2 de abril de 2009

La guerra aún no ha terminado

Hace 70 años y un día se publicaba en el ABC este texto:

"Cuartel General del Generalísimo Estado Mayor

Parte Oficial de Guerra correspondiente al día de hoy, 1º de abril de 1939

En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares.

La guerra ha terminado.

Burgos, 1º de abril de 1939. Año de la Victoria.

Firma, El Generalísimo, Franco."

Tras este parte de guerra, el último, siguieron 40 años (38, para ser exactos) de penalidades y reconstrucciones. Penalidades y reconstrucciones que, finalmente, conformaron una nación que llamó a las puertas de la democracia.

Sin embargo, para algunos la guerra aún no ha terminado. No parece sino que están condenados a ver eternamente la película de título homónimo de Alain Resnais. La mayoría de los españoles hemos pasado página: o porque no la vivimos (en mi caso personal, pertenezco al baby-boom de los años 60 y no viví la guerra, ni la posguerra hambrienta) o porque simplemente estamos en 2009 y pilla ya muy lejos. 70 años son suficientes para que cualquier odio se haya diluido en el cansancio o en el maremágnum de la cotidianeidad. De hecho, hay incluso ejemplos de personas que lucharon en bandos contrarios y hoy tranquilamente se pueden tomar un café sin llegar a las manos, haciendo gala y ejercicio de buena amistad.

Sin embargo, para algunos la guerra nunca termina de acabar. Son como aquellos soldados japoneses que se perdieron en las Filipinas, olvidados de Dios, y 40 años más tarde todavía seguían «defendiéndose de los americanos». O quizá, siendo más malpensados, forma parte de una estrategia a varias bandas: primero, mantener vivo el «espíritu» de la guerra civil ayuda a que los españoles no se unan contra la desastrosa gestión del Gobierno, sino que se peleen entre ellos (como hacen los franceses en África). Segundo, es importante para el bando perdedor mantener la «reivindicación», al efecto de obtener contrapartidas económicas (la maltrecha economía de IU agradeció el «dinerillo» percibido a cuenta de la Ley de Memoria Histérica, lo mismo que UDC).

Pero nada de esto cambia el hecho de que quien firmó el último parte de guerra fue el general Francisco Franco y no el general José Miaja. Dejemos a los historiadores que discutan sobre las cuestiones políticas de aquella época, y a los historiadores militares que opinen sobre si Franco «fue mejor estratega que Miaja o El Campesino». Dejemos también que los familiares de los desaparecidos de ambos bandos puedan recuperar sus restos y darles la sepultura que se merecen sin convertir un asunto estrictamente privado en arma arrojadiza del politiqueo barato al que nos tienen acostumbrados nuestros políticos, hace ya demasiado tiempo.

Vano –y carísimo– es el esfuerzo de este Gobierno en intentar borrar de la Historia «los llamados 40 años». A veces da incluso la impresión de que serían capaces de provocar una guerra entre los españoles sólo para tener ocasión de ganarla.

Y me dejo para el final una pregunta: ¿Cuándo los españoles –sí, todos, aunque sea por separado, more nostra– pronunciaremos, de una puñetera vez, el responso final sobre una etapa tan oscura como la II Repúblics y un hecho tan terrible como la guerra civil?

9 comentarios:

  1. Nunca. Hasta que la ganen los que la perdieron, nunca.

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  2. Amigo Harto:

    Eso me temo. Y mira que la guerra de la propaganda la están empezando a perder también, gracias a historiadores como Pío Moa (sólo hay que ver cómo arremeten rabiosos contra él, pero sin poder rebatirle...)

    Saludos,

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  3. Amigo Aguador,

    Hay chavales de 18 años con el cerebro lavado que siguen viviendo en el 36 y ven franquistas por todas partes. Algunos hasta tienen blogs! ;)

    Si se pudiera hablar civilizadamente con ellos, cosa imposible porque a la mínima que cuestiones sus teorías te tachan de fascista, habría que sugerirles simplemente que aprendan a pensar por sí mismos, que lean, que se informen y reflexionen para poder sacar después sus propias conclusiones.

    Pero eso es pedir peras al olmo, no? Es más fácil no tener que cuestionarse nada, no pensar, seguir la corriente, gritar en manada, votar en manada...

    Un saludo

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  4. Me temo que mientras exista esta izquierda carca, nunca. Será difícil ver la guerra civil como un acontecimiento histórico más como las guerras carlistas o los pronunciamientos militares del siglo xix. Más que nada porque aún viven muchos de los que participaron y hay otros con el cerebro lavado, todos sectarios. Véase El Plural y los "amigos" bloggeros.

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  5. Amigo Daniel:

    A sabiendas me he dejado una "sospecha". A lo mejor me paso varios pueblos, pero la formulo y a ver qué os parece: ZP y su gobierno son peones en una estrategia que no han diseñado ellos, pero que están cumpliendo a rajatabla y cuyo objetivo final es hundir al país en la miseria. En cuanto a quién o dónde puede estar el cerebro, mis "sospechas", corazonadas o como lo queráis llamar, se dirigen a Francia y concretamente, a los hermanos franceses de ZP. Esto ya es meterse en aguas profundas, pero considero que no hay que perderlo de vista.

    Saludos,
    Aguador

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  6. Amigo Joven Madrileño:

    En este mismo blog se ha denunciado que el PZ(OE) no es izquierda en el sentido que le daba Antonio Gramsci, sino que ha echado la doctrina y los principios por la borda y se dedica única y exclusivamente a mantener el poder. No sé cómo se puede llamar a eso; pero "socialismo", desde luego que no.

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  7. Aguador, a ciertos poderes no les interesa el fin de la guerra, ni su análisis objetivo, ni dejar desaparecer el fantasma de Franco. Se quedarían sin argumentos contra la oposición y sin consignas en campaña electoral. Es como cuc mamtra.

    Y así le va a España.

    También considero culpables a otros que se dejan, avergonzados, colgar al cuello el cliché de hijos del franquismo y además se callan.

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  8. Amigo Aguador:

    Dices que el PSOE no es de izquierdas y dices bien. ¿No sabes qué es? Te propongo un método sencillo: el método de la comparación. Busca todos los regímenes que se han llamado a sí mismos de izquierdas o que en algún momento se han considerado como tales por alguien, desde el comunismo de la Unión Soviética, al de China, Corea, Vietnam, pasando por las socialdemocracias europeas, pasando por los populismos pseudorrevolucionarios de Latinoamérica: el PRI mexicano, el peronismo argentino, el chavismo... Ahora compara y busca a cuál se parece más.

    ¡Bingo! ¿Al peronismo?

    Te darás cuenta de la semejanza. ¿Recuerdas a Evita Perón (abrigo de pieles) y a sus “descamisados”? Compara con Zapatero inaugurando el congreso de UGT, criticando a los banqueros y empresarios y pidiendo apoyo y cariño a los sindicalistas. Compara a la panda millonaria de la “zeja”, los ingresos de Leire Pajín (la que el día de la clasura del congreso de UGT cantaba la Internacional), el apartamento en Arosa de Pepiño, el cortijo familiar de Chaves en Andalucía... Peronismo en estado puro.

    Uno de los motivos, quizás no el único, del despiste ideológico de la derecha -aparte de sus estúpidos complejos- es que nunca, en treinta años de democracia, ha tenido enfrente un partido de izquierdas, sino peronista.

    Un saludo.

    Oroel

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  9. Amigo Oroel:

    Pues va a ser que tienes razón. No había caído yo en la cuenta de la semejanza, probablemente por mi desconocimiento del peronismo. Siempre los tuve por "niños bien" que enmascararon su riqueza (o su glotonería en relación a los PGE) con banderas que nunca enarbolaron y canciones que sólo cantaban de labios para afuera.

    Sin embargo y a pesar de esa semejanza no está de más recordar que tampoco le hacen ascos a los métodos marxistas-leninistas de apoderamiento del poder (y sostengo, como mucha otra gente, que el 11-M es un ejemplo soberbio de ello). Sólo en ese punto se les podría llamar "de izquierdas".

    La derecha (la política, no la social: nosotros no tenemos complejos a la hora de tapar la boca a los perroflautas) está acollonada: se mueve entre el cálculo posibilista y el tembleque de posaderas que indica que quieren ser alternativa, pero poquito; y que ya les viene bien repartirse los despojos del país (después de que el nacionalismo haya pasado por caja, claro, porque sus derechos "históricos" van primero).

    Y así no vamos a ningún lado, amigo Oroel. Bueno, sí: nos vamos a la mierda, como dice nuestro común amigo Daniel. Y ya veremos cómo salimos de allí.

    Saludos,
    Aguador

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