14 de diciembre de 2009

Mafias del pinchito moruno: el CAIR investigado en los USA

(Aquí el original. Se ruega encarecidamente a los lectores que comuniquen cualquier fallo de traducción. Muchas gracias).


El Consejo para las Relaciones con los Musulmanes Americanos (CAIR en sus siglas inglesas), desde hace mucho tiempo aliado del FBI en los esfuerzos de éste por tender la mano a los musulmanes americanos, es objeto de una investigación criminal por el propio FBI. Es un esperanzador avance del sentido común en la estrategia contra el terrorismo doméstico, tras salir a la luz justo cuando parecía que el CAIR iba a obtener otra victoria en su campaña de acoso e intimidación contra cualquiera que se atreva a llamar la atención sobre la actividad yihadista en los Estados Unidos.

El CAIR –Consejo para las Relaciones con los Musulmanes Americanos–, no está acusado formalmente por un caso de financiación de terrorismo de Hamás (así lo ha denominado el Departamento de Justicia). Los representantes de CAIR se han negado repetidas veces a considerar a Hamás y a Hizbolá como grupos terroristas. Algunos antiguos funcionarios de CAIR han sido condenados por delitos relacionados con el terror yihadista. El cofundador de CAIR y durante mucho tiempo Presidente de su Consejo de Dirección (Omar Ahmad), así como su primer portavoz (Ibrahim Hooper, Ibe el Honesto), han afirmado la supremacía del Islam. A pesar de tantos indicios de que el CAIR no era precisamente un dechado de patriotismo y lealtad a los valores constitucionales, el FBI trabajó estrechamente con ellos durante años (hasta que su condición de virtual impunidad fue demasiado incluso para los políticamente correctos agentes del FBI y éste dejó de trabajar con el CAIR a finales de 2008).

Ni siquiera entonces hubo indicio alguno de que el CAIR estuviese siendo investigado. Este hecho salió a la luz a través de una serie de hechos injustificables. Un joven llamado Chris Gaubatz, haciéndose pasar por un converso al Islam con el nombre de David «Dawud» Marshall, fue contratado como interino en el CAIR en 2008, se llevó 12.000 páginas de documentos del cuartel general del CAIR e incluso cintas magnetofónicas de los funcionarios de éste.

Este material constituye la base documental del explosivo libro Muslim Mafia: Infitrados en los secretos de los bajos fondos que conspiran para islamizar América, por Chris, padre de David Gaubatz y Paul Sperry. Este libro contiene numerosas revelaciones acerca de los oscuros pactos internos del CAIR y confirma lo que los veteranos observadores del CAIR sospechaban: el CAIR es parte integrante del aparato de la Hermandad Musulmana de los USA.

Dicha Hermandad es un una organización islámica internacional, matriz tanto de Hamás como de Al-Qaeda, que se dedica, según sus propias palabras, a «una especie de gigantesca Jihad consistente en eliminar y destruir la civilización occidental desde dentro y a sabotear su miserable hogar». El libro contiene detallada información acerca de cómo el CAIR ha intentado bloquear las investigaciones antiterroristas, al tiempo que insinúa que éste se ha infiltrado en las más altas instancias de poder en Washington.

Como resultado de las revelaciones del libro, los congresistas Sue Myrick (Carolina del Norte), Trent Franks (Arizona), Paul Broun (Georgia) y John Shadegg (Arizona) han enviado una misiva al Fiscal General Eric Holder solicitando que «proporcione a todos los miembros del Congreso un resumen de las pruebas y hallazgos del Departamento de Justicia y del FBI que les llevaron a definir el CAIR como conspirador no acusado de delito de terrorismo». Holder no ha respondido públicamente, pero eso no significa de ninguna manera que el CAIR esté a salvo.

Tras el bombazo en las librerías del libro, el CAIR no negó ninguna de las acusaciones. En vez de eso, utilizó la siempre eficaz táctica de «matar al mensajero», intentando difamar a los Gaubatz y a Sperry: les acusó de «instigar al odio» y les demandó para tratar de recuperar los documentos, llegando a afirmar que el material de que disponían fue robado e incluso que Chris Gaubatz allanó su propiedad.

Un tribunal falló a favor del CAIR; pero justo cuando el CAIR iba a recuperar el control de dichos documentos, el FBI intervino en la causa a través de una orden judicial y retuvo los documentos para incorporarlos a la –hasta entonces– desconocida investigación sobre el CAIR.

Dicha investigación estaba en marcha hace ya mucho. La reputación y accesibilidad de que ha disfrutado el CAIR tanto por parte del gobierno y los organismos de orden público como por parte de los principales medios de comunicación han estado en abierta contradicción con la firme oposición del CAIR a casi cualquier medida antiterrorista adoptada después del 11-S, con la ayuda a quienes quisieron denunciar a pasajeros de líneas aéreas por informar de actividades sospechosas de musulmanes en aeropuertos y con la constante demonización de cualquiera que hable sin tapujos sobre la amenaza yihadista en los USA.

El CAIR debe ser clausurado y sus funcionarios procesados respecto de aquellas actividades que lo justifiquen. A partir de que eso ocurra, los americanos podremos convencernos de que la resistencia a la actividad yihadista en los USA está en marcha.

2 comentarios:

  1. Estados Unidos tendría que terminar radicalmente con cualquier cosa que alberge algo relacionado con el mundo musulmán.
    Saludos

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  2. Amigo Julio:

    Y Europa también, pero me temo que en Europa están más pendientes de quitar cruces en las escuelas y permitir que los musulmanes construyan mezquitas y minaretes en cada esquina, no sea que se cabreen...

    Saludos,
    Aguador.

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