A pesar de la distancia que me separa de la madre patria, desde aquí puedo oír la "virtuosa indignación" del inefable secretario de Desorganización del PSOE, Pepiño Blanco, por el famoso video del PP vasco, en el cual se funden la serpiente de ETA y la rosa socialista. ¿Pero por qué se enfada, hombre? Se conoce que el señor Blanco tiene memoria selectiva. Se le olvida el famoso "video del doberman" de la campaña de 1996, en la cual y de hecho se comparaba al PP con una jauría de perros rabiosos. El PP soportó estoicamente ésa y otras humillaciones, haciendo de tripas corazón y con la mente puesta en el "pasar página", mientras el PSOE se deshacía en luchas internas por los pedazos que quedaron después de la "dulce derrota".
También se le olvida al señor Blanco la pantomima del comando Dixan, en que un sonriente Jesús Caldera prácticamente comparaba en una rueda de prensa a los supuestos elementos terroristas con niños haciendo experimentos con un juego de química y dando a entender que "en realidad, no representaban ningún peligro". Ya sabemos a qué jugaban esas personas: lo comprobamos de sobra el 11 de marzo de 2004.
Dejando aparte el hecho de que nuestro glorioso "presidente por accidente" ZP se empeña en ganar la guerra que perdió su abuelo rojo, a estas alturas de la legislatura queda claro que a ZP no le importa lo que tenga que hacer para mantenerse en el poder. Lo que aparece en el video del PP, probablemente amplificado por la fuerza de las imágenes, es el hecho de que el PSOE pacta con ETA desde una posición claudicante, mientras quiere hacernos creer al resto de los españoles que es el Gobierno quien domina la situación. Aunque sea muy dramático dicho así, a ZP no le importa "romper España" con tal de mantenerse en la poltrona.
Pues eso es lo que le enferma al señor Blanco. Que "el enemigo" utilice las mismas armas para poner de manifiesto una verdad objetiva que se pretende sustraer al conocimiento de los ciudadanos. Es como si el señor Blanco estuviera diciendo: "Nosotros podemos usar un bazooka si nos apetece, pero ustedes sólo pueden ir armados con un tirachinas. Y si no, no jugamos". Y hasta ahora, el PP había respetado esa infame regla; mucho más al gobernar, puesto que se encontró prácticamente "tierra quemada" en 1996. Pero finalmente y como se dice en "El amor brujo", se puede ser más tiempo martillo que yunque. Y el PP se cansó de ser yunque y empezó a responder. Eso es lo que le causa "rabia" e "indignación" al señor Blanco: que estos "fascistas" no agachen la cabeza y empiecen a responder a la provocación permanente por parte de las fuerzas de la izquierda. Que los esfuerzos por expulsar al PP de la vida pública no den el resultado apetecido.
Comprendemos su "furia", señor Blanco. Pero le recomendamos seriamente que se lo tome con calma. Podría ser recomendable incluso que antes de cada rueda de prensa se tomase un chupito de oruxo as herbas, a ver si así desciende la cantidad de tonterías que dice por minuto. Y que mire de su lado antes de "atacar" con esa indignación virtuosa, que además no acabará en los tribunales, que sería lo más atinado. Si realmente cree que se trata de "difamación", puede denunciarlo ante la justicia, que para eso está. Pero es obvio que no llegará la sangre al río. También nos dirigimos a la atenta dirección del PSOE para que consideren una sustancial reducción del sueldo del señor Blanco: cada vez que abre la boca, la c... Otro motivo por el cual el señor Blanco se pondría rojo de furia, suponemos...
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