Hace ya bastante tiempo que en las noticias (sobre todo en las de la televisión) aparece con alguna frecuencia la noticia de que "cae una red de pederastas". Son de diversas provincias españolas y resulta que el jefe de la red es un señor "normal" en cuyo disco duro aparecen varias (o muchas gigas) de imágenes y videos relacionados con el tema.
Vaya por delante que comento este tema con la mayor de las repugnancias. Aparte de felicitar a la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil por el excelente trabajo que a mi parecer está haciendo, quisiera comentar varias cosas que me llaman la atención.
A mi juicio (profano, desde luego) un pederasta es un enfermo, además de un delincuente. Por lo tanto, además de condenarle considero conveniente que se explore en lo posible las profundidades de su mente, para llegar al conocimiento de la raíz de esa enfermedad mental. Dicho en palabras más llanas: ¿por qué un pederasta llega a serlo y a hacer lo que hace? Probablemente, mis parámetros morales son conservadores y me cueste entenderlo. ¿Quién se atrevería, con un mínimo de sentido y valores morales, a robarle su inocencia a un pequeño? ¿Qué depravada mente podría llegar a sentir un placer de intensidad sexual ante un hecho así?
Diferente es el caso del sado, también conocido por sus siglas inglesas BDSM. Aunque yo en lo particular no me prestaría a semejante práctica, puedo "entender" que dos personas adultas consientan libremente en prestarse a jugar ese juego. Nada que objetar puesto que ambas partes saben dónde se meten y hasta dónde pueden llegar, al menos en la teoría.
No sé si se puede aplicar la teoría que se suele aplicar a los maltratadores: es decir, que un pederasta lo es porque en su niñez fue abusado por alguien de su familia y él no hace sino pagar a los demás lo que hicieron con él. Así, pues, ¿un pederasta hace lo que hace "porque no puede evitarlo"? Equivaldría a equipararlo con un adicto (a las drogas, al alcohol, a internet, a la televisión, a la comida, al gimnasio...). O, por el contrario: ¿es alguien que sabe perfectamente lo que hace y que busca voluntariamente ese tipo de comportamientos? Sin dejar de condenarle legalmente (la ley debe ser cumplida) y dejando momentáneamente aparte valoraciones morales, creo que sería bueno considerar cuál sea la lógica o encadenamiento mental de ideas que lleve a una persona a incurrir en un comportamiento que los demás denominamos "pederastia" o "pedofilia".
Particularmente, me inclino por una mezcla de ambas posiciones: posiblemente hay un "fallo psicológico" que provoca en estas personas la necesidad de abusar de un ser indefenso como un niño; de, como decía antes, robarle su infancia, su inocencia. Hasta con criaturas de 6 meses ha denunciado la prensa estos comportamientos, lo cual creo que repugna hasta a la mente más "abierta".
En fin. Es complicada la mente humana. Ya lo dijo Goya: "El sueño de la razón produce monstruos". La admonición de Goya sigue en pie. La pedofilia es una muestra de lo que la mente produce cuando cree que no la vigilan.
Vaya por delante que comento este tema con la mayor de las repugnancias. Aparte de felicitar a la Unidad de Delitos Informáticos de la Guardia Civil por el excelente trabajo que a mi parecer está haciendo, quisiera comentar varias cosas que me llaman la atención.
A mi juicio (profano, desde luego) un pederasta es un enfermo, además de un delincuente. Por lo tanto, además de condenarle considero conveniente que se explore en lo posible las profundidades de su mente, para llegar al conocimiento de la raíz de esa enfermedad mental. Dicho en palabras más llanas: ¿por qué un pederasta llega a serlo y a hacer lo que hace? Probablemente, mis parámetros morales son conservadores y me cueste entenderlo. ¿Quién se atrevería, con un mínimo de sentido y valores morales, a robarle su inocencia a un pequeño? ¿Qué depravada mente podría llegar a sentir un placer de intensidad sexual ante un hecho así?
Diferente es el caso del sado, también conocido por sus siglas inglesas BDSM. Aunque yo en lo particular no me prestaría a semejante práctica, puedo "entender" que dos personas adultas consientan libremente en prestarse a jugar ese juego. Nada que objetar puesto que ambas partes saben dónde se meten y hasta dónde pueden llegar, al menos en la teoría.
No sé si se puede aplicar la teoría que se suele aplicar a los maltratadores: es decir, que un pederasta lo es porque en su niñez fue abusado por alguien de su familia y él no hace sino pagar a los demás lo que hicieron con él. Así, pues, ¿un pederasta hace lo que hace "porque no puede evitarlo"? Equivaldría a equipararlo con un adicto (a las drogas, al alcohol, a internet, a la televisión, a la comida, al gimnasio...). O, por el contrario: ¿es alguien que sabe perfectamente lo que hace y que busca voluntariamente ese tipo de comportamientos? Sin dejar de condenarle legalmente (la ley debe ser cumplida) y dejando momentáneamente aparte valoraciones morales, creo que sería bueno considerar cuál sea la lógica o encadenamiento mental de ideas que lleve a una persona a incurrir en un comportamiento que los demás denominamos "pederastia" o "pedofilia".
Particularmente, me inclino por una mezcla de ambas posiciones: posiblemente hay un "fallo psicológico" que provoca en estas personas la necesidad de abusar de un ser indefenso como un niño; de, como decía antes, robarle su infancia, su inocencia. Hasta con criaturas de 6 meses ha denunciado la prensa estos comportamientos, lo cual creo que repugna hasta a la mente más "abierta".
En fin. Es complicada la mente humana. Ya lo dijo Goya: "El sueño de la razón produce monstruos". La admonición de Goya sigue en pie. La pedofilia es una muestra de lo que la mente produce cuando cree que no la vigilan.
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