Me queda clara una cosa de todo este lío: que Albert Rivera molesta sobremanera al establishment socialista catalán. No es poca cosa que a los tres meses de aparecer, CdC saque tres diputados en unas elecciones. Diputados que no sólo habrá perdido el PP, sino y sobre todo, el PSC. Por eso, a través del "Diario no oficial de la Generalitat", alguien se molestó en redactar una "cosa" que ocupaba como cuatro páginas impresas. Vamos, un buen informe de los de antes, que te llenaban cuatro páginas por una tontería.
¿Y cuál resulta ser esa "tontería"? Bueno, pues que el señor Albert Rivera había tenido sus coqueteos con la derecha cavernaria, o sea, el PP. Y nosotros nos preguntamos: ¿Y qué? El PP puede gustar o no gustar, pero es una opción política legítima. Sin demasiado futuro tal como van las cosas, pero legítima. Mucho menos legítimo era el PSAN, al que perteneció en tiempos Carod-Rovira (nadie se acuerda de eso, claro). El caso era "sacarle las vergüenzas" al señor Rivera y tratar de encerrarlo en el gulag en que hace años está encerrado el PP.
A mí, en el fondo, me importa un bledo dónde estuvo antes. Me importa un bledo si fue militante o solamente interventor en unas elecciones. Me importa más que, como parlamentario, represente de verdad a quienes dice representar, ya que de los otros nadie lo hace. Y si va a hacer lo que dice, puede que el catalán, pero d'Iznáha no tenga una presidencia muy tranquila. Suponiendo que no se meta goles en propia puerta, como Maragall. Por de pronto, ya ha interpuesto una demanda contra el "diario no oficial de la Generalitat". Esperemos que así se eviten las tentaciones de imitar al Pravda, martillo de herejes de la ortodoxia comunista de "los buenos tiempos"...
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