Pues eso... Que ahora salta el escándalo en Marbella, aunque era un escándalo largamente anunciado. Me imagino a la población marbellí, harta de ser el escaparate nacional y avergonzada por el espectáculo del robo sistemático que allí ocurre desde los tiempos del tío Gilito. Pero lo mejor de todo es que en el diccionario de ninguno de los aprehendidos hay dos expresiones que creo deberían estar en el vocabulario de cualquier político honrado: dimisión y devolución de todo lo robado.
A mí me llama la atención que cuando pillan con las manos en la masa a un "ladrón de guante blanco", nadie le obliga a devolver lo robado con sus malas artes (oséase, información privilegiada). Que yo sepa, ninguno de los inculpados por Filesa devolvió un céntimo. Ni ninguno de los implicados en el caso Casinos. Nadie. El único del que dicen que devolvió algo fue el ex-director de la Guardia Civil, Luis Roldán (parece que fue un 25% del total... ¿y el resto?). De los otros, no tengo noticia de que ninguno lo hiciera. Y aun respetando las decisiones judiciales, entiendo que la justicia es demasiado benevolente en ese particular. Ya sé que probablemente no es muy democrático, pero a éstos que roban por millones yo los tendría en situación de prisión preventiva hasta que devolviesen el último céntimo de lo que se llevaron.
Claro que aquí salta otra pregunta. Los que roban por millones actúan como quien atraca un banco. Es decir: nadie roba un banco sin recibir ayuda desde dentro (alguien, por ejemplo, que facilite los planos). Aquí tal vez, la ayuda se concreta en "tú tranquilo: me das mi parte y no irás a la cárcel". Y por supuesto, es una ayuda pagada (faltaría más). ¿A quién beneficiaba la situación creada en Marbella? ¿Y en cuánto dinero se tradujo ese beneficio? ¿Por qué Chaves no actuó cuando debió hacerlo? En fin, son preguntas que se han de responder ante los Tribunales y que fiscales y acusación deberían plantear.
La parte política es que habría que empezar a limpiar la política de tiburones, arribistas y ladrones varios, que utilizan el crédito en las urnas para enriquecerse personalmente, previo pago de una "pequeña comisión" a un partido que es el que le apoya o aúpa.
¿Ciencia-ficción? Quién sabe...
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