Pues sí. Creíamos que ahora la ex-menestra se dedicaría a cantar lo de «I will always love you», a dúo con Whitney Houston. Pero parece que no quiere tener vacaciones y que puede seguir trabajando. Digamos que por la tarde se dedicará a sus gorjeos amoroso-culturales. ¿Y por la mañana? La ex-menestra Pixidixi echará las mañanas en el Congreso, de vicepresidenta. Eso suena como muy importante, vamos; como que se es segunda de a bordo de uno de los grandes poderes de la nación.
El caso es que, según hemos visto a su predecesora, otra Carmen (en este caso sin «n», porque ahora hasta los socialistas catalanes quieren tener pedigree), la función de la vice es repartir juego: o sea, decir cuándo y cuánto puede hablar cada señoría que suba al estrado. Claro que no es una tarea tan fatigosa como repartir subvenciones a los titiriteros de la cosa. Y tiene además una ventaja, eso sí: no hay que hacerlo de tapadillo, como lo de las subvenciones. Que eso de las subvenciones, como es una millonada, no puedes agarrar micrófono y decir que das a los titiriteros «5.000 millones de las antiguas pesetas» por la cara. ¡Cómo se hubiera puesto la derecha! ¡De soponcio, vamos! Por eso había que disfrazarlo de ley y darle un título genérico, así como «del Cine», para que por lo menos los tontos dijesen «hay que ver cómo promociona este Gobierno la cultura». Menudo paripé había que montar para que pareciese legal. La verdad que era cansado aquello. Y aún así, no se lo agradecieron. ¡Miserables roedores…!
Ah, pero ahora de vice ya no hay que hacer paripé ninguno. Bueno, sí, lo hace la Maritere, pero es que ser vice del Gobierno comporta esa responsabilidad. Como cuando tuvo que defender que se seguía manteniendo la paridad y eran nueve de un lado y siete del otro. La ex-menestra de Al-Kurturah no tendrá ese problema. Simplemente tendrá que decir: «Ahora hablas tú» o «Espérate, que a ti no te toca aún». Eso no tiene peligro ninguno de meter la pata. No hay que hacer paripé ninguno. Y no es difícil imaginar cómo disfrutará el día que un señoría le suelte un latinajo, tal que así: «De minimis non curat lex», que ella traducirá como «A la mínima te mando al cura» y responderá al señoría: «Oiga, que yo soy muy socialista y no quiero saber nada de los curas, ¿vale? Y me habla usted en cristiano».
Y bueno, como eso de repartir juego y soportar los latinajos de sus señorías es un trabajo tan cansado, qué menos que un buen sueldo, ¿no? Por eso los 11.000 leuros (que diría mi admirado Carlos Herrera) son una justa retribución a trabajo tan penoso. Aunque tengo entendido que no son todos para ella: el partido le puede pegar un buen mordisco a esa retribución. Porque así es como se financian los partidos: a base de las cuotas de los militantes (poquita cosa), la parte alícuota en el caso de los cargos del partido (por un estilo) y las donaciones oh-pacas (sobre todo). De todos modos, que le quede un sueldo de 6.000 leuros tampoco es moco de pavo.
Y si encima te hacen un pleno extraordinario de bienvenida, en medio del verano (les partes las vacaciones a los señorías, aunque no vengan todos), ¿qué más se puede pedir? Lástima que quedara un poco deslucido por la muerte de Gabriel Cisneros (ese señor podía haber palmado otro día, ¿no?). A ver quién se acuerda ahora del pleno veraniego. Bueno, como diría el nuevo presidente del Congreso: Ejque la política ej así.
Mucho te fías tú de la Ex-Ministra, trabajo tan sencillo como el de dar el turno de palabra a quien corresponda puede convertirse en todo un problema para nuestra Carmen.
ResponderEliminarSaludos Aguador
Eso será si el PSOE ganara las próximas elecciones. En todo caso, la pobre no se quedará sin trabajo. Tiene buenas dotes como sectaria e ignorante y es capaz de poner a todo el mundo de los nervios con sus bobadas, con que es ideal para ese puesto.
ResponderEliminarUn cordial saludo.