He de confesar a ustedes que no conozco Holanda. La primera imagen que saltará a muchos en la cabeza es futbolística, sin duda: desde el Barça Naranja de Cruyff y Neeskens, pasando por la naranja mecánica de Rinus Michaels, hasta llegar a los más actuales Koeman o Seedorf. Otros recordarán las libérrimas costumbres que en Holanda permiten ciertas prácticas íntimas que aquí son cosa de extraterrestres. Algunos nos acordamos de la Historia (la que ZP no borra porque a lo mejor no recuerda que los españoles pusimos una pica en Flandes): los grandes pintores (Vermeer de Delft o Rembrandt), los científicos (Huygens, Snell), los filósofos (Erasmo, Spinoza y el precursor del Derecho Internacional actual, Hugo van Groot). Y naturalmente, un rico pasado colonial que se inició con nuestro declive (a través de la famosa Compañía de las Indias Orientales).
Es muy notable que a pesar de su orientación laica-calvinista (interpretación rigorista de las Escrituras), pensadores de todo tipo se dieran cita siempre en Holanda. Libertad de pensamiento y religión que, hasta donde conocemos, ha sido siempre preservada. Muchos judíos que fueron expulsados de España acabaron en Holanda y, en su momento, Holanda se convirtió en una potencia mundial.
Con este brillante pasado, cabría esperar que Holanda fuese una luz en la confusa Europa de la UE. Y al parecer lo es, pero de esa peste llamada corrección política. Los musulmanes fanáticos han declarado «sentirse heridos» por las películas de Theo van Gogh (biznieto del genial pintor), «ofendidos» por la persona y las opiniones de Ayaan Hirsi Ali y «soliviantadísimos» con las propuestas políticas de Pim Fortuyn y de su sucesor Geert Wilders.
¿Resultados? A Van Gogh lo asesinó un musulmán radical de origen marroquí en plena calle. Pim Fortuyn fue asesinado por un ¿ecologista pro-derechos humanos? Hay quien opina que Fortuyn estaba adquiriendo demasiada popularidad y que su irrupción en el Parlamento holandés podía romper el statu quo en el seno de la clase política holandesa, burócrata y adicta al «consenso» y a «no enfadar a nadie». Algo parecido al atentado que sufrió Aznar en 1995, cuando ya se sabía fijo que a Felipe le quedaban dos telediarios. Y Ayaan Hirsi Ali, tras participar en el corto que costó la vida a su amigo y realizador Theo Van Gogh, ha puesto tierra de por medio y vive en los USA, donde obviamente está menos amenazada.
Y no se crean que este culebrón holandés ha terminado. Me acabo de enterar por mi amiga Lady Vorzheva de que la empresa que alojaba la página sobre Fitna, la película de Geert Wilders, ha cancelado dicho hosting. ¿Razones? Las que dicta habitualmente el miedo: en el caso particular de esta página, «que consumía demasiados recursos, bla, bla, bla». Curiosamente, esa empresa de hosting mantiene una porción de páginas islámicas muy radicales. Pero nadie quiere enfrentarse a una fatwa. Hay miedo. Aun cuando el libre pensamiento e incluso la religión cristiana son moralmente superiores al Islam, éste está aprovechando muy bien los resquicios de «libertad» y de «respeto» que las legislaciones del área cultural europea dejan para inocular la corrección política que los convierte en víctimas, cuando en realidad son agresores.
A quienes discrepen de esta opinión les invito a que repasen la geografía islámica actual. Creo que comprobarán que allí donde rige la shari-a no hay sitio para nada más, ni en lo religioso, ni en lo civil. Y que quien intente que haya algo más puede ser, de acuerdo con la shari-a, azotado, mutilado o colgado en la pública plaza, para ejemplo y escarmiento de todos. Los musulmanes que se convierten al cristianismo son perseguidos y sobre ellos pesa automáticamente una fatwa. Lo que implica, como todos saben, que cualquier «buen islamista» puede pegarles un tiro allá donde les encuentre porque tendrá el perdón de Alá al haber eliminado a un apóstata, a un traidor.
Mi pregunta es: ¿es esto lo que queremos para Europa? ¿Para España? Robert Spencer ha sugerido varias maneras para combatir la corrección política pro-musulmana:
1. Centrar su indignación en los musulmanes que cometan actos violentos en el nombre del Islam, no en no-musulmanes que informen sobre esos actos.
2. Renunciar definitivamente no ya al terrorismo, sino a cualquier intención de reemplazar la Constitución de los EEUU (o las constituciones de cualquier estado no musulmán) por la Sharia incluso por métodos pacíficos.
3. Enseñar a los musulmanes el imperativo de coexistir pacíficamente como iguales con los no-musulmanes de modo indefinido.
4. Comenzar programas internacionales en las mezquitas de enseñanza contra las ideas de la jihad violenta y la supremacía islámica.
5. Cooperar activamente con las fuerzas de la ley occidentales para identificar y detener a los jihadistas dentro de las comunidades musulmanes occidentales.
No sé si en otros países se ha seguido alguna directriz de las mencionadas. Pero en España podemos decir que no se ha seguido ninguna. Ni se está por la labor de hacerlo, no sea que Mohamed VI se nos cabree... Es más, se ha atacado y ofendido gravemente a la religión católica, sin que nadie haya denunciado judicialmente a los autores de cada atropello. Ni mucho menos se ha dictado anatema contra ellos.
Finalizaremos con una referencia a uno de nuestros más ilustres vates: José de Espronceda. Si leemos con atención su Canto del cosaco, puede ponernos los pelos de punta su actualidad...
¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín.
¡Hurra! ¡a caballo, hijos de la niebla!
Suelta la rienda, a combatir volad:
¿veis esas tierras fértiles?,
las puebla gente opulenta, afeminada ya.
Casas, palacios, campos y jardines,
todo es hermoso y refulgente allí:
son sus hembras celestes serafines,
su sol alumbra un cielo de zafir.
¡Hurra, cosacos del desierto! ¡Hurra!
La Europa os brinda espléndido botín:
sangrienta charca sus campiñas sean,
de los grajos su ejército festín...
El resto, aquí.
Amigo aguador,:
ResponderEliminarLo de Holanda es una tragedia con mayúsculas. Conozco algunos holandeses y lo que cuentan pone los pelos de punta.
¿De qué ha servido ser la sociedad más permisiva y tolerante de Europa? Se ha permitido la entrada de todo tipo de inmigrantes, garantizando sus costumbres y creencias. Como siempre, los musulmanes han demostrado su incapacidad para integrarse en una sociedad abierta, han creado círculos cerrados (y ¡ay del que se sale de él!, como la pobre Hirsi Ali), eso sí, recibiendo subvenciones y ayudas del estado y predicando desde las numerosas mezquitas el odio a occidente, la guerra a los infieles y todo lo que ya sabemos.
Llama la atención que uno de los que más denunció esta situación fuera un gay. Me refiero a Pim Fortuyn. Este hombre vio claro que todos los avances sociales que se habían logrado, como el reconocimiento de los derechos de los homosexuales, corrían peligro ante el crecimiento de una población musulmana que recibía instrucciones por parte de sus imanes para volver a una sociedad medieval.
Se atrevió a denunciarlo y acabó muerto. Como Van Gogh, y como hubiera acabado Hirsi Ali de no haber salido del país a tiempo.
Y ahora, parece que es el propio estado holandés el que se ha rendido, y niega protección policial a Ali, se pliega ante las demandas de esta gente y mira hacia otro lado mientras los barrios ocupados por musulmanes viven un auténtico éxodo de holandeses hacia otras partes del país. Eso por no mencionar la cifra de los que se marchan a vivir a Canadá o a Sudáfrica, por ejemplo. Unas cifras elevadísimas y sin parangón en el resto de Europa Occidental, que tendrían que hacer pensar a muchos.
Perdón por extenderme tanto.
Amigo Daniel:
ResponderEliminarNo tienes que "pedir perdón" por extenderte tanto. Al contrario, lo que aportas son datos objetivos y necesitan todos ellos su extensión.
Referente a los datos en sí, me surge una pregunta: ¿para quién legislan en realidad los políticos holandeses? Y aún otra: ¿acaso esperan que el Tío Sam les saque las castañas del fuego cuando las cosas se pongan feas?
Da miedo pensar que aquí se esté aplicando la política del avestruz, de que "aquí cabemos todos". No sé, a lo mejor puede parecer ridículo, pero creo que es desde España que debe proclamarse y actuarse el rearme moral de Occidente frente a a la "invasión sutil" islámica. Y por otro, bien dicen que "cuando las barbas de tu vecino veas quemar..."
Saludos,
Aguador
Terrible.
ResponderEliminarYa venía asustada de Spanish Pundit, pero cada vez me da más miedo y más verguenza lo que veo hacer a los políticos europeos.
Bss
Querida Morena:
ResponderEliminarY si los políticos tienen tantos "intereses", a lo mejor somos nosotros los que debemos empezar a hacer algo...
Saludos,
Aguador
Lo de Espronceda sublime.
ResponderEliminarDel Islam ya lo he dicho muchas veces; a la Yihad guerra y cuchillo, pero a los musulmanes compatriotas que respetan y desean convivir como iguales, todos mis respetos.
Eso sí, el mejor remedio contra el fundamentalismo religioso es el laicismo. Pero no ese laicismo politicamente correcto con el Islam por miedo y feroz con el cristianismo por tirria. Laicismo sí, pero respetando a tu vecino.
Saludos.
Amigo Andrés:
ResponderEliminarContra el fundamentalismo (que no es sino la fanática apelación a las vísceras), la única solución posible es, a mi entender, una conciencia rectamente formada y unos principios firmes, así como una traducción de esa conciencia y esos principios en la vida diaria. Y desde la firmeza de esas convicciones, proclamar en voz alta que no queremos que nos impongan la "shari-a" ni por las buenas, ni por las malas...
Saludos,
Aguador
Pues que dejas los pelos de punta. Y al fundamentalismo como dices, que ni por las buenas ni por las malas.
ResponderEliminarSaludos, Aguador.
Martha
La última vez que estuve uhna temporada más o menos larga en Holanda fue en el año 2003; la verdad es que por aquéllos entonces ya se podía vislumbrar lo que finalmente ha ocurrido.
ResponderEliminarTanta multiculturalidad, tanto apoyo al inmigrante, por encima incluso de los nacionales; sólo ha servido a lo largo de los años para hacer al islamismo más fuerte, consolidarlo más como una fuerza "de facto" ante la que hay que ceder. Y lógicamente, el Islam sigue avanzando en su poder y en su fuerza.
De nada valen los gritos aislados como los Theo Van Gogh o de Pim Fortuyn; porque la gente sigue como en España " a verlas venir" y "mientras a mi no me toque"... cuando Holanda despierte, lo mismo ya es tarde. Y también quizá sea tarde para todos los demás europeos.
Por cierto, tienes un premio en mi blog
Te he concedido un premio en mi blog, espero que te agrade.
ResponderEliminarEureka.