En esta España querida, esta España mía, esta España nuestra... ¡qué peligro tiene abrir la boca, aunque sea para contar la verdad! Es la España «de la libertaZ, de la igualdaZ», etecé, etecé; pero claro, no todo el mundo es igual. Que ya lo decía Orwell: «Todos los cerdos son iguales, pero algunos son más iguales que otros». La historia ya no es lo que era, ni probablemente lo que será. Y al igual que los gerifaltes comunistas borraron a Trotski de las fotos oficiales de la lucha «del pueblo» por traidor, ZP quiere borrar a Franco de las escuelas y —sobre todo— de las mentes, los llamados cuarenta años. Quiere que olvidemos que sus conmilitones vivieron cojonudamente contra él y que los que más se quejan de él son los que más le deben.
Antes se decía que la libertad de expresión estaba en los periódicos y en los medios de comunicación. Los socialistas, conscientes de ello, se apoderaron prácticamente de todos los medios importantes (obviamente no de El Alcázar) y estrangularon económicamente a los que se resistieron, como Ya, Diario 16 o Antena 3 de Radio. Hoy en día es difícil que en las Cartas al Director se pueda hablar de ciertos temas con demasiada claridad y había que esperar aleatoriamente a que alguien de la redacción te diera voz, pero sin mencionarte, que para eso él era el profesional aunque tú le hicieras el trabajo con tu carta. Eso, cuando no te la publicaban porque podría molestar al Gobierno de turno.
Visto que la libertaZ campaba por todos sus respetos, aparece el fenómeno blog. No dejaré de mencionar la deposición snob de Carmen Rigalt en El Mundo criticando a los blogs, diciendo algo así como que en ellos «se agazapaba lo más neocon de la política española». En realidad fue la rabieta de una niña bien al comprobar que cualquiera podía contar la realidad o hablar de lo que le pareciese incluso mejor que ella (Pedrojota sabrá lo que hace cuando la tiene en su ejército de columnistas, al igual que tiene a mi admirada Isabel San Sebastián. Pero Pedrojota es lo que tiene: una de cal y otra de arena para que nadie se cabree y para facturar, facturar, facturar).
Gran problema, ¡horror!: la blogosfera es de derechas. Se discute, se plantean cosas, la blogosfera «facha» efervesce de ideas. La blogosfera roja es inexistente o búlgara mayormente. Hay que animar el cotarro. ¿Solución? Hay que entrar en los blogs de derechas para dar la brasa, aunque sea para llamar «facha» al propietario del blog o cubrirlo de florecitas (léase «insultos»). Hay que machacar las consignas progres una y otra vez, desde distintos ángulos, pero siempre la misma idea, como recomendaba Goebbels.
Ah, pero la libertaZ no triunfa, porque en los blogs existe algo que se llama moderación de comentarios. Y así, a los simplemente insultadores y a los tenaces propagadores de consignas progres se les borran los comentarios. De poco les vale berrear «has borrado mi comentario, eres un facha de mierda», porque a fin de cuentas eso lo hace Pepiño en su blog y nadie se atreve a llamarle «fascista» y «antidemocrático».
La blogosfera de derechas sigue su marcha, no obstante, un poco menos tranquila «gracias» a los trolls. Superado ese problema y como el ejército de cyberprogrevoluntarios no es suficiente para acallar a la blogosfera «facha», hay que tomar serias medidas. Gracias a que la justicia ha contraído la enfermedad zapatera (es decir, que se aplica según a quién, según cómo y según cuándo) con carácter ya epidémico, a un etarra que publica un escrito lleno de injurias y amenazas «se le puede hacer de más y de menos».
En cambio, que Dios y todos los santos del calendario protejan a usted, Juan Español, si se le ocurre criticar, por ejemplo, la beatificación progre-izquierdista de Carlos Javier Palomino, alias el Pollo, o los bailes africanos de la Fashionaria Voguemomia. Ahora ya no se limitarán a llamarle «fascista de mierda». Ahora, además de eso, le pondrán una querella y tal vez, al final, no le quedará más remedio —como efecto secundario y «para evitarse problemas»— que cerrar su blog, que es a fin de cuentas lo que se pretende: que usted, Juan Español, deje de joder contando la verdad de las cosas y desmitificando los mitos oficiales progres. Ése es el triunfo de la libertaZ. El propio Orwell lo describe así:
«Dos lágrimas, perfumadas de ginebra, le resbalaron por las mejillas. Pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. Se había vencido a sí mismo definitivamente. Amaba al Gran Hermano.»
Y tal como van las cosas en el otro lado, mucho nos tememos que el PP se va convirtiendo lentamente al credo de la libertaZ. Como dice mi amigo Daniel, «estamos solos».
Más que solos estamos abandonados... Pero estamos. :)
ResponderEliminarEs que el votante de derechas tiene principios e ideas propias, el voto de derechas no es pesebril ni está cautivo.
ResponderEliminarSaludos
PD:Perdón por la ausencia pero lo de Ideas y la Libertad me absorbe el poco tiempo que tengo,jejeje.