Cuando yo soy más débil que tú, te pido la libertad porque es algo que está de acuerdo con tus principios.
Cuando soy más fuerte que tú, te quito la libertad porque es algo que está de acuerdo con mis principios (Louis Veuillot)30 de diciembre de 2006
Memoria histérica (y no se hable más)
29 de diciembre de 2006
Su majestad el Banco

28 de diciembre de 2006
Aterriza como puedas
27 de diciembre de 2006
Troll
Gracias a la Wikipedia ya he podido identificar qué es lo que son estas personas: se llaman trolls. Literalmente, la Wikipedia lo define así: una persona que escribe mensajes groseros u ofensivos en Internet, por ejemplo en foros, para interrumpir la discusión o enfadar a sus participantes. La palabra también se usa para describir dichos mensajes. De los tipos de trolls enumerados en el artículo que se les dedica, deduzco que se trata de trolls disruptivos, cuyo objetivo no va más allá de romper el foro, de evitar que la información vaya corriendo de forma normal y que la gente se harte de escribir o de comunicarse, en suma.
Los odio profundamente. Encima, vienen con la pamema de la "libertad" (hacia ellos, no hacia los demás) y toda la parafernalia marxista de toda la vida. En fin. Ahora creo que sé cómo voy a reaccionar.
26 de diciembre de 2006
Apestada
Sí, para los propios de su ex-partido. Al PSOE todo le va bien siempre que sea en beneficio de su estrategia política y no le importa mentir. Ahí está, Pilar Ruiz, madre de Joseba Pagaza, sin más comentarios.
24 de diciembre de 2006
¡Olé tu pare!
21 de diciembre de 2006
19 de diciembre de 2006
La ofensa y el insulto
18 de diciembre de 2006
Formación ocupacional
14 de diciembre de 2006
Soluciones expropiacionales
In memoriam

¡A la cárcel!
Art. 20.4 del Código Penal de 1995
El que obre en defensa de la persona o derechos propios o ajenos, siempre que concurran los requisitos siguientes:
- Agresión ilegítima. En caso de defensa de los bienes se reputará agresión ilegítima el ataque a los mismos que constituya delito o falta y los ponga en grave peligro de deterioro o pérdida inminentes. En caso de defensa de la morada o sus dependencias, se reputará agresión ilegítima la entrada indebida en aquélla o éstas.
- Necesidad racional del medio empleado para impedirla o repelerla.
- Falta de provocación suficiente por parte del defensor.
12 de diciembre de 2006
"España va de puta madre"
11 de diciembre de 2006
Sociedad civil
Curiosidades varias

10 de diciembre de 2006
Los palos y el sombrajo
4 de diciembre de 2006
La sequía
1 de diciembre de 2006
"País vecino"

30 de noviembre de 2006
María

"Luchadores de la libertad" (II)
29 de noviembre de 2006
"Luchadores de la libertad" (I)
Moros
28 de noviembre de 2006
La guerra de los vídeos

27 de noviembre de 2006
"¿Cómo estaba la plaza?"
26 de noviembre de 2006
El grandísimo pecado de Albert Rivera

Me queda clara una cosa de todo este lío: que Albert Rivera molesta sobremanera al establishment socialista catalán. No es poca cosa que a los tres meses de aparecer, CdC saque tres diputados en unas elecciones. Diputados que no sólo habrá perdido el PP, sino y sobre todo, el PSC. Por eso, a través del "Diario no oficial de la Generalitat", alguien se molestó en redactar una "cosa" que ocupaba como cuatro páginas impresas. Vamos, un buen informe de los de antes, que te llenaban cuatro páginas por una tontería.
16 de noviembre de 2006
Los mamporreros del poder
16 de octubre de 2006
¿Qué querías ser de mayor?
4 de octubre de 2006
Hasta el gorro
26 de septiembre de 2006
La más que probable página 1...
Urna
Atrapado en círculos infinitos de agua
Cada segundo es sólo una vuelta más.
Mis manos son mi límite
Y tocan la dura superficie
De un cristal invisible.
Veo el mundo,
Abigarrado, multicolor, multiforme
A través de ese cristal.
Mis ojos son enormes ventanas
Por donde el mundo entra y se desvanece
Cuando intento tocarlo.
Me sé prisionero.
Golpeo furiosamente el cristal,
Pero no se rompe.
Está hecho de años, de muchos años,
De muchos círculos de agua
Y resiste.
Pero hay que romperlo.
20 de septiembre de 2006
Bloguitis
Regreso
6 de septiembre de 2006
Abajo el telón
Finalmente, terminaron la obra y la incertidumbre, la zozobra y el escándalo. Por fin México tiene un presidente electo (que no proclamado) en la persona de Felipe Calderón Hinojosa. Viéndolo con cierta distancia, lo que a mí me resulta claro es que Calderón ganó muchos puntos presentándose como un hombre de orden, el mismo que apenas ayer hablaba de "concordia", "pacto" y "acuerdo".
Por el contrario, Andrés Manuel López Obrador jugó la carta populista y perdíó. Sobre todo para los vecinos y comerciantes del Paseo de la Reforma, AMLO no es ahora sino un chiquillo caprichoso que no se salió con la suya. Quedan ahora muy lejos las irregularidades del proceso electoral. Irregularidades que, por lo demás, parece ahora que no fueron suficientemente relevantes o manifiestas como para anular el proceso electoral.
Así las cosas, Felipe Calderón Hinojosa avanza pasito a pasito, esperando que "las instituciones" (permeadas todas ellas por el PAN, desde luego), den un veredicto favorable a sus intereses. En cambio AMLO, como todo izquierdista que se respete, sale a la conquista de la calle, creyendo que el poder de la calle puede inclinar la balanza en su favor. Y AMLO, por desgracia para él, se equivoca. No sólo no consigue lo que pretende, sino que además, a los ojos de la República entera, pierde "talla" como estadista y político, degradándose al nivel de un vulgar agitador de masas. Y lo peor de todo es que parece que pudo haber tenido razón en denunciar las irregularidades del proceso.
No hace mucho pasé por delante del changarro del PRD en la Plaza de la Catedral aquí en Morelia. Se me pusieron los pelos de punta al leer una "resolución" de AMLO en la cual prácticamente se "invitaba" a la secesión, a la división del país, por no aceptarse el resultado electoral ni la designación de Felipe Calderón como presidente. Para mí eso es señal de una persona que, aun pudiendo habido tener razón, en el momento presente ha perdido el norte. Y las personas comunes, los mexicanos de la calle, si es cierto que no quieren más pobreza, menos aún quieren soflamas acerca de la revolución mexicana (qué cerca suena eso de la "revolución bolivariana").
Los mexicanos corrientes quieren, a mi entender, lo siguiente: unas condiciones laborales decentes y estables, una buena educación para sus hijos, una vivienda digna de tal nombre, un sistema de salud que no los deje tirados en la calle cuando están enfermos porque no pueden pagar y que a cualquier hora del día o de la noche que transiten no corran el riesgo de ser atracados, apuñalados o secuestrados. Cualquier Gobierno que cumpla esas condiciones, en México o fuera de México, está destinado a durar muchos años, no importa si es democrático o no.
Debo reconocer que cuando oía hablar a Calderón ayer en una entrevista de un medio de comunicación, torcí el gesto. Bonitas palabras ésas de "pacto", "conciliación", "acuerdo". Pero Calderón, quien todavía no ha respondido por su mala gestión en asuntos turbios de su pasado, no debería olvidar que el "pacto", la "conciliación" y el "acuerdo" son con el pueblo, no con las grandes empresas que han apoyado y pagado su campaña. Parafraseando al gran Antonio Machado...
4 de septiembre de 2006
Los otros niños cantores de Morelia
Ahora bien: voy a plantear una pregunta aquí en mala onda: el que estos chamacos estén en la calle cuando por edad deberían estar en la escuela, ¿no es acaso un fracaso de la política social del estado de Michoacán? ¿Dónde están los programas sociales de AMLO aplicados en el estado de Michoacán? Recordemos que aquí gobierna el PRD, "supuestamente de izquierdas" y su eslógan en campaña: "primero, los más pobres". Que la derecha panista decepcione a los más pobres es normal, habitual y casi que ni siquiera es noticia. Pero sí es muy significativo que sea el PRD quien les dé la espalda. Decididamente, el gobierno del Estado de Michoacán es un gobierno indiferente.
27 de agosto de 2006
Plutón, "planeta enano"

17 de agosto de 2006
"Predator"
La «depredación» de la que hoy me apetece hablar es de otro tipo. Su víctima es la población, desde luego, aunque no directamente. La víctima directa es el erario público. De otros Estados no puedo hablar; pero hace un tiempo La Voz de Michoacán, que es el diario que leo habitualmente en Morelia, saltaba con la noticia: el conjunto de los cargos públicos del Estado se lleva el 65% del presupuesto, mientras que para obras públicas y demás menesteres del Estado del Bienestar queda apenas un 35%. Ahí está el presidente municipal de Pátzcuaro, con sus 90,000 pesos mensuales.
Pero como dice el poeta, no termina ahí la cabronada: no sólo se llevan ese 65% del presupuesto estatal. Además, los ciudadanos tenemos que enterarnos del dato por la investigación de un diario, que naturalmente tiene «sus fuentes cualificadas» y puede acceder con mayor facilidad a esa información. Claro que esto no sería así si las autoridades cumpliesen la Ley. Una ley que obliga a todos los organismos públicos a publicar (valga la redundancia) los sueldos de los señorías que ocupan cargos públicos. Claro está que no lo hacen. No hemos avanzado mucho desde la conquista: todo eso suena mucho al se acata, pero no se cumple.
Y aún hay más: nosotros, ciudadanos, no tenemos acceso a esa información precisamente por una corruptela de la democracia. Igual que a un cristiano, en tiempos pasados se le identificaba «por ir a misa», parece que a una democracia se la identifica hoy en día «porque hay elecciones», porque los ciudadanos tenemos el derecho de ir a votar con una determinada periodicidad. Entre votación y votación, a los cargos electos se les entrega literalmente un cheque en blanco. Y ahí se acabó la «democracia».
Y así usted, ciudadano Juan Lanas, no tiene derecho a pedir cuentas de lo que se hace con ese cheque en blanco. No tiene usted derecho a pedir cuentas de lo que se hace con el dinero de usted, como usted lo haría con cualquier otro particular al cual entregara una suma de dinero. Eso es lo que se supone que debería ocurrir en una democracia bien fundamentada. Pero no sólo eso: si a usted, ciudadano Juan Lanas, se le ocurriera pedir cuentas y encontrara culpables entre sus supuestos representantes, no habría una sola autoridad judicial que respaldara su proceso ante los Tribunales.
Cada vez más, la política se va pareciendo al saqueo despiadado, ordenado y metódico de las arcas públicas. Nos representan unas personas cuyo único interés es salir de la política más ricos de lo que entraron. Y como dijo Quevedo, Príncipe de los Ingenios, «ésta es la justicia que mandan hacer». Otro día, si nos dejan, hablaremos del Gobierno.