalidad y podía convivir perfectamente y sin fricciones con el hablar castellano) hayan escogido la senda de la histeria a la catalana o a la vasca? Todo fue salir O Abuelo de la poltrona y empezarse a cocer estos desaguisados. Que sí, que Fraga tal vez llevaba demasiado tiempo en la silla presidencial y que tal vez no era malo un cambio de aires (pero «veinte años no es nada», que dice Gardel). Los nubarrones no se hicieron esperar en cuanto la coalición «de progreso» ganó las últimas elecciones.


Y así como en Baleares, gracias al Pacte dels Pobrets (huy, no: se dice de Progrés), han recuperado la cabra autóctona, en Galicia, con el Pacto dos Pobriños, ese monstruo bicéfalo que gobierna las dulces terras galegas, están «recuperando» el tiempo supuestamente perdido tras veinte años de gobierno del PP. Y ahora está resultando también que son más nacionalistas que nadie y que quieren formar nacionalistas desde la cuna. Han «aprendido» la lección vasco-catalana y si antes resulta que quien no quería o no podía falar galego seguía siendo un gallego más, hoy resulta que es «un enfermo», merecedor además de tratamiento de choque.


Me imagino que para este cambio tan brutal han servido las amistades que Anxo Quintana ha cosechado en esa cosa llamada «Galeuscat». No es difícil ver la mano de Spock Ibarretxe o de Mas, que parece salido de Shrek (sí, es el príncipe encantador, ése a quien su mamaíta Pujol no ha conseguido sentar en la poltrona de la Generalitat) en algunas iniciativas del verdadero Presidente de la Xunta.


Mientras tanto, ¿es casualidad, coincidencia o acción del enemigo? Aparecen grupos radicales de extrema izquierda a quienes no les importa montar un cirio con tal de mandar. La seguridad ciudadana se va por el retrete, algo que en Cataluña viene ocurriendo hace tiempo con los que discrepan en voz alta del discurso oficial. Vamos, que al lado de éstos de ahora, los miembros del Exército Guerrilleiro do Pobo Galego Ceibe eran unos aprendices, a pesar de haber colocado unos explosivos en la casa de Fraga de Perbes.


Y ahora, por fin, la guinda: un señor pretende que os nosos filliños aprendan el Fogar de Breogán a la tierna edad de… 0 años. Bueno, que te dan tres; pero como a los tres años el niño no lo haya aprendido, prepárate para que la criatura sea tratada como una enferma y que le administren tratamiento de choque. Claro, eso es lo primero y principal: que os nenos aprendan a amar la terra galega a golpe de himno. Y de paso, que aprendan también que la naiciña de los gallegos buenos es Galiza (eso de «Galicia» sólo lo dicen os bobos do cu como Francisco Vázquez y los del PP, claro)


Después, cuando crezcan un poco —pero no demasiado— se les explica que más abajo del Tuy está la tierra prometida de los gallegos buenos, o séase, Portugal. Tierra de la que se separaron en 1385, volvieron a unirse en 1580 y se separaron definitivamente en 1640. Claro, ellos no pueden decir Galiza Sur como los vascos dicen Euskadi Sur o los catalanes podríamos decir Catalunya Sud refiriéndonos a Valencia, porque Portugal es nación independiente y soberana. No. Los independentistas gallegos, que como se sabe, no se sabe si suben o si bajan, quieren en realidad cambiar de naiciña. Quieren ser portugueses. El problema es que a éstos ya les cayó de la patada que Saramago, ese gurú progre, propusiera una reedición del Pacto Ibérico, así que tampoco es probable que quieran completar su vista al Atlántico llegando a la Costa de Morte.


Por otro lado, Galiza padecerá siempre de espacio vital. Hacia abajo ya hemos visto que no puede ser. Más al Norte y al Oeste tienen o ancho mar. ¿Y al Este? Bueno, la cosa se pone espesa: al Este tenemos a Asturias, que arrogantemente dice «Esto es España y lo demás, tierra conquistada». Y que aunque son tan celtas como los gallegos, los asturianos les miran por encima del hombro. De hecho, posiblemente la única forma de que un gallego y un asturiano confraternicen sea a través de una buena ronda de cerveza. Eso sí, sería difícil saber quién la iba a pagar… El caso es que por el Este la cosa está cerrada; y si algún día las huestes de Anxo Quintana pretendiesen comer terreno a Asturias, no es difícil imaginar que éstos contraatacarían al son de la Busindre Reel de Hevia.


Con estas hebras no es difícil imaginar que Anxo Quintana cree un problema para dentro de veinte años. Jóvenes a quienes se les habrá explicado el mito de Galiza y que tarde o temprano estarán dispuestos a dar su vida (y sobre todo la de los demás) por esa supuesta patria nacida de la imaginación calenturienta de los Beiras y compañía. Y que a diferencia de sus colegas vascos o catalanes, pondrán bombas para integrarse. Ya lo decían Os Resentidos hace veinte años: «Galicia, sitio distinto». El caso es poner bombas y no ser menos que los independentistas catalanes o vascos. Oruxo de Porriño, queimada de Monforte y lacón do Ferrol: no hay nada mejor bajo el sol.


Eso sí. Que vigile mucho Anxo Quintana, que como se pase de la raya y empiece a brillar más que Zapo, éste le echará meigallo y entonces ya se puede retirar. Y no le salvarán ni las meigas ni la Santa Compaña, pobriño…

MAZP MAX II



¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¿Es la capota de Rigodón?


¡¡NO!!

¡Es... MAZP MAX, que inicia su Segundo Año Triunfal!

Si todavía crees en la libertad, únete a nuestro Capitán TRISTE ROMEO. Prepárate a RESURGIR Y RESPONDE A LOS GILIPROGRES antes de que ESTE PAÍS SE VAYA A LA MIERDA.

¡VIVA EL MAZP!

¡VIVA LA FUNESTA MANÍA DE PENSAR!

17 de septiembre de 2007

Infraestructuras «de primera»

Pues en Cataluña estamos de enhorabuena. Zapo allá que se ha ido cual raudo corcel, y aparte de entonar un falso mea culpa, ha prometido infraestructuras «de primera» a los catalanes. Qué bien. Los catalanes saldremos adelante «al paso alegre del progreso», con unos trenes que nunca descarrilarán, que siempre llegarán a su hora, cuyos maquinistas nunca harán huelga. Tendremos un país en el que por siempre brillará la luz (eléctrica), donde nunca se pondrá el sol (eléctrico también, no faltaba más). Los catalanes vamos a ser la perla de la corona (huy no, que a Juanito el día menos pensado le van a dar la patada), y aquí se atarán los perros con longaniza y…


A ver, espera un momento. Empiezas a padecer una alarmante falta de contacto con la realidad. En primer lugar, de todas las cosas que dice Zapo tener la culpa, son verdad. Recuerda al pobre John Kerry, dedicado a tiempo completo a crear nuevas mayonesas y que no quiere saber nada de Zapo. Luego lo que él hace o dice tiene influencia en los Estados Unidos. En segundo lugar, si no hubiese mencionado a la selección española de baloncesto en su «alocución», probablemente ahora estaríamos disfrutando del oro y no de la plata. La de voleibol, mira tú por dónde, sí se alzó con el oro, porque Zapo se olvidó piadosamente de ella.


Está fuera del entendimiento humano cómo una selección española en la que militan Gasol, Navarro o Calderón se ha de contentar con la plata al enfrentarse a una selección rusa que no incluye en sus filas a los temibles Sabonis, Homicius o Kurtinaitis (de hecho, al viejo Gomelski le hubiese dado un soponcio al comprobar que en las filas rusas juega un estadounidense, Holden). Si, como es de ley, los nuestros se han dejado la piel en la cancha, el desastre sólo puede explicarse por la presencia de Zapo apoyando (palabra clave) a la selección. Apoyando como apoyó a Ségo. A Schröder. A Sebastián. A Puras. A Maragall. Al Barça. Hombre, hubiese sido un feo apoyar en público a la selección rusa; pero a los efectos prácticos seguro que nos hubiese ido mucho mejor. Espero que ahora no se le ocurra decir que «va a promocionar el deporte», porque seguro que eso es lo primero que se irá al garete. O mejor aún: pedirle que no esté presente cuando las selecciones españolas jueguen un partido importante.


Pero volvamos a Catalunya. Zapo promete infraestructuras «de primera». Lo malo es que él parece ignorar que sabemos dos cosas: la primera, que se le agota el tiempo; la segunda, que se le agotan los conejos en la chistera. Ya pueden tronar las marmolejas de turno que esto es «propaganda facha pepera». Pero lo cierto es que se le acaba. Ya puede desgañitarse Chaves prometiendo pisos gratis (el súmmum de la demagogia: desde lo de los «800.000 puestos de trabajo» de Felipe no habíamos oído una tontería semejante).


Ahora bien: lo peor no es eso. Lo peor es que la gente de la calle está empezando a notar los efectos del desgobierno zapateril. Las hipotecas son más caras y eso que Zapo dijo que el Euribor no iba a afectar. Pero claro, cuando quien te corrige a las pocas horas es Trichet y tú has presumido de unos conocimientos en economía que no tienes, hay que callarse. También la bolsa de la compra es más cara: algunos productos suben de forma estratosférica. Y para colmo de males, Argelia nos cierra el gas y se lo da… a Francia. No debe de ser por nuestra «peligrosa amistad» con Marruecos, puesto que hasta el tato sabe hoy que Marruecos siempre pudo acudir al cher ami français cuando tuvo problemas. Algo más ha tenido que haber para que esto ocurriese, aunque no nos enteraremos enseguida, claro.


Mientras tanto, Zapo sigue vociferando a diestro y siniestro que «jugamos en la Champions League de las naciones». Si fuera eso cierto, estaríamos en el G-13 (la ampliación del G-8), codeándonos efectivamente con la élite mundial y nuestro inefable tendría alfombra roja allá donde fuese. Pero da la casualidad de que no estamos en ese selecto club. No sólo no tenemos alfombra roja, sino que hasta se le nota a Condoleezza Rice que cuando viene a Madrid preferiría estar en una sala de conciertos interpretando a Brahms que aguantar impertérrita las bobadas solemnes de nuestro inefable. Lo que indica bien a las claras que no estamos en la Champions de las naciones sino jugando, tal vez, en Tercera Regional…


En fin, con este panorama, ¿cómo quieres que Zapo no prometa «infraestructuras de primera»? Tiene que hacernos olvidar el desastre del básquet, la subida de la cesta de la compra (eso es difícil, pero seguro que lo intenta), la subida estratosférica de las hipotecas, lo del gas (que ahora, como probablemente vendrá de Rusia, será bastante más caro y también eso será difícil de ocultar)… Pero fíjate: en realidad, no hace falta que prometa eso. Bastaría que las infraestructuras fuesen «decentitas» y que funcionasen medio bien. Bastaría que no fueran unas infraestructuras de-primentes. Incluso diré más: no estaría mal que la mediación de Zapo sirviese para cancelar el contrato de ACESA que permite a esta empresa cobrar por transitar en autopistas catalanas... Que total: eso lo podría prometer. Para llenarse la boca de palabras y después no cumplir lo que dice, según su costumbre, no le cuesta nada.


A nosotros sí, pero eso a él le da igual. Y lo que nos queda hasta marzo… y lo que te rondaré, morena…

15 de septiembre de 2007

Sin comentarios


Debo a mi amiga Martha Colmenares estas imágenes. Las imágenes hablan por sí solas. Esto es lo que algunos jóvenes descerebrados entienden por democracia, bien aleccionados por gente que nunca aparecerá en un vídeo de éstos, que nunca se manchará las manos. Todavía no han entendido que así es como llegamos a la dictadura franquista. Y luego pasarán otros cuarenta años lloriqueando. Eso sí, desde México o Venezuela... Frente a estas imágenes, uno se avergüenza de sentirse catalán y no se siente representado por estos energúmenos. No menos lamentable es la pasividad de la policía, aunque eso sería merecedor de otro post.

13 de septiembre de 2007

De Diadas y otros menesteres pequeños

Anteayer se celebró la Diada Nacional de Catalunya. Siempre es agradecido hablar de un acto institucional de esta envergadura, porque todos los años se producen incidentes a cuenta de los exaltados. La «novedad» es que este año les ha tocado también recibir a los de CDC, reconocimiento implícito de que unos y otros no viajan en el mismo barco. Pero lo lamentable no ha ocurrido donde estaban los políticos, aunque el hecho de que el PPC se personara ante el monumento a Rafael de Casanova para la ofrenda floral ya era motivo suficiente para soliviantar a los exaltados. Lo lamentable ha ocurrido de la mano de ese agitador vocacional y actor a ratos perdidos Joel Joan, que se ha sentido obligado a tomar el testigo de mossèn Xirinacs y se ha declarado «amigo de ETA», motivo de sobra para aplicarle la legislación antiterrorista.


Ya hemos hablado en la entrada anterior del componente mitológico (que no histórico) del nacionalismo catalán, que al igual que el vasco, se vuelve independentista a partir de los años treinta del siglo pasado. Lo lógico sería establecer algún hecho que, al menos, fuese verdad, puesto que Rafael de Casanova no fue, en modo alguno, un precursor independentista. Tal vez habría que remontarse más atrás: por ejemplo, al año 988. En ese año, tras una razzia de Almanzor sobre Barcelona, el conde Borrell II pidió ayuda para reconstruir Barcelona al rey de Lotario de Francia y éste se la negó porque también estaba hasta arriba de problemas. Ante la negativa, el conde proclamó su independencia respecto de su señor francés rompiendo el pacto de vasallaje que unía a ambos. Quién sabe por qué, este hecho no es celebrado por los independentistas, que se agarran a una falsedad.


Mucho me temo que si alguna vez llega Cataluña a la «independencia», a Joel Joan y a otros compañeros como él que jalean el asunto los mandarán a casa. No sería la primera vez que ocurre, puesto que algo parecido ocurrió con los Setze Jutges y a otros representantes del movimiento cultural catalán que se destacaron durante el tardofranquismo en la «lucha por las libertades de Catalunya» y por los «Països Catalans». Así lo denunciaba Quico Pi de la Serra en un reportaje sobre la Nova Cançó que emitió TV3 hace algún tiempo. Se quejaba el cantautor de que, una vez aprobado el Estatut (1979), los políticos les dijeron: «Apa, ja podeu tornar a casa» («Hala, ya podéis volver a casa»), sin demasiadas contemplaciones ni miramientos.


Quien mejor comprendió el mensaje fue Serrat, que en ese momento hizo profesión de fe y se dijo: «Renovarse o morir». La Trinca, por su parte, se pasó a la televisión, donde la cantidad de dinero que iban ganando era directamente proporcional al alejamiento de su antiguo ideario hippie, ecologista y antisistema. Al verlos ahora, nadie diría que en 1972 cantaban esto


Xauxa, Xauxa,

serà una gran ciutat,

sense cap dels vells defectes

de la vella societat.


Xauxa, Xauxa,

país meu ideal,

on farem la gran disbauxa

i farem, farem l'animal.


(Jauja, Jauja, será una gran ciudad / sin ninguno de los viejos defectos / de la vieja sociedad. Jauja, Jauja, mi país ideal / donde habrá la gran jarana / y haremos el animal).


De los otros, Llach siguió cantando en catalán acercándose a los independentistas (que adoptaron como himno L'estaca, aunque últimamente ya no la cantaba ni su mismo autor) yendo de la manita con Raimon, el último de la guitarra, y Ovidi Montllor, creando así la ilusión pancatalanista a ambos lados del Ebro. Y el resto del resto, aunque siguió sacando algún disco (el propio Pi de la Serra), acabaron retirándose de puntillas o tocando para los cuatro amigos en reuniones domésticas, todos ellos dedicados a la «poesía pura».


Sin ese componente cultural, que conecta al pueblo con la clase política que escribe la historia, la Diada se queda en celebración «institucional» (eufemismo que sirve para no decir que es «el día de la foto») y en «día de fiesta» para el pueblo. En la retina de muchos, por el contrario, quedará la imagen de la Diada de 1976, cuando espontáneamente (ahí sí: no existían los móviles) salieron a la calle miles de barceloneses pidiendo el Estatut y celebrando la fecha de forma mucho más reivindicativa. Una imagen irrepetible 30 años después. Que cuando el pueblo no celebra algo es porque se supone que no tiene motivo alguno. O porque, sencillamente, no hay nada que celebrar.


Y si algún día se deja de celebrar la Diada, dudo mucho que salvo los cuatro exaltados y alguno más de ésos que se apuntan a un bombardeo, la eche de menos. Claro que Joel Joan y compañeros siempre podrán pegar botes en la terraza de la república independiente de su casa. Y en traje de Adán, si quieren. Sólo los verán los vecinos —o vecinas— y los demás nos ahorraremos el bochornoso espectáculo de ver cómo un cómico de la legua se declara «amigo de ETA».


Addenda de última hora.- Parece que hoy Joel Joan no es tan "amigo de ETA" como decía anteayer. Hoy dice que "se le entendió mal". Pero claro, cuando alguien como la ACVOT (Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas) estudia ponerte una querella por posible "enaltecimiento del terrorismo", la cosa cambia. Además, a la ACVOT no la pueden acusar de "estar manipulada por el PP". Alguien le avisó de que se había pasado diez pueblos. Y rectificó (o trató de hacerlo). Y es que por muy de izquierdas que sea el Govern y por mucho poder que pueda tener en estos momentos ERC, "con las cosas del comer no se juega". Imagínate que por declararte públicamente proetarra no te contratan ni en las fiestas de Palau de Plegamans, para una comedia de bofetadas...

11 de septiembre de 2007

Tibetanos

Qué manía, pero qué manía de identificarse con alguien tienen estos nacionalistas de vía estrecha. Los nacionalistas vascos, en el siglo pasado —yo creo que todavía hay quien lo cree— cogieron la perra de identificarse con Irlanda. A pesar de que existieron pocos o ningún punto de contacto entre las situaciones de partida de ambos territorios, los nacionalistas vascos se sentían unidos a los sinnfeiners, en los que reconocían a una especie de «hermanos liberados», mientras ellos seguían soportando la «esclavitud española». Razonamiento incomprensible, porque gracias a la explotación de las minas de Somorrostro, el país vasco llegó a ser una de las regiones más ricas y pujantes de España.


Algo parecido (mutatis mutandis) se puede decir que ocurrió en Cataluña. El mito nacionalista catalán, deudor como el vasco de las ensoñaciones literarias románticas, del romanticismo filosófico de Herder, nace durante la Renaixença, y es más o menos coetáneo de la desamortización eclesiástica de Pascual Madoz. Se construye, como el vasco, a partir de una falsedad histórica (la actuación de Rafael Casanova durante la Guerra de Sucesión: que, por cierto, se murió de viejo y cobrando una pensión que le otorgó Felipe V) y también parte de una situación de riqueza de la región. De algún modo, el nacionalismo en este momento es una «ensoñación burguesa». A diferencia, no obstante, de los vascos, el nacionalismo catalán parte con una ventaja respecto de éste: la lengua catalana es hablada por muchísima más gente que el euskera en Vascongadas por la misma época y la recuperación cultural avanza más rápido.


Plantémonos ahora en la época actual. Pujol, tratando de identificar(se) con alguna nación sin estado, vuelve los ojos hacia el Quebec, la región francófona del Canadá. Se puede decir que hay una cierta semejanza. Sin embargo, los referéndums por la independencia han fracasado estrepitosamente: por muy hartos que estén de Ottawa, los quebequeses quieren mayoritariamente seguir siendo canadienses. Lo curioso era ver aquí a Pujol, como en uno de esos anuncios de «Antes y después»: antes del referéndum, se desgañitaba afirmando que Cataluña se parecía mucho a Quebec; después, cuando el referéndum se estrellaba, Pujol rectificaba: «bueno, no se parece tanto».


Y ahora, Carod, a quien sus propios acaban de llamarle espanyol —manda huevos: llamar «español» a uno de los políticos más independentistas que hemos tenido que soportar—, como lo de Quebec no ha funcionado (diríase que los propios quebequeses pidieron al Govern que no los volviesen a mencionar), ha vuelto sus ojos al Tíbet, nada menos. No se puede concebir una situación política más alejada de la nuestra. Claro que Carod, con la manía de identificación que padecen los nacionalistas, tenía que ir más a la izquierda que Pujol. O simplemente, que ha aprovechado la visita del Dalai Lama para soltar esa memez, que sólo a él se le podría haber ocurrido. Porque en el Tíbet, como sabe cualquier persona medianamente informada, se persigue y se mata a los budistas tibetanos (los comunistas chinos no se andan por las ramas). Algo que, por suerte para Carod, no ocurre con los independentistas catalanes.


Y como Carod ha dicho que el 2014 es un buen año para plantear el referéndum sobre la independencia, vamos a aguantar siete años de coñazo identitario. Pero esta vez, además, aderezados con mantras y plegarias del Bardo Thôdol (el libro tibetano de los muertos). Eso sí, traducidas a un correcto y exquisito catalán estándar (o séase y para que nos entendamos, catalán de Barcelona). Me imagino que el Dalai Lama, además de aconsejarle sobre la paz —ése es el mensaje que al parecer traía—, le indicaría sobre cómo practicar los mantras. Algo parecido a esto…


ommmmmmmmmmmmm

d'aquí a set anys seré president de la República Catalana

ommmmmmmmmmmmm


Y bueno, que el día que lo sea no solamente impondrá la lengua catalana como ahora, sino que impondrá también la túnica naranja y la cabeza pelada al rape y… (hay que joderse lo tozudos que son estos maños…)

10 de septiembre de 2007

La paliza

Bueno, esto tenía que llegar alguna vez. Después de tres años —como mínimo— de dirigirse improperios y amenazas, llegó el tiempo de «pasar a la acción». Y así, unos mozalbetes cuya cabeza está vacía de cerebro y llena de «odio a la derecha», propinaron una paliza a un militante de Nuevas Generaciones del PP de Alcorcón. El mensaje subyacente es muy claro: el PP ya no es un mero adversario político, sino el enemigo. Y al enemigo se le puede ignorar, se le puede insultar, se le puede vapulear dialécticamente… y físicamente, como acabamos de comprobar. No esperamos sino que se detenga a los culpables y que el peso de la ley caiga sobre ellos, pero la reflexión nos impone dar un paso más.


Parece ser que quienes administraron la paliza a ese muchacho son miembros de un colectivo «antisistema». No tengo nada en contra de los colectivos antisistema, siempre que manifiesten sus convicciones pacíficamente, puesto que estamos en una democracia y todas las ideas son respetables mientras se respete la integridad física de los demás. Ahora bien: estos gamberros —pues ése y no otro calificativo es el que merecen—, con su estética skin, son cualquier cosa menos pacíficos opinantes. Son personas violentas, que creen en la acción directa como único medio de resolver problemas.


Este último detalle es muy español. Como diría Fernando Díaz-Plaja, es una manifestación de la Ira española, sin contemplaciones ni paliativos. Cuenta el autor en su obra El español y los siete pecados capitales —de lectura recomendable—, el siguiente sucedido. «De cómo muchos españoles entienden la discusión política da idea la historia que ocurrió en un discurso de propaganda electoral durante la República. Un orador estaba exponiendo sus puntos de vista y era interrumpido continuamente desde la galería: "¿Quieres controversia?". A la quinta interrupción, el orador se encaró con el espectador y dijo:

—Sí, acepto la controversia. No me da miedo la discusión y estoy dispuesto a escuchar los argumentos de ese señor.

Hubo un silencio. Todos estaban pendientes de lo que iba a alegar el interruptor. Y éste soltó, de pronto:

—… ¡Mamón!

Es lo que muchos españoles entienden por controversia.» (F. Díaz-Plaja, op. cit, 2ª ed., pp. 80-81. Alianza, 1992).


Tampoco tiene nada de extraño que el anarquismo prendiese con fuerza en España. Pero no tanto por su contenido político (abolición de la propiedad, uniones libres, etc.) como por lo que implica el anarquismo (y por extensión para los españoles, el izquierdismo) de poder hacer lo que a uno le dé la gana, cuando le dé la gana, con quien le dé la gana y tantas veces como le dé la gana. De igual manera, mucha gente creyó que ser «buen anarquista» o incluso «buen comunista» implicaba «matar al cura, al maestro y al guardia civil del pueblo». De ahí la extrañeza y el enfado del personaje de Gironella, el comunista Gorki, ya exiliado en París, cuando un correligionario francés le explica, en Ha estallado la paz, que cuando Marx dijo que «la religión es el opio del pueblo», se refería al opio como tranquilizante, no como veneno.


Éstos son, al parecer, los referentes literarios de los gamberros que agredieron al joven de Nuevas Generaciones del PP en Alcorcón. También debo decir que me sorprende que fueran simplemente miembros de un colectivo antisistema. La prensa más informada y la justicia, sobre todo, dirán la última palabra; pero ese hecho me huele muy mucho a «encargo», algo del estilo de «hacedlo vosotros para que a nosotros no nos señalen». Los colectivos antisistema son, hasta donde tengo entendido, anticapitalistas, pero no suelen atacar necesariamente a una determinada formación política. Es decir: un antisistema ocupará un inmueble vacío, o incluso puede incendiar un banco, el representante más conspicuo del capitalismo opresor, antes que agredir a un miembro de una tendencia política concreta. O también puede ser un montaje: elementos de extrema izquierda «disfrazados» de skins y contentos porque iban a cobrar por sacudir a un fascista. A lo mejor resulta que existe relación entre esta paliza y la profanación de las tumbas de Paracuellos, acto vandálico que no deja duda de la filiación política de los vándalos.


Pasando al capítulo de reacciones, la cosa se pone espesa. ¿Qué hacer? Donde hay un Estado de Derecho, sin duda lo primero es acudir al Estado de Derecho, que es lo que ha hecho NN.GG. de Alcorcón: presentar la correspondiente denuncia y dejar que la policía y la justicia hagan su trabajo. Ahora bien: ¿qué ocurre si no pasa nada? Si la justicia impone unas penas pequeñas o, peor aún, deja en libertad a los agresores por considerar que los hechos son «irrelevantes», ¿acaso el joven agredido no verá burlado su derecho a recibir una justa compensación por la agresión sufrida? Igualmente significativa ha sido la reacción del alcalde y de la delegada del Gobierno: mirar hacia otro lado. Según ellos, en Alcorcón no pasa nada que rebase los límites tolerables. También durante la República se actuó por omisión y se permitió que ocurriesen barbaridades, que llevaron al paredón a esos que las permitieron (o a muchos de ellos).


Entonces, ¿tiene o no tiene derecho el PP a defenderse? Desde luego, la corta historia de la democracia española nos dice que no, que «la derecha no tiene derecho a defenderse». Primero AP y después el PP han soportado en silencio toneladas de provocaciones de todos los tamaños y pelajes por parte del PSOE, porque lo importante es preservar la paz social. Pero esta situación no se prolongará indefinidamente. Si llega un momento en que media España se ve indefensa ante los ataques y las provocaciones de la otra media, se estarán gestando las mismas condiciones, el mismo caldo de cultivo que provocó la guerra de 1936. Y es una extraña coincidencia que el artículo en que Larra insertó el epitafio español, ese díptico doliente…


Aquí yace media España:

murió de la otra media


lleve por título La Nochebuena de 1836. Exactamente cien años antes de que estallase la guerra civil.

8 de septiembre de 2007

Addio, Luciano!


Tronaba su voz que nadie durmiese y se durmió él. Él, que tantas noches de gloria dio a los escenarios que pisó: La Scala, San Carlo, el Coliseo... Se nos fue una de las glorias del canto. La noche estrellada recibió el mensaje que contenía cada nota, cada silencio, cada compás. Y se nos fue también un pedazo de humanidad. Su oronda figura ya no se paseará por las páginas de los diarios, que anhelarán poder anunciar un concierto, una sola aria...

Il principe ignoto
Nessun dorma! Nessun dorma!
Tu pure, o Principessa,
Nella tua fredda stanza
Guardi le stelle
Che tremano d'amore e di speranza.
Ma il mio mistero è chiuso in me,
Il nome mio nessun saprà!
Solo quando la luce splenderà, (Puccini: Sulla tua bocca lo dirò)
Sulla tua bocca lo dirò fremente!... (Puccini: Quando la luce splenderà!)
Ed il mio bacio scioglierà il silenzio
Che ti fa mia!...


Voci di donne
Il nome suo nessun saprà...
E noi dovremo, ahimè, morir, morir!...


Il principe ignoto
Dilegua, o notte!... Tramontate, stelle! Tramontate, stelle!...
All'alba vincerò!
vincerò! vincerò!


Riposa in pace, Maestro.

TBAperezoso

Con toda razón podéis llamarme «perezoso», si así lo deseáis. Hace la tira de días que me concedieron un TBA y aún no he pasado a «recogerlo». Incluso, no hace muchos días, un usuario llamado nefar —a quien mando un saludo desde la discrepancia ideológica— parecía echarme en cara que estos premios se conceden de forma «viral» y a los amiguetes. Bueno, pues sí. Mantengo lo que le dije: concederé antes un TBA a Martha Colmenares, o a Monsieur de Sans-Foy, o a los amigos Asomado, Gazulin, Decentes o Daniel que a la ínclita Ruby Marmolejo.


No es que esté en contra de los premios, ni mucho menos. De vez en cuando viene bien sacar un poco de brillo al ego y ver que lo que tú haces es reconocido por otras personas. Y de verdad que agradezco de todo corazón el ver que mis escritos son leídos, comentados y apreciados. Sin despreciar de ningún modo los TBA que amablemente me otorgáis, siento que mi verdadero premio está en que las ideas circulen. Que se comente, se discuta (civilizadamente, por supuesto) y se extienda allende la mar océana la funesta manía de pensar y de no aceptar porque sí ideas ajenas. ¡Quién iba a decir que, con los años, la izquierda progre que nos desgobierna (y por desgracia también en Venezuela, querida Martha) iba a convertirse en digna heredera de los persas del Manifiesto de 1823!


Con este calor que todavía hace debido al veranillo de San Martín, comprenderéis que el nivel de pereza me ha aumentado alarmantemente. Y que eso de buscar cinco blogs e individualizarlos con unas líneas de agradecimiento se me hace tremendamente cuesta arriba. Por otro lado, no comparto la opinión de Oscar Wilde de que «para hacer la crítica de un libro no es necesario haberlo leído». Me gusta saber de qué hablo cuando comento algún blog; pero el hecho mismo de buscarlo me obliga a leerlo a fondo… y de esta forma, estaría permanentemente amarrado a mi monitor, lo cual es una opción de vida cuando ésta está resuelta, pero no cuando no lo está. En esto me comprenderá bien el amigo Daniel, ahora que se echa al monte.


En fin, que espero que nadie se enfade si me tardo en recoger el TBA que me corresponda, pero creo que el mejor TBA que podéis darme es leerme y expresar vuestra opinión a través de un comentario, aunque sea en contra. En esto espero mantenerme fiel a Voltaire, cuando dijo aquello de «Detesto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo». Esto y no otra cosa es el fundamento de la libertad de expresión. Y si este blog, que nació sin ambiciones —cosa que os puedo prometer— sirve para que otras personas despierten y empiecen a pensar por cuenta propia, para que otras personas se sientan apoyadas en su acción más directa, habrá cumplido con creces su finalidad. Pienso en este momento en Martha Colmenares, a quien cerraron un blog con las excusas habituales de cualquier dictadura: contenido subversivo, etc. El próximo paso será, seguramente, declararla enemiga del pueblo y ahorcarla en efigie o quemar fotografías suyas… La típica escenografía nazi o estalinista para los políticamente irrecuperables como Martha. Así, pues, si mi blog ayuda a que personas como Martha puedan desempeñar su labor en contra de la tiranía, cumple de sobras su función.


En cuanto al TBA que me ha concedido Lobeznox, le estoy muy agradecido y por mi parte, señalo a todos los colegas del MAZP como merecedores de un TBA y, más ampliamente a la red Anti-ZP, en la que cualquiera que no tenga un bloque de cemento en la cabeza podrá encontrar contenidos interesantes.


Por último y al menos por hoy, me declaro oficialmente TBAperezoso. Hace muchísimo calor en mi ciudad y dejo para otro momento menos caluroso la tarea de señalar los blogs…

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