19 de marzo de 2007

Ponga un chinito en su vida

O un negrito. O un indiecito. Es la "moda" en cuanto a hijos no naturales. Lo practica Angelina Jolie, que tiene fijación por los vietnamitas. O nuestra Isabel Pantoja, que se trajo una niña del Perú (foto con Fujimori incluida: quién le ha visto y quién le ve ahora). Los orgullosos padres, henchidos de conciencia social, toman el chárter hacia la pobreza, dispuestos a rescatar un espécimen de aquellas lejanas y exóticas tierras y de paso redimir su capitalista conciencia y su carne pecadora.

Desde luego y por lo poco que yo sé, como penitencia no está nada mal. El proceso puede durar unos dos años, dependiendo de las cantidades que se paguen (cuanto más potente se es, más exprés es la adopción) y de la agencia a la que se acuda. El papeleo también es una penitencia: cuando se termina, parece que uno ha firmado el Quijote (pero todo sea por el niño, claro). Sobre todo, lo importante es la idoneidad: psicológica, fisiológica... pero en especial económica, para que el Gobierno del país exótico de turno pueda exprimirte todo lo que quiera. A veces hay que incluir a la agencia, que también puede pedir dinero para esto, para lo otro y para lo de más allá. Y los padres, jodidos pero ilusionados, pagan y pagan y vuelven a pagar...

Respeto, por supuesto y como no podía ser de otra manera, esa decisión. Pero a mí me parece que, adoptar por adoptar, no hace falta irse tan lejos. Es verdad que a veces en las noticias salen hechos espeluznantes y uno, impotente ante tanta crueldad (el caso del orfanato ruso o antes los chinos, que hacían "desaparecer" a las niñas siguiendo la bárbara costumbre espartana), quiere hacer algo. No obstante, opino que en España ya tenemos una cuota suficiente de desgracias y sufrimiento infantil como para irse tan lejos a buscar la "salvación".

Estamos en tiempo de Cuaresma, sí. Pero como suele decirse, no hay que aumentar la carga que Dios pone sobre nuestros hombros. Seguro que los orgullosos padres de un niño de ojos rasgados o una niña de piel oscura sienten, cuando tienen a la criatura en brazos, que han ganado el cielo. Y es probable que así sea: han pagado mucho dinero por ello, así que el cielo es lo menos que les pueden dar.

A no ser, claro, que adoptar en España sea más caro que adoptar en China. Y como está el patio hoy en día, quién sabe. Como decía el chiste, "de infierno a infierno es llamada local".

1 comentario:

  1. Hermoso y certero análisis.
    Muchas gracias por ayudarnos a pensar.

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