26 de julio de 2007

De cómo la derecha social derrotó a Bush (I)

Transcribimos aquí un artículo de Oscar Rivas publicado en Minuto Digital. No tiene desperdicio.


El pueblo estadounidense le ha dado sopas con ondas a su Presidente. So pretexto de reformar la ley de inmigración, Bush pretendía amnistiar a los 12 millones de inmigrantes que residen ilegalmente en el país. Para ello, la Casa Blanca no estaba sola. Todos, republicanos y demócratas, o al menos sus principales cabezas pensantes, coincidían en la necesidad de transformar radicalmente el "statu quo" de la inmigración.


Tanta prisa tenían, tal era su interés en acometer la reforma que la propuesta concedía al Gobierno el inaudito plazo de 24 horas para investigar a los indocumentados. De la noche a la mañana, como aquél que dice, Estados Unidos tendría doce millones más de ciudadanos. La cuestión de la inmigración, gentileza del Tío Sam, sería cosa del pasado. Eso, al menos es lo que trataba de hacer creer el Gobierno.


Sin embargo, las élites que idearon la propuesta cometieron un error: subestimaron a sus ciudadanos. Pensaron que si unían sus fuerzas, conciliando sus minoritarios, sus exclusivos intereses, no tendrían dificultades para que el pueblo los aceptara como suyos. Supusieron que, tramitando el proceso de aprobación del proyecto a marchas forzadas, hurtándole á aquél el obligado debate que una proposición de tal magnitud requería, la sociedad civil no sería consciente del engaño. En tal contexto, sin la presión de sus votantes, los senadores acatarían sin reparo los dictados de sus líderes y votarían a favor de la reforma. Pero se equivocaban.


Siempre atenta, la derecha social norteamericana no tardaría en sacar a la luz las oscuras ambiciones de sus elites. Evidenciando cómo la reforma del Gobierno, lejos de redundar en beneficio de los intereses del pueblo, los perjudicaba ostensiblemente, la sociedad civil fue desmontando una a una las tramposas razones gubernamentales.


A la argumentación según la cual los inmigrantes se limitaban a ocupar los trabajos que los nacionales no quieren, éstos oponían otra realidad: lo que no aceptan los estadounidenses son los salarios de miseria con los que los inmigrantes transigen.


Otra razón era que la reforma contribuiría a mejorar la seguridad de las fronteras. Pero tampoco el pueblo lo entendió así. Más allá de disminuir la inseguridad, la aprobación de la "amnistía" provocaría un efecto llamada que invitaría a nuevas masas de inmigrantes a cruzar ilegalmente las fronteras. La inseguridad fronteriza se incrementaría y, en poco tiempo, el país se encontraría con millones de nuevos ilegales.


Ni siquiera la invocación gubernamental de un lugar común como la solidaridad con los desfavorecidos, lograron conmover la firme voluntad de un pueblo, el estadounidense, que no veía en la reforma sino un premio para quienes habían infringido la ley y que los colocaba en pie de igualdad con quienes se atuvieron a ella. Era evidente que de aprobarse el proyecto de Bush, los inmigrantes legales serían uno de los sectores más perjudicados.


Finalmente, el Senado accediendo a los deseos de los norteamericanos, rechazó el proyecto de reforma ideado por sus líderes. El Gobierno de Bush había sido derrotado y con él las componendas de los dirigentes republicanos y demócratas. Lo paradójico del caso es que el fracaso de Bush vino propiciado por la misma derecha social que le había reelegido presidente.


Hoy las élites, despechadas, tachan de racistas y xenófobos a quienes atizaron el fuego de la derrota. Pero el desenlace no podía ser otro. Tal y como ha hecho notar el brillante intelectual conservador Thomas Sowell, la ley de reforma integral de la inmigración fue de principio a fin un insulto a la inteligencia de los norteamericanos. Sólo que los estadounidenses no resultaron ser tan tontos como presuponían sus élites. Por eso salieron en defensa de sus propios intereses. Por eso lograron quebrantar las espurias intenciones que subyacían tras una ley tramposa.


No creo preciso señalar las similitudes entre la amnistía que proponía Bush con la que nuestro Parlamento aprobó en esta legislatura, otorgando la ciudadanía a más de un millón de ilegales. Pero entonces, ¿por qué Zapatero lo tuvo tan fácil?

9 comentarios:

  1. Zapatero lo tuvo fácil porque 10 millones de españoles no piensan.

    España es el país donde el voto cautivo es una realidad intocable. Un ciudadano de izquierdas siempre votará al PSOE o a IU, aunque el país se vaya a la mierda.

    Este pais se irá a la mierda, pero eso si... mandando ellos.

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  2. Amigo Asomado:

    Pues me temo que es así. Ser del P$O€ o de Izquierda Hundida es como ser de un equipo de fútbol. Y ya sabes lo que pasa con los equipos de fútbol: "viva er Beti manque pierda..."

    Saludos,
    Aguador

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  3. Decid que sí, asomado y aguador: Si 10 millones de españoles no votan lo que vosotros decís, es que "no piensan".

    Siempre me han dado miedo todos esos con potestad para repatir "carnés de demócrata", o que pontifican sobre lo que hacen "los ciudadanos de izquierdas" o de "derechas", como si el voto de unos fuese superior sobre el de otros.

    Por otra parte, lo que decís se desmonta fácilmente con los datos del nº de votos de los resultados de las Elecciones Generales:

    1996:

    PP: 9.716.006
    PSOE: 9.425.678

    2000

    PP: 10.321.178
    PSOE: 7.918.752

    2004

    PP: 9.630.512
    PSOE: 10.909.687

    Como podéis ver, hay más variación en el PSOE que en el PP. Pero en fin...

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  4. Para alfil:

    En las últimas elecciones no decidió el voto cautivo, sino el voto indeciso. Y no está de más recordar que fue gracias a una brutal operación de agit-prop desencadenada por el PRISOE.

    Claro que ahora unas cuantas de esas personas ya se han dado cuenta de su error...

    Lo de los datos de las elecciones está muy bien. Pero hace tiempo que ya sabemos que los "100 años de honradez" queda poquita cosa. Y un partido no es necesariamente democrático porque se presente a unas elecciones (a Hitler también le votaron).

    También corrijo mi anterior comentario en el siguiente sentido: que hay personas para las que pertenecer a un partido político es como ser socio de un club de fútbol. Hay fanáticos de derechas, ciertamente. Pero en mi experiencia, abundan más del otro lado.

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  5. "Lo de los datos de las elecciones está muy bien. Pero hace tiempo que ya sabemos que los "100 años de honradez" queda poquita cosa. Y un partido no es necesariamente democrático porque se presente a unas elecciones (a Hitler también le votaron)."

    Vuelvo a repetirme: me dan miedo aquellos con poder para repartir carnés de verdadero demócrata. A este paso, me temo que algunos van a creerse con el poder de decidir qué partidos pueden concurrir a las elecciones y qué votos son nulos por estar influidos por operaciones de agit-prop...

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  6. Es curioso que la izquierda, que desde hace 3 años intenta expulsar al PP de la vida pública, acuse a quienes no piensan como ellos de "repartir carnets de verdadero demócrata".

    A este paso, me temo que algunos van a creerse con el poder de decidir qué partidos pueden concurrir a las elecciones y qué votos son nulos por estar influidos por operaciones de agit-prop...

    Precisamente eso es lo que hace la izquierda...

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  7. "Precisamente eso es lo que hace la izquierda..."

    Ya, ya... Se cree el ladrón que todos son de su condición:

    asomado:

    "10 millones de españoles no piensan."

    "Un ciudadano de izquierdas siempre votará al PSOE o a IU, aunque el país se vaya a la mierda"

    aguador:

    "Pues me temo que es así"

    "fue gracias a una brutal operación de agit-prop desencadenada por el PRISOE".

    "un partido no es necesariamente democrático porque se presente a unas elecciones (a Hitler también le votaron)".

    Yo, al contrario que vosotros dos, no generalizo. Estúpidos fanáticos los hay en todas partes, PP y PSOE. Sólo digo que tú y asomado (y no todo el PP ni toda la derecha) os creeis con el sacrosanto derecho de decidir qué votos son los "buenos" y cuáles los "malos". Y a vuestros post me remito.

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  8. Si tuviera que poner en un post todas las veces que me han llamado "fascista" por no pensar "correctamente", como la izquierda, no quedaría un bit libre en este blog... Si eso no es "repartir carnets de demócrata", que baje Dios y lo vea.

    En cuanto a lo que entresacas, son opiniones. Aquí nadie habla ex cathedra y, como opiniones que son, son materia opinable. Existe el derecho a discrepar...

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  9. "Si tuviera que poner en un post todas las veces que me han llamado "fascista""

    Me repito: Estúpidos fanáticos los hay en todas partes, PP y PSOE (y añado: izquierda y derecha). En mi opinión, no existe una "forma correcta de pensar" patrimonio de la izquierda. Si alguien lo considera así, es su problema. Problema, que también se extiende a aquellos que consideran que unos votos son "superiores" a otros, lo cual nos llevaría a deslegitimar las victorias de determinados partidos políticos (el PSOE en este caso concreto).

    "como opiniones que son, son materia opinable."

    Bueno, para eso estamos aquí, discutiendo, ¿no? Las opiniones se defienden, se argumentan, se rebaten.

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