Nos lo andábamos temiendo. Que si sí, que si no. Pues va a ser que sí. Al menos, yo voto porque así ha ocurrido y porque opino que Luis María Ansón, pese a hacerse acompañar de Cebrián hasta su sillón de la RAE, no juega con las cosas serias. Su Imparcial abre a bombo y platillo con la noticia de que Z podría haber entregado de facto Ceuta y Melilla a Mohamed VI, una pretensión largamente acariciada por éste. Claro que los eufemismos están a la orden del día en los temas «delicados» y por eso se habla de «cosoberanía». Pero no hay que llamarse a engaño: nada obliga a compartir lo que es enteramente nuestro con otros, a no ser por razones de generosidad o por razones de debilidad.
Se dio el primer paso. No hay sino recordar que Aznar, en 2003, paró en seco los pies al monarca alauita y debió pensar que «con estos amigos no me hacen falta enemigos» cuando Chirac le sugirió que «entregase sus peñones y Ceuta y Melilla a Marruecos». El cher ami Chirac, siempre dispuesto a echar una mano a l'ami marocain, aun a costa de joder al socio español, que en aquellos entonces sacaba pecho por delante de Francia y que, de haber continuado el PP en el poder, hubiese obtenido una cuota muy importante de poder en Niza. Ya hemos dicho en algún otro post que eso a Chirac le ponía enfermo. No se podía consentir que esos cochons d'espagnols sacasen más pecho que la grande France (desde lo alto de su grandeur huit siècles vous contemplent).
Sólo la decidida intervención de los USA en favor de nuestras posiciones en el tema de Perejil impidió que Marruecos tomara ese peñasco «sin importancia» como punto de partida para mayores conquistas. Anotamos también que ningún otro «socio europeo» se mojó en el tema. A los alemanes Perejil les pillaba lejos y a los finlandeses y daneses ni te cuento. Aunque ninguno de los protagonistas de aquel momento se ha explicado muy claramente, podría ser que el apoyo de Perejil fuera pagado con la intervención en la guerra de Iraq, en los términos detallados en el post anterior. Recordemos también cómo se reía la izquierda toda (con Jesusito Caldera a la cabeza) del pecholata de Federico Trillo, sin medir las consecuencias.
Han pasado 5 años. Z no es Aznar y Moratinos no es Ana Palacio. Z, a diferencia de Mohamed VI, no piensa en términos históricos, que es lo que por desgracia pueden hacer las dictaduras como la del monarca alauita. Dictadura teocrática, además: el monarca es el representante de Alá en la tierra, de forma muy parecida a la monarquías pour droit divin. El pensamiento de Z no llega más allá del 9 de marzo, en realidad, y como mucho tiene una amplitud de 4 años. Por si fuera poco, la política española de toda la vida ha dado bandazos según ha sido el color del gobierno. La falta de continuidad, que sólo puede achacarse al ego de los sujetos políticos, nos ha causado siempre infinidad de problemas. Lo que se hace, se hace porque el gobierno de los «cabrones anteriores» hizo lo contrario, incluso aunque lo que hicieran «los otros» estuviera bien.
Mohamed VI no tiene ese problema, pues. Mucho menos cuando su política es la continuación de la de su padre en todos los aspectos (ha modernizado algunas maneras, pero sustancialmente sigue siendo la misma). Y como Moratinos no es Ana Palacio, Condolezza Rice (qué pedazo de mujer, oiga) nos visita como se visita al pariente que está en el asilo: una vez al año y haciendo un verdadero esfuerzo por disimular que le gustaría estar en otra parte. Cambian mucho las cosas cuando se tiene del lado de uno a los USA y cuando no se los tiene (en política internacional siempre ha funcionado la Machtpolitik, digan lo que quieran los iluminados de turno). Marruecos ya vio claro que no era ése el momento para intentar algo serio.
Ahora sí. El desgobierno zapateril nos ha colocado en una posición internacional de debilidad extrema. La UE, llevada con guante blanco sobre mano de hierro de la «fracasada» Angela Merkel, nos da la espalda. Sarko no quiere saber nada, ahora que disfruta teniendo a los medios cociéndose en la duda de si se habrá casado o no con Carla Bruni (sospechoso que estén todos los días con esa historia). Y los USA, por supuesto, esta vez no ayudarán, puesto que tienen un circo electoral montado hasta noviembre (lo de casa es lo primero). Y mientras, nuestro inefable cantando el Viva la gente en su Alianza de So-Mamones: él, encantado de tener público; ellos, encantados de que alguien de la UE les dé apoyo moral y les invite a comer gratis, aunque cuente tan poco como Z. Espero que no les haya dado de comer conejo.
Marruecos va dando pasos para colorear de rojo con estrella verde Ceuta y Melilla, Canarias y —¡ay!—, Al-Andalus (de momento, sólo Andalucía; después, quién sabe). Naturalmente, los que venimos avisando de estos movimientos somos malos patriotas y agoreros apocalípticos. Claro. No hemos tomado la droga del Profesor Siesta, que a él le hace decir que «no hay que exagerar con estas cosas». Luego, cuando sea una realidad, oiremos los coros de la progresía decir: «¿Y qué? Ceuta y Melilla eran posesiones coloniales (lo mismo que dice Mohamed VI). Obviamente, por consiguiente, había que devolvérselas» (falso: Ceuta y Melilla existían antes de 1956, año de la creación del Estado «libre» de Marruecos).
Queda la pregunta del millón: ¿a cambio de qué tiene que entregar Z Ceuta y Melilla? ¿Qué le debe Z a Mohamed VI? Creo que no me gustaría nada la respuesta, aunque desde luego, yo soy de los que quieren saber.
zETA no puede disponer de Ceuta y Melilla como si fueran dos corbatas para regalar. ¿O si?
ResponderEliminarAmigo H:
ResponderEliminarDepende. Acuérdate de la máxima de Carmencita Calvo: "Lo que é de tós no é de nadien". Solbes invierte con desenvoltura las reservas de oro en la Bolsa. Maleni, bueno, tu Maleni del alma... para qué contar. ¿Tiene algo de extraño que Z quiera "regalarle" dos "ciudades de nada" al Mojamé?
xDDDDDDD
Saludos,
Aguador