24 de enero de 2008

Bilis

Para bilis, la que ha gastado o pasmo de Palas do Rei explicando por qué Z no ha ido al Congreso de las Víctimas del Terrorismo. Entre quejicoso y atacón, Pepiño ha justificado la ausencia de nuestro ínclito presidente por accidente más o menos porque «no iba a ir donde iba a ser abucheado».


Nosotros, que ya tenemos puesto un ojo contra el desgobierno de Z, nos preguntamos por qué iba a ser abucheado. La respuesta cae por su propio peso. Claro. El IV Congreso Internacional de las Víctimas del Terrorismo no es exactamente la Alianza de So-Mamones, donde él puede cantar sin peligro el Viva la gente y entre todos hacen la ola de la multiculturalidaz y del buen rollito. Por si fuera poco, asiste Aznar a dicho Congreso. Aznar el Maligno, Aznar, que ostenta el privilegio de haberse convertido en la nueva bête noire de la izquierda (Franco ya no puede serlo; además, resulta que si se escarba un poco, encontramos demasiados antecedentes franquistas en gentes que hoy en día berrean a todo el que les quiera oír que «son de izquierdas». Aznar es menos peligroso en ese sentido).


Pero la ausencia de Z es muy lógica, por mucho que nos pese. ¡Cuánto hubiésemos deseado los españoles que nuestro presidente hubiese luchado contra el terrorismo sin cuartel ni «proceso de paz» de ninguna clase! Sin embargo, en estos cuatro años nos hemos encontrado con Bambi, con ZP el gafe y ahora, con Z el mentiroso. Y en todo momento, con un radical de cuarta. Más o menos como lo fue en su momento Joan Gaspart para el Barça —tanto, que los propios aún tiemblan al recordar una época tan nefasta para el club de los amores de Z—. Z no puede, después de todo lo que ha hecho y dejado de hacer, mirar cara a cara a cada una de las víctimas. No puede ir a ese Congreso con la mirada limpia y ponerse al lado de las víctimas. Nadie le puede guardar sitio donde nunca estuvo. Y, sobre todo, no puede mirar a la cara a Aznar, a quien traicionó: mientras usaba una mano para firmar el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo, daba la otra a los etarras. De ésta se pudo escapar —como no se pudo escapar el 12 de octubre—.


Volviendo a o pasmo de Palas do Rei, él es de los que considera que la mejor defensa es un buen ataque. Siendo él quien debería pedir perdón por atacar tan desconsideradamente a quienes han perdido un ser querido en una acción terrorista, no sólo no pide perdón, sino que exige disculpas a la AVT, a la que considera un apéndice del PP sin matices sólo porque no está de acuerdo con la política antiterrorista del desgobierno de Z. Le enfada que Alcaraz se comiese literalmente al candidato progubernamental con brochetas de pollo en las últimas elecciones de la AVT. Qué se le va a hacer: la verdadera democracia tiene estos sustos y estos disgustos.


Así que le vamos a recomendar a Pepiño que tome menos oruxo as herbas y más tila, porque nos tememos que va a tener para un rato largo de reflexión después de vomitar su bilis (y sobre todo, a partir del 9 de marzo).

2 comentarios:

  1. Alguien le debería decir que un exceso de bilis es mala para la salud... No quisiera yo quedarme sin Pepiño.

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  2. Amigo Claudedeu:

    Pues siento disentir de tu opinión y opino que un personaje como Pepiño es perfectamente prescindible en la política. Claro que a lo mejor podría encontrar trabajo en el Circo Price...

    xDDDDDDDD

    Saludos,
    Aguador

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