
No es ninguna verdad oculta que el aparato mediático de la izquierda ha intentado por todos los medios ningunear, rebajar el significado, quitarle importancia a la beatificación de 498 novicios y sacerdotes asesinados durante la guerra civil, en representación de un total de 5.000 religiosos en la persecución religiosa más sangrienta de los tiempos modernos en España. Se ha llegado a decir que son «los mártires del odio», o que «no están todos los que son». Incluso he llegado a leer que «si los mataron, no sería por ser católicos, sino por ser malas personas».
Pero el hecho es que quinientas personas son muchas personas (como lo son cinco mil). Y si añadimos los testimonios de algunos «anarquistas puros» (lo de «puros» es por lo de «revolucionarios»), como el testimonio que aparece en La Razón del jueves 27-10-2007, nos daremos cuenta de que mienten desvergonzadamente quienes afirman que la República fue esa arcadia feliz contra la que «se levantaron unos militarotes malos malosos». Sostenemos, al igual que Pío Moa —y lo sentimos si hay alguien que desprecie a Pío Moa sin detenerse en rebatir o argumentar— que en 1936 ya no había «legalidad» contra la que sublevarse, sino la barbarie frentepopulista y anarquista.
La izquierda española actual procede, con cincuenta años de retraso, como la intelligentsia inglesa. La misma que ninguneó —lo siento por don Fernando Lázaro Carreter, que crucificó este neologismo en sus Dardos en la palabra— nada menos que a George Orwell después de escribir su Rebelión en la granja. El hoy reconocido «gran escritor» (los muertos, por suerte para algunos, ya no muerden) tuvo que editar ese libro en «editorial de pobre». Orwell deja escrito lo siguiente:
El servilismo con el que la mayor parte de la intelligentsia británica se ha tragado y repetido los tópicos de la propaganda rusa desde 1941 sería sorprendente, si no fuera porque el hecho no es nuevo y ha ocurrido ya en otras ocasiones. Publicación tras publicación, sin controversia alguna, se han ido aceptando y divulgando los puntos de vista soviéticos con un desprecio absoluto hacia la verdad histórica y hacia la seriedad intelectual.
Palabras, como decimos, que siguen estando de actualidad. A algún sector de la izquierda le molestan algunas verdades de este jaez y se enfada, rabia, patalea e insulta. La izquierda «civilizada», no obstante, no hace esas cosas. La izquierda «civilizada» promueve y da dinero para que se filmen películas basadas en medias verdades —o en mentiras completas, como la horrorosa versión española de En brazos de la mujer madura, que hubiese ganado más de haberse atenido más al texto—, pensando que el (falso) revuelo mediático provocado por la pluribeatificación favorecerá el visionado de una película que va «a contracorriente».
Si la izquierda de este país fuera simplemente laica, no le escocería tanto la pluribeatificación. Como le escuece, hay que concluir, lisa y llanamente, que es anticatólica. Y finalmente, un ruego: dejen que la Iglesia haga su ceremonia por aquellos que verdaderamente dieron su vida por su fe. Criticar a la Iglesia desde una posición antagónica y negarle legitimidad como sujeto histórico es lo fácil y lo que ha hecho siempre la izquierda. Lo difícil es asumir responsabilidades. Algo que desde luego, ni la izquierda de este país (ni de ningún otro) ha hecho.
Actualización.- Después de leer un comentario de mi amiga Lady Vorzheva, creo que será bueno copiar en toda su extensión el comentario de un usuario de Vieiros.com de donde extraje esa frase tan incalificable (por decirlo suavemente). Está en gallego, pero se entiende tan clarito que lo puedo traducir hasta yo. El comentario dice así (no tiene desperdicio):
"Estou case seguro que unha boa parte de estar persoas non morreron por ser uns bos cristiáns senón máis ben por ser unhas malas persoas.
En todo caso é absurdo beatificar aos que morren por motivos relixiosos, pois teriamos a 6 millóns de santos, aínda que sexan xudeus.
Que sexan miles ou ata millóns de católicos non quere dicir que teñan razón. Tamén hai miles de mouros que che cortarían o pescozo".
Traducción aproximada (servidor no es gallego e fai o que pode :P):
"Estoy casi seguro de que una buena parte de estas personas no murieron por ser unos buenos cristianos, sino más bien por ser unas malas personas.
En todo caso, es absurdo beatificar a los que mueren por motivos religiosos, pues tendríamos a 6 millones de santos, aunque serían judíos.
Que sean miles o incluso millones de católicos no quiere decir que tengan razón. También hay miles de moros que te cortarían el pescuezo."
Todo un produto LOGSE y buen discípulo de Pepiño, o pasmo de Palas do Rei.