Se trata, naturalmente, del nuevo sistema de financiación autonómica, en el que Cataluña y Andalucía consumen prácticamente la mitad de lo presupuestado y el resto de comunidades va tirando como puede. Porque sepan ustedes que ZP «reconoce el hecho diferencial catalán» (consistente en que alguien a quien consideras tu enemigo te pague la independencia) y en cambio, no reconoce el «hecho diferencial madrileño», que consiste en que la Comunidad de Madrid ha aumentado más que sensiblemente su población, mientras que los recursos se le han ido recortando.
A nosotros no nos cabe duda de que es una carambola a varias bandas. La primera banda es para ERC (menuda banda están hechos ellos), que «ha echado un pulso al Estado español y ha ganado», o así es como lo vende Ridao en El Mundo. Se intenta interpretar que la «victoria» de ERC va a suponer un desgaste para el gobierno de Montilla, y en este sentido Puigcercós ha «sugerido» un cambio de gobierno. Quizá Montilla resiste y le habrá dicho que ya no caben más hermanos en el Govern sin que se note. Y mientras unos y otros se pelean por la porrada de millones que han caído en manos de Cataluña, Carod sigue en su «país multicolor» poniendo embajaditas a no menos de 50.000 euros anuales para el jefe más el coste de personal, alquileres y mantenimiento. Pero en fin: a ZP eso «no le importa» y probablemente piense –no le faltaría razón- que de eso tenemos que pedir cuentas los catalanes, no él.
La segunda banda es para Andalucía, contribuyente igualmente al «éxito» de ZP en las pasadas elecciones (como si no supiésemos ya que ZP ganó las elecciones más por errores ajenos que por fallos propios). Andalucía, de siempre el granero de votos del PZOE, ha sido esta vez generosamente untada por el Gobierno. Hay que mantener el voto cautivo y, si se puede, comprar alguno más con el PER. Andalucía, como el dinosaurio de Monterroso, sigue durmiendo el sueño de los justos, acunada por las letárgicas zalemas de Canal Sur y Arenas no parece estar por la labor de despertarlo demasiado.
Y la tercera banda y la que da nombre a la presente entrada, es la de Madrid. ZP se ha empeñado en ganar la batalla de Madrid («¡Madrid como sea!», berrea el camarada Gómez) y la financiación autonómica no es sino otra vuelta de tuerca en la estrategia de ahogo económico y administrativo que desde el Gobierno se practica contra Esperanza Aguirre. Para dar a otras Comunidades (pero no a Castilla y León, Murcia o Valencia) hay que quitar a Madrid. Crece la inseguridad ciudadana porque Madrid no tiene competencias en la materia y el Gobierno no pone medios suficientes para combatirla. En el Gobierno confían en que Esperanza no pueda llevar a cabo sus proyectos por falta de minolles. Y si, además, en el PP hay algún gerifalte que dice algo así como «Estoy hasta la polla de que esta tía de mierda vaya dando ejemplo», miel sobre hojuelas para ZP. No sé si Rajoy se da cuenta –o caso de que se dé cuenta, si le importa- de que segando la hierba bajo los pies de Esperanza Aguirre se está cargando el futuro más o menos cercano del PP. Pero eso es ya harina de otra entrada.
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